Capítulo 3

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La película era bastante tenebrosa, al leer el libro no sentía esa especie de terror, no se compara con la versión original de los años 90; no, la película tenía muchos mejores efectos especiales que la original, claro. Salimos del cine, entramos en el auto de Marcus; el cual estaba casi lleno, por la cantidad de ropa y otras cosas que compró ese día, junto a sus nuevas mejores amigas; Katherine y Marie, claro que a mí me abandonó por completo pero así solía pasar, cuando Marcus se encontraba con alguien, y estaba yo de por medio, solía ignorame por completo.

Hasta que estos de olvidaran de él y volvía a mí, arrepentido y jurando que no me iba a volver a ignorar (cosa que nunca cumplió, ya que así pasaba casi siempre).

Entramos en el auto de Marcus en el mismo orden del comienzo: Kate de copiloto, Marie detrás de Marcus y yo atrás de Kate.

Marcus pasó a dejar primero a Kate, quien vivía en la calle Century, se despidió de nosotros con una hermosa sonrisa, al irse le guiñó un ojo a Marie; esta se ruborizó un poco y escondió la cara entre las manos pidiendo que dejemos de mirarla, guau, no tenía idea de lo que tramaban estas chicas.

La chica con el cabello marrón pasó la mayor parte del trayecto muy incómoda revisando su teléfono, supuse que hablaba con Katherine, de vez en cuando reía por lo bajo, pero no hablaba o se limitaba a responder con sí o no.

Eso era todo lo que la pobre chica decía; respuestas monosílabicas. Ninguno de los dos, Marcus y yo, sabíamos de qué podría tratarse lo que Marie ocultaba en ese cerebro.

—Llegamos a tu casa, Marie, la cual está ubicada en la calle Liberty —Marcus estacionó el auto frente a la que parecía ser su casa.

—Gracias, Marcus —Marie me volteó a ver, por un segundo me puse un poco nervioso—. Adiós, Louis.

—Adiós, Ma... —me besó, no podía creerlo; me había tomado definitivamente por sorpresa, no me lo creía. Escuchaba el suspiro de Marcus, yo al principio tenía los ojos abiertos hasta que decidí cerrarlos y, por alguna razón, continué el beso con Marie, así que esto era lo que lo que planeaban y esta era la razón por la que Kate le había guiñado el ojo a Marie cuando se fue. Diablos, esas chicas eran bastante listas, ¿cómo habían planeado todo sin que yo me diera cuenta? Comenzaba a creer que eso del cine fue fingido, Marie no sentía miedo en lo absoluto y solo quería una razón más para abrazarme y estar cerca de mí, aunque ya estuviéramos lo bastante cerca el uno del otro en la sala de cine.

—Debo irme, ya es un poco tarde y no quiero pelear con mis padres por llegar tarde —tenía razón, era casi media noche.

—Adiós, Marie, espero que tu noche esté de lo mejor —yo seguía un poco consternado por lo que me acababa de pasar en ese preciso momento, ella solo me dio un fuerte abrazo. No podía procesar lo que acababa de vivir en carne propia.

—¡Sí, Louis claro! Lo será después de hacer esto —y me dio un último beso bastante rápido, dicho lo cual, se bajó del automóvil de Marcus y corrió dentro de su casa, estoy casi seguro que escuché un grito por parte suya.

—¡Ey, galán! —Marcus me gritó desde el asiento del conductor, sentía su inminente emoción—, la verdad es que ya lo sabía, Kate me lo contó todo; se portó muy chismosa.

—¡Ay, por Dios! En serio esto es lo más genial que me ha pasado, en definitiva ella acaba de alegrarme mi noche, pero dime, ¿qué tanto te contó Katherine? —por obvias razones yo quería saber y saber más del tema, me refería a que Marie era linda; bastante atractiva, sus ojos eran hermosos, era la capitana del equipo de baloncesto.

—Dos pueden guardar un secreto sólo si uno de ellos está muerto —citó la frase de una canción de la introducción de una serie y arrancó su auto, puso a Coldplay (específicamente, colocó Princess Of China) en la radio, a un volumen considerablemente alto, y me llevó a casa.

Amanecer Antes de Julio (Dylan's Version)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora