━don't stop.

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MERIDA ESTABA SENTADA EN LA REPISA de su balcón, esperando a que Ashton apareciera como cada sábado por la noche. Vio al chico entrar en su jardín con cuidado, mientras caminaba de puntillas por el camino de la casa de la pelirroja.

-¡Ashton!-chistó ella. El joven levantó la vista y la vio sentada allí. Trotó hacia ella, le lanzó su móvil y comenzó a trepar el árbol que había al lado del balcón de Merida.

Realmente, no le importaba que sus padres los pillaran ahí, a las 2 de la madrugada. A sus 16 años, a Merida sólo le importaba intentar pasar al curso siguiente sin ninguna asignatura suspendida.

-¿Por qué has tardado tanto?-preguntó la pelirroja, mientras el castaño se acomodaba a su lado.

-Tenía que asegurarme de que mi madre estuviera dormida.-le respondió.-No me gustaría estar castigado, ¿sabes?

Ambos rieron en voz baja porque no querían que nadie se enterara de que estaban allí. Ashton llevaba todo el camino planeando un discurso para explicarle cómo se sentía a Merida. Su principal preocupación en ese momento era cómo reaccionaría su mejor amiga al decirle que quería ser algo más.

-Oye, Mer...

-No me pidas el último trozo de pizza porque no te lo voy a dar.

Ashton sonrió.-Ya sé que no me lo ibas a dar, no soy estúpido.

La pelirroja cogió la última porción y le dio un mordisco.

-¿De qué querías hablar?

-Pues verás.-carraspeó.-Tengo que decirte algo muy importante, y no quiero que me preguntes nada ni que me interrumpas ¿vale?

-Pero...

-¡Nada de interrupciones!

La chica rodó los ojos y asintió con la boca llena. Él tomó una bocanada de aire demasiado fuerte. ¿Estaba preparado para eso? No. Pero necesitaba que Merida supiera cómo se sentía.

-Vale.-empezó.-Recuerdo cuando nos conocimos en aquella fiesta. Te vi hablando con ese chico y creí que eras perfecta. Recuerdo que hablamos un rato y después te pregunté si me dabas tu número de teléfono. Me dijiste que no tenías móvil cuando lo llevabas en la mano.

Merida agachó la cabeza, riendo y con el pelo cubriéndole la cara. Se lo apartó hacia un lado y siguió escuchando a su amigo.

-Esa noche, todo el mundo decía que te conseguiría, y cada vez que entrabas en una habitación y te ponías a bailar los volvías locos a todos.-recordó Ashton.-Tuve suerte de que hablaras conmigo, de que te acercaras a mí. Me pareciste preciosa, Mer. En todos los sentidos. Las chicas también decían que tú jugabas con la gente, pero con el tiempo aprendí que no era cierto, que sólo lo decían por envidia. Y me caíste bien, Mer. Y ahora...

Los ojos avellana del rizado se encontraron con los de la pelirroja, y brillaban con un poco de esperanza, como si deseara con toda su alma que dijera lo que estaba a punto de confesarle.

-Eres genial. Eres una actriz genial con una personalidad fantástica y de verdad, espero que nunca jamás dejes de hacer lo que haces, porque eres maravillosa.-el castaño respiró.-Y me gustas muchísimo, supongo que desde que te conocí. Por eso he preparado todo este discurso absurdo que me ha costado los 10 minutos que hay desde mi casa. Supongo que era algo que necesitaba decirte para saber si sentías lo mismo o no.

Merida se quedó en silencio, pensando en las palabras de su mejor amigo. Ella también había empezado a sentir cosas, pero no había sido tan valiente como para preparar un discurso de 10 minutos sobre Ashton.

-Mer, por favor, di algo.-pidió el chico.-Aunque no sientas lo mismo, pero habla, por favor.

-Ash, yo... No sé que decir. Es decir, sí. Yo había empezado a sentir cosas también, pero no quería decírtelo porque... Ay, Dios. Estoy siendo patética.-Merida se cubrió la cara mientras Ashton reía con suavidad.-Sí, Ash. También me gustas.

-Bien.

-Bien.

Los dos se quedaron en silencio, mirándose con intensidad a los ojos. Querían besarse, ambos los sabían, pero ninguno de los dos era lo suficientemente valiente para dar el primer paso.

-A la mierda.

Merida tomó las mejillas de Ashton y besó sus labios con suavidad. Ninguno de los dos tenía prisa por hacer que las cosas fueran más rápidas entre ambos.

Al separarse, la chica se apoyó en el hombro de su mejor amigo y se quedó mirando el cielo, iluminando por las estrellas, y deseando que el tiempo se parara en ese instante.

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Este relato va dedicado a mi profesora de castellano. Gracias por hacer las clases online tan pesadas, así escribo más :)

HOLA HOLAAA. Aquí tenéis el segundo capítulo de Self-Titled. Espero que os haya gustado mucho. Sabréis como se conocieron del todo Merida y Ashton en End Up Here, pero aquí está un trocito.

¡Hasta mañana, os adoro!

―artemis.

𝐒𝐄𝐋𝐅-𝐓𝐈𝐓𝐋𝐄𝐃 ━━ ashton irwin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora