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MERIDA TENÍA NOVIO.
Y la tarea de Ashton como mejor amigo era protegerla y vigilar a él de cerca. Cada noche, ella usaba la excusa de que tenía que estudiar en su cuarto para escaparse con el chico que había conquistado su corazón.
Un día de tantos, el chico del pelo rizado pasaba por la calle de la pelirroja en el momento de su escape.
－¿Merida? ¡Merida!－exclamó él.
－¡No grites, idiota!－gruñó Merida, acercándose.－Mis padres creen que estoy estudiando.
Ashton levantó una ceja.－Eso es lo mismo que me has dicho a mí hace 10 minutos.
－Sorpresa, no era cierto.－dijo con sarcasmo.
El chico rodó los ojos, y cuando su mejor amiga estaba a punto de irse, tomó su brazo.
－Ash, tengo que irme.
－Pero, Mer, no está bien decir mentiras.－la pelirroja frunció el ceño.－Y tú eres una buena chica, de esas que no dicen mentiras.
－Las chicas buenas son las malas que aún no han pillado.－sonrió ella.
Ashton tenía razón. Merida era el ejemplo perfecto de chica buena. Sacaba buenas notas, y era la persona más perfeccionista de la Tierra. Sus padres ya estaban ahorrando para que fuera a una buena universidad, en caso de que no funcionara su carrera de actriz.
－¿Vas a decirme quién es, por lo menos?－preguntó el castaño.－Porque supongo que has quedado con tu novio.
La chica mordió su labio con nervios.－Se llama David, está en tu clase de cálculo.
Él abrió mucho los ojos y después hizo una mueca.
－¿David Rogers? ¡Merida, qué asco!
－¿Qué tiene de malo?－inquirió la pelirroja, cruzándose de brazos.
－La pregunta es que tiene de bueno. ¡Preferiría que salieras con Michael, Calum o Luke antes que con él!－exclamó.
Merida volvió a rodar los ojos.－Como sea. Ni que fueras mi padre, Ashton.
－Pero me importas, Mer.－dijo, mirándola a los ojos. Lo decía de verdad, podía verlo en su mirada.
－Ash, te prometo que no me pasara nada.－habló la chica, tomándole la mano.－No te preocupes, ¿vale?
El rizado besó su frente y asintió. La pelirroja se fue hacia el lugar que había quedado con David, mientras su mejor amigo se iba en dirección a su casa.
Ashton no estaba seguro de que fuera una buena idea dejar a Merida con David a solas, pero por lo visto, su mejor amiga ya había salido antes con el chico, y no le había pasado nada malo.
Aun así, el castaño no se fiaba del novio de Merida en absoluto. No lo conocía demasiado, pero sabía como era. Era uno de esos chicos que te querían mucho y después te clavaban puñales por la espalda.
Y Ashton tenía una cosa clara.
Si ese David le rompía el corazón a Merida, no le gustaría sentarse delante de él en clase.
El chico seguía despierto en la cama, mirando el techo. Volvía de una de sus ensayos de la banda y se supone que tendría que estar agotado de tocar la batería. Sin embargo, después de la charla en el jardín de su mejor amiga, todo el cansancio se había disipado.
Ahora, la pelirroja ocupaba su mente.
Miró la hora una vez más en el móvil, eran las tres y media de la madrugada. De repente, el aparato empezó a vibrar y el nombre de Merida apareció en la pantalla. Deslizó el icono de contestar enseguida.
－¿Ash?－preguntó desde el otro lado, con la voz temblando.－¿Te he despertado?
－No, Mer, tranquila.－respondió él, con la preocupación apoderándose de su cuerpo.－¿Qué pasa? ¿Estás con David?
La chica negó, aunque Ashton no pudiera verla. No quería hablar de David, ni con David. Quería a Ashton.
Y lo necesitaba en ese momento.
－¿Puedes venir a por mí?－le pidió Merida, al borde del llanto.
La preocupación del castaño fue sustituida por un enfado horrible, e iba dirigido a David.
－Claro que sí, ¿dónde estás?－dijo, poniendo el manos libres. Le daba igual si despertaba a su madre y a sus hermanos. Se puso a cambiarse de ropa mientras escuchaba a su mejor amiga.
－En el parque que hay cerca del instituto. Date prisa, por favor.
Bajó las escaleras poco a poco, tomó las llaves de su coche y se fue en dirección al parque sin colgarle a Merida.
Vio a la pelirroja sentada en un banco cuando llegó, abrazando su propio cuerpo. Ashton aparcó el coche para bajarse de él y acercarse rápidamente a la chica. Se levantó del sitio donde estaba sentada y abrazó a su mejor amigo con las pocas fuerzas que le quedaban.
Las lágrimas empezaron a salir, y no tardaron en mojar la camiseta del rizado, pero a él no le importó.
－¿Qué ha pasado?－preguntó Ashton, aún con sus brazos alrededor de Merida.
Ella sollozó.－Tenías razón, Ash. Sobre todo. Él... es horrible.
Llevó a su mejor amiga al coche para ir a su casa. Después de permanecer todo el trayecto en silencio, aparcó con el mayor sigilo posible. Era tarde, y tenían clase al día siguiente, pero a Ashton no le importó estar despierto si así Merida estaba feliz.
－Me dio algo. Me lo ofreció.－habló la pelirroja al fin, antes de salir del coche.－Le dije que no y... Intentó que me lo tomara, Ash. Tendría que haberte escuchado.
El chico tomó su mano y le dio un apretón de apoyo.
－Vamos, te ayudo a trepar por el árbol.
－Yo ya soy una experta trepando, Irwin.
Cuando Merida volvió a estar segura en su casa, Ashton le dio un beso en la frente y un abrazo, para después bajar del balcón.
－Recuerda esto, Mer. Tú eres una chica buena, nada de esto es tu culpa.
Su mejor amiga le dio una sonrisa de lado.
－Las chicas buenas son las malas que aún no han pillado.
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ACLARACIÓN ANTES DE QUE LO PREGUNTÉIS: este relato pasa antes que el de ayer, por eso Merida tiene un novio que no es Ashton, ¿clear? Clear.
HOLA HOLA.
El capítulo de hoy es un poco más largo porque Good Girls es mi canción favorita del primer disco de estos niños. Ha tenido un poco de drama pero espero que os haya gustado muchísimo.
En el capítulo de mañana tendremos la aparición especial de la señorita Freya Graves. ¡Nos leemos mañana, os quiero!
