Capítulo VI: De un Trato con un Emo

26 13 2
                                    

14 días antes del presente:

Amelia:

Mi mente estaba por estallar, ni siquiera era capaz de hacer mis tareas y eso se debía a que mis pensamientos insistían en regresar a mi maldito cuarto y a las pesadillas cada vez más frecuentes que tenía en él.

Cada noche era peor que la anterior, lo que me recuerda que en una ocasión fui atacada por mis libros, que parecían murciélagos enormes que querían succionar mi sangre.

Alan no había acudido a verme, estaba demasiado atareado y aparte cada que llamaba yo hacía todo lo posible por evitar mencionar algo referente a mi no deseable situación. En cambio había recibido un envío de Cheryl, que consistía en una caja de chocolates y otras golosinas, cosa que habría celebrado en otra ocasión, pero considerando mi estado, apenas fui capaz de armar una triste sonrisa ante mi literalmente dulce regalo.

Eso me recordó que todavía no había abierto el otro regalo de Cheryl (el que me había entregado Alan), por lo que rebusqué entre el desastre que era mi habitación por culpa de lo que fuera que sucedía en ella hasta encontrarlo.

Al abrir el pequeño paquete pude encontrar otro surtido de golosinas (voy a explicar que Cheryl es fanática de ellos y le hace regalos así a las personas que realmente aprecia, lo que me hizo sentirme un poco mejor) y en el fondo, un diario nuevo.

Incluía una nota que decía lo siguiente:

Amelia, cuando Alan me contó lo que hizo tu familia me enfadé muchísimo, sé que nunca hemos sido precisamente cercanas, pero no pude evitar enfurecerme, yo sé que no estabas en esa maldita fiesta porque yo sí estaba allí y sabía quiénes llegaron... de haber sabido lo que pasaba... si Alan me hubiera contado esa misma noche te aseguro que habría ido a tu casa para hablar a tu favor... no puedo sacarme de la cabeza que de haberlo sabido, quizá no te habrían... desterrado, por decirlo así.

Los dulces siempre me ponen de buen humor, así que pensé que tal vez... ya sabes, no soy tan buena explicando cosas.

El diario es porque... bueno, ¿No todo puede ser malo o sí? Espero que te sirva para recordar los buenos momentos que pases ahí y que en el futuro veas que tal vez valió la pena, todo sucede por algo.

Te aprecia
Cheryl.

Sin lugar a dudas el diario era lindo, de un color negro azulado con bordes plateados, no tenía ninguna imagen, grabado o mensaje encima, era simplemente una portada oscura, tal como me gustaba... un diario oscuro para guardar mis secretos.

Una débil sonrisa surgió ante la ironía; ahora los secretos que tenía no eran solo míos, aparte no estaba segura de por dónde empezar, aquella aterradora historia me parecía demasiado para registrarla en un simple diario.

¿Cómo podía un objeto tan pequeño contener tantos años de pesadillas y muertes en el Cuarto Maldito?

Lo guardé en una caja decidida a no pensar en él en un largo tiempo, si es que soportaba mucho más.

Me limité a desenvolver un caramelo de manzana y llevarlo a mi boca. Estaba bien, a diferencia de mi vida.

*-*-*-*-*-*-*

Aquella noche las luces del cuarto se descontrolaron y todo lo que había dentro empezó a flotar como dentro de un remolino y a lanzarse contra mí.

Traté de salir, pero la puerta no cedía, el escándalo era tal que debió escucharse en todo el dormitorio, pero nadie acudió en mi ayuda, excepto Aurora.

El Contrato. |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora