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SI ALGO ODIABA MERIDA CON TODA su alma era viajar en avión sola. Nunca lo admitiría delante de nadie, pero a la pelirroja le aterraban las alturas, y más si estaba ella sola.
Y ahora, estaba preparando su maleta para irse a Vancouver a grabar la segunda temporada de Riverdale, con las manos temblando cada vez que pensaba en volar sin nadie a su lado para calmarla.
Doblaba una sudadera con indignación cuando Ashton apareció por la puerta y se apoyó en el marco. Observaba los movimientos de su novia mientras intentaba no reír al escuchar las palabras que murmuraba.
－Ah, no. La niña no quería viajar sola pero quería ser actriz, y ahora se va sola a Vancouver.－hablaba la actriz en voz baja.
El baterista entró en la habitación y se sentó en la cama.
－¿Necesitas ayuda?－preguntó él.
Merida soltó un bufido mientras seguía doblando ropa.
－¿Puedes encerrarme en el armario para que no me vaya a Canadá?－Ashton negó con la cabeza.－Entonces no necesito ayuda.
El rizado soltó una risa.－Mer, son las tres de la madrugada. ¿Qué tal si te das un baño, te pones el pijama y luego nos quedamos en la cama? Necesitas descansar.
La pelirroja bufó una vez más, apartó la maleta con cuidado para que no se le cayera la ropa y los zapatos que había dentro y cogió su pijama, o la camiseta que le robó a Ashton, del armario.
Mientras ella tomaba su ducha, el baterista aprovechó para ponerse el pijama también y revisar sus redes sociales.
Sabía que Merida se agobiaba muchísimo cuando se trataba del trabajo, casi tanto como Freya. Era horrible cuando las dos se juntaban y empezaban a hablar de todo lo que tenían que hacer. Así que él intentaba encontrar alguna forma para que su novia se relajara y dejara de pensar en trabajo unos minutos.
Treinta minutos después, la chica salió del baño con el pelo seco y recogido en lo alto de la coronilla y se tumbó en la cama de la forma más dramática posible. Después, se acurrucó en el pecho de Ashton y él la abrazó.
－No quiero ir a Vancouver.－murmuró.－Si me voy te quedarás solo. Y yo me sentiré sola, cuando estoy contigo no me siento sola.
El baterista sonrió.－Cariño, estarás bien. Hablaremos todos los días, igual que cuando yo me voy de tour. Mer, eres joven y tienes que aprovechar el momento. No puedes negarte al trabajo de tus sueños por un miedo estúpido a los aviones.
Merida levantó la vista para encontrarse con la mirada avellana y la sonrisa encantadora de su novio. Esbozó también una sonrisa.
－Eso te ha quedado muy bonito.
－Lo sé.
－Y yo no le tengo miedo a los aviones.－aclaró.－Tengo miedo a viajar sola.
－También lo sé.
Los dos se quedaron abrazados un rato más en silencio. La mano de la pelirroja se entrelazó con la del chico, y él la estrechó aún más entre sus brazos. Escuchaban sus latidos ir al compás, y ambos amaban eso. Merida quería quedarse en los brazos de Ashton toda la vida, quería quedarse despierta hasta el amanecer como hacían a veces. Pero él tenía razón.
Nunca sería igual de joven que era en ese momento. Ya había dejado atrás su ciudad tan gris, y tenía que aprovechar la oportunidad que le había dado la vida.
Entre todos esos pensamientos, la pelirroja se quedó dormida en los brazos del castaño.
Al día siguiente, mientras la actriz tomaba su chaqueta para irse al aeropuerto, un montón de pensamientos empezaron a revolotear por su cabeza.
¿Y si cancelaban el vuelo? ¿Y si se equivocaba de avión? ¿Y si el avión se estrellaba y no volvía a ver a Ashton en la vida?
－Mer, ¿lista?－la voz de Ashton la sacó de su mar de dudas. Ella asintió.
Condujeron hasta el aeropuerto y el baterista la acompañó hasta la puerta de embarque.
－¿De verdad que no puedes venir conmigo?－preguntó Merida. Él negó.－Eres un novio horrible, ¿sabes?
El rizado la abrazó.
－Estarás bien, ¿vale? Sólo serán dos meses. Después volverás y nos iremos de tour.－la actriz asintió.－Y te prometo que hablaremos todos los días, y las chicas también.
Le dio un beso en la frente, y cuando se separaron, Merida besó sus labios.
－Te quiero muchísimo, Ash.
－Y yo, cariño.－sonrió él, dándole un último abrazo.－Anda, ve.
La chica entró por la puerta de embarque y después se subió al avión. Al sentarse en su asiento, cerró los ojos y suspiró.
Ashton tenía razón.
Era demasiado joven para rechazar esas oportunidades, e iba a encargarse ella misma de aprovecharlas al máximo.
Sólo esperaba que esos dos meses pasaran rápido.
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Bueno, mis cielas, esto se acaba. Mañana subiré el último capítulo, Voodoo Doll, que intentaré que sea un poco más largo para hacer así un superfinal.
Este capítulo se lo dedico a lonelyashton, porque es un ángel y ayer dijo que Never Be era su canción fav. Espero que te haya gustado mucho el capítulo, cariño. (Pasaos por sus historias porque oMG SON GENIALES)
MÁS COSAS. Aquí tenéis un manip mugroso que hice ayer cuando me aburría de Mer y Ash.
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Y supongo que eso es todo. Ojalá os haya gustado tanto como a mí.
