ATEMPORAL | Ivar the Boneless |

cinc

Danae no lo dudó ni un segundo cuando ya estaba saltando de cabeza por el acantilado, provocando miles de exclamaciones entre todos los que estaban ahí. Agda y Janne, nerviosas por no saber lo que pasaría, decidieron ir corriendo hacia el muelle, ya que era el único sitio por el que Danae y Axe podrían regresar. Fueron seguidas por la mayoría de personas que estaban allí, incluidas el rey y su familia; aunque Ivar ya estaba de camino con su caballo.

Mientras todos iban hacia allí un pequeño estaba luchando entre la vida y la muerte cuando su hermana sacó su cabeza fuera del agua. Tuvieron suerte de que ese día no hubiese corrientes, si no no habría sido posible. Danae llena de angustia empezó a nadar hacia donde creía que estaría la orilla, acertando y dándole las gracias a los Dioses por ello. 

Todos estaban expectantes por ver sí salían y entre el ambiente se mezclaban distintas emociones. En la familia del rey y en él mismo se notaba la angustia, pues sabían el valor que tenía esa chica para uno de sus integrantes. Las dos amigas de Danae no podían controlar las lágrimas y no podían dejar de mirar de un lado a otro para ver si su amiga y su hermano salían del agua. Todos esos sentimientos se mezclaron con preocupación al ver a Danae salir del agua con lágrimas en los ojos y un inconsciente Axe en sus brazos, haciendo inmediatamente que las chicas fuesen corriendo. 

Danae, cuando ya pudo andar correctamente salió corriendo hacia la orilla y tumbó a Axe en el suelo quitándole en el momento la camiseta, pues no quería que nada le hiciese presión. Primero miró a ver si respiraba o si tenía pulso, y al ver que sí le empezó a dar pequeñas contracciones en el pecho y brindándole de vez en cuando aire por su boca para que despertara. 

Todos se encontraban mirando la situación. Y Danae, ignorando el hecho de que estaba a punto de coger una hipotermia, siguió haciendo las maniobras. Hasta que después de unos minutos el pequeño Axe comenzó a toser agua, lo que hizo que Danae le pusiese de lado para que lo echase todo. Ella se puso a llorar, y poniéndose de pie abrazo a su hermano con todas sus fuerzas. 

- Tata... - Dice Axe - Me aprietas.

- ¿Sólo se te ocurre decir eso? - Pregunta con el ceño fruncido - Ni se te ocurra volver a hacer eso, Axe. Si no quieres tener problemas conmigo - Le dice tiritando y llorando a la vez.

Contra todo pronóstico y ante el gran alboroto, Ivar se acerca a Danae y a Axe, y tendiéndole su abrigo de pieles les abriga. Danae al notar la textura se da la vuelta para ver quién ha sido, pero tiene que mirar hacia arriba ya que la diferencia de altura era notoria. Cuando ve quién es el causante le es inevitable no sonrojarse provocando una pequeña sonrisa en el rostro de Ivar. 

- Gracias, Ivar - Dice sonriendo de verdad por primera vez en lo que lleva de noche. Ivar se queda encantado con esa sonrisa y al darse cuenta de que recuerda su nombre. 

Ragnar mira orgulloso a su hijo, sabiendo que tarde o temprano, la profecía que los Dioses prometían se iba a hacer realidad, aun sabiendo que su hijo no lo creía posible. El rey decide despejar la zona para que no haya tanto alboroto, y al final el lugar queda despejado con solo su familia, las chicas y el pequeño. Janne y Agda se acercan a Danae y al chico interrumpiendo las intensas miradas que ambos compartían. 

- ¿Estás bien, campeón? - Pregunta Janne a Axe, provocando que él se sonroje - Vamos, Danae. Creo que ya has dado suficiente espectáculo hoy, tía. Primero dejas inconsciente a cuatro personas, y luego vas y te tiras por un acantilado. Cada día estás más loca - Dice frunciendo el ceño con una gran sonrisa intentando aligerar el ambiente, provocando que todos los demás rían, haciendo que Danae se sonroje. 

- Aún mantengo mi promesa de matarte yo como me sigas molestando, Janne - Dice Danae saliendo del trance - Que no se te olvide - Termina sonriendo. 

- Chicas, yo... creo que es hora de que nos vayamos a dormir - Dice Agda algo incómoda, pues aún se siente algo culpable por lo sucedido. Danae al ver eso se acerca a ella y le abraza, susurrándole que todo está bien. 

- Sí, tienes razón - Confirma Janne - ¿Dónde podemos dormir, señor? - Pregunta hacia Ragnar pero mirando de reojo a Ubbe y a Hvitserk. Danae se da cuenta de eso e intenta ocultar una sonrisa pero le es imposible. Termina sonriendo como una loca mientras la mira. Incluso se le llega a escapar una carcajada, la cual es respondida por los chicos al darse cuenta. Janne ante eso se pone colorada mirando a su amiga mal. 

- En nuestro hogar, por supuesto - Dice Aslaug antes de que nadie conteste - Seguro que Danae y el pequeño quieren darse un baño, y puedo confirmar que ustedes también lo agradecerían - Dice sonriendo a todas, a lo cual todos asienten mirando a las chicas. 

Todos empiezan a seguir a Aslaug y a los reyes, quedando atrás Danae con Axe en brazos y con un Ivar muy nervioso al lado. 

- Yo... he venido en caballo. ¿Quieres... quieres venir conmigo? - Pregunta con esperanza, y al darse cuenta intenta ocultarlo - Digo, porque se nota que estás cansada - Intenta justificarse mirando hacia otro lado con vergüenza. Danae al ver eso sonríe enternecida y asiente con la cabeza hacia Ivar, haciendo que este se anime y la guíe hacia el caballo. 

- Tiene un carro -Dice avergonzado - Por mis piernas, ya sabes - Dice intentando evitar el tema. 

- ¿Qué te pasa en las piernas, Ivar? - Pregunta, pues para ella no es la gran cosa. Ante eso Ivar se revuelve incómodo y Danae se da cuenta - No importa que no me lo digas. Te agradezco mucho que nos lleves - Dice sonriéndole y dándole un beso en la mejilla, dejando a Ivar atontado y a ella avergonzada por su atrevimiento, haciendo que esta camine directa hacia el caballo dejando a Ivar plantado en la arena. 

Él, al darse cuenta, no puede evitar sonreír como un loco, pero para al darse cuenta de que le puede ver. Se dirige hacia ella lo más rápido que puede y cuando llega inmediatamente se suben al carro, con Danae agarrándole de la cintura.

Y ambos con una sonrisa en sus rostros aunque evitando que se vea mucho se dirigen esta vez a la casa, en la cual ya están todos esperándoles.