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Día 1 de 7:
Guerra de comida.


─¡Muy buenos días, a desayunar! ─se escuchó la voz algo chillona de una de las enfermeras quien estaba fuera y justo en medio de las tres habitaciones.

Angel se tapó el rostro con su almohada.

Nechles, con sus poderes cerró la puerta de un tirón.

Y Alastor seguía roncando, como el oso que era.

─Por las buenas no, ¿eh? Muy bien, si así lo quieren... ─solo faltó que la jóven cabellos castaños moviese sutilmente su mano, escuchando tres alaridos de las susodichas habitaciones. Junto a bruscos sonidos de cosas cayendo y ellos corriendo de un lado a otro; seguido de ello, los tres salieron de sus cuartos con voz y respiración agitadas, mirándose entre ellos perplejos ante lo que les acababa de ocurrir.

─¿¡QUÉ PUTAS FUE ESO!?

Eso se repetirá si no me obedecen, ¿queda claro?─el peli-morado y el de pecas asintieron repetidamente. Mientras que Alastor bufaba rodando sus ojos─, ¿queda claro, señor Alastor? ─repitió sus palabras, ensamblando una sonrísa maquiavélica que le asustó un poco.

El de cabellos rojos─rebeldes, por la sorpresa de primera hora─suspiró cerrando con fuerza sus ojos. Para luego mirar fijamente a la chica, quien permanecía con aquella mirada asesina hacía él.

─Sí. Queda claro.

─Muy bien, síganme. En la sala de pacientes les espera su desayuno recién hecho. ─como por arte de magia, su actitud psicópata desapareció, luciendo, de nuevo, como una tierna y simple enfermera.

Los tres chicos caminaron por todo el establecimiento, que lucía ser más grande y espacioso de lo que aparentaba a primera vista. Angel charlando con el de cabellos morados a gusto, y el contrario riendo sobre los chistes que decía. A decir verdad, parecían ser muy cercanos y llevarse realmente bien, cosa que no le agradaba en absoluto al mayor de los tres, el cual observaba la escena justo detrás de ellos, caminando con las manos en sus bolsillos intentando ignorar lo que tenía frente a sus narices. Se repudiaba mentalmente de todo esto, ya que... de cierta manera, el que estén aquí es su culpa, pero haría todo lo posible para aprovechar cada segundo de esta semana y retomar aquella relación que mantenía con el peli-blanco. En otras palabras, volver a ser como antes.

Mentiría si dijera que le gustaba las cosas como estaban en estos momentos, la situación en la que se encontraban, los tres. Ya que pasó de ser una relación, a un triángulo amoroso en cuestión de días. Él quería a su Angel para sí mismo, nadie más.

─Aquí es, pueden servirse lo que deseen. Volveré cuando suene la campana, provecho a los tres~

Las jóven les sonrió y se alejó por el mismo pasillo que caminaban ellos antes. Angel corrió para pedir su desayuno, realmente estaba hambriento, mientras que Nechles había ido a tomar una mesa. Alastor aprovechó el momento a solas con el menor, e intentó charlar con este.

─Vaya, igual que en la puta escuela, ¿no crees?

─¿Intentas sacarme conversación?

─No. ─el más bajo le miró con un ceño fruncido─, está bien. Sí, pues... algo.

─No tengo nada que hablar contigo.

Esto dejó pensando al mayor, tango que se atrasó en la fila, quedándose lejos del chico. Si no hubiese sido por los demás demonios de la fila que le dijeron que por favor avanzara, se quedaría ahí pensativo.

─¿Me explicas por qué?

─Fácil, porque eres un hijo de puta. ─ la señora que les atendía subió su mirada confundida para chocar con ambos rostros, ahora sonrojados por la vergüenza─ Oh disculpe, se lo decía a él.─señaló al de cabellos rojos, y la señora soltó una carcajada─, me da los huevos revueltos con extra de adición, dos yogurts y un zumo de mora, muchas gracias.

Ambos tomaron sus respectivas bandejas, Alastor pidió lo mismo que el contrario y caminaron juntos hasta donde se hallaba Nechles. Realmente lucían como si estuvieran en la secundaria.

─¿No crees que olvidaste decirme algo importante hace unas semanas?

─Nada relevante, para ser sincero.

El menor suspiró, abriendo su yogurt y extendiéndole el otro a Nechles─Eres un cabrón, de verdad.

─Lo apoyo ─habló el conejo, quien fue silenciado al instante por una mirada asesina de Alastor─, bien, me callo.

─¿Es muy grave?

─No tienes idea de lo mal que me sentí...─hizo una breve pausa, recordando aquellas veces en las que no podía parar de llorar o de repudiarse de toda esa situación─ por tu puta culpa.

El ambiente entre los tres chicos quedó en silencio, a sus alrededores habían sobretodo chicos de sus edades, con algo de ruido por parte de todos. Intentaron comer hasta que uno de ellos irrumpió el silencio, era Angel.

─Lo mal que me pegó el saber que sólo me usaste, como una maldita marioneta. ¿Ya lo recuerdas, Alastor?

─¿Hablas de Charlie y yo? Estás equivocado, yo te iba a-...

─¿Qué, a seguir ocultándomelo? A pesar de toda esa basura, del maldito contrato, del casamiento y luego esto, sigues siendo igual de idiota. ─el chico empuñó una de sus manos y golpeó con fuerza la mesa, llamando la atención de todos. Todo quedó en silencio.

Y fue como si un botón dentro del cuerpo del mayor se hubiese activado, haciendo decir atrocidades por doquier. Pensamientos negativos, con respecto al que fue, su compañero sexual.

─¿Ah sí? Y qué con eso. De todas formas no íbamos a ser nada, nunca tendría algo con un chico como tú.

Algo dentro del peli-blanco se quebró, unas intensas ganas de llorar se apoderaron de él. Al igual que de querer derramarle encima el yogurt que tenía entre sus dedos.

─Cállense los dos, que estamos frente a más de 20 demonios. Por favor, no hagan una jodida polémica de esto.

─Tú no te metas. ─dijeron al unísono los de la pelea íntima.

─Sin mencionar que al inicio de toda esa "relación" que creamos, me dabas asco. Siempre me has dado asco, ser actor porno, un pervertido y depredador sexual que se acostaba con lo que se moviera. Qué triste que caí tan bajo, para llegar a esto.─ hizo un ademán, refiriéndose a Angel.

El chico no sabía cómo reaccionar o qué hacer. Estaba congelado, muchas emociones se apoderaban de su ser.

Lo que nadie menos esperaba, ocurrió. El vaso blanco de plástico con yogurt de fresa, terminó en la cabeza de Alastor, cayendo gotas por toda su ropa.

El mayor tomó con la cuchara un pedazo de huevo y se lo lanzó, pero este fue más rápido y se agachó. Dándole justo a Nechles, este hizo lo mismo con su yogurt, pero Alastor copió las acciones de Angel, para derramarle el líquido a otro chico.

─¡Guerra de comida!

El salón se volvió un caos. Unos lo hacían por diversión, otros por haberse emputado, y los que empezaron con todo, se habían detenido.

Una estúpida conducta de niños.

─¿¡QUÉ OCURRE AQUÍ!? ¡TODOS, DETÉNGANSE! ─apareció tras las puertas la misma jóven que los había depertado. Al llamar tanto la atención con sus gritos, fue la que más recibió un buen baño de comida.

───
N/A:

Alastor joputa, Alastor joputa, Alastor joputa. ¿Confirman?

Perdón mi inactividad tan asquerosa:(

bonita noche <3.

─r.

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⏰ Última actualización: May 12, 2020 ⏰

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𝙐 𝙢𝙖𝙠𝙚 𝙢𝙚 𝙛𝙚𝙚𝙡 𝙝𝙤𝙩 | 𝘙𝘢𝘥𝘪𝘰𝘋𝘶𝘴𝘵Donde viven las historias. Descúbrelo ahora