«Tontito, estoy más cerca de lo que crees y soy quien menos lo imaginas, créeme, no soy quien tú crees,
O.PD: no respondas esto, por favor, besos».
«¿Quién carajos eres, O? Por favor, dímelo, necesito saberlo. Yo creo que eres tú, Marie, pero dice que es no quien yo creo que es.
Entonces, por favor, quiero saber quién eres». Solo podía pensar en eso, quería, realmente lo deseaba y anhelaba, que Marie fuera la chica de las cartas, pero ahora me parece que es otra chica, para empezar se llamaba MARIE, no empezaba con O su nombre.
¿Quién podría ser? ¿Por qué me pasaba esto? Dios, eran tantas preguntas y tan pocas respuestas, ¡necesitaba saberlas!
Los días pasaban y no tenía noticias de O, no había recibido algún mensaje o alguna señal para decirme quién esa esa chica misteriosa.
—¡Hey, Lou! —Katherine habló para que fijara mi atención en ella, estábamos en la hora del almuerzo, cada vez se mencionaba menos a Richard Vallaj, hasta me había olvidado de él.
—¿Qué pasa, Kate?
—Parece que estás en otro lado, te acabo de preguntar si te gusta el peinado de Marie y tú ni siquiera te inmutaste, estás como perdido o yo qué sé —¿de verdad me había preguntado sobre el peinado de Marie? Dios, estaba tan perdido como ella decía, me limité a contestar:
—¿Qué quieres que opine? Está lindo.
—Ni siquiera lo notó, Kate, te lo dije; te dije que no se daría cuenta —Marie y Marcus hablaron al mismo tiempo y le echaron una mirada de pocos amigos a Katherine.
—Ok, bueno, yo no sabía; de verdad iba a creer que Louis se daría cuenta o que, mínimo, diría algo acerca de tu peinado. Algo más que un simple «ah, está lindo»; es él el que parece que no está aquí —hizo voz burlona mientras ponía los ojos en blanco—. Gracias, Louis, me has hecho quedar como idiota frente a Marie y Marcus.
Comencé a titubear, Dios mío, el asunto de O me tenía vuelto loco.
Y ahora había alejado a O por su misma culpa. Un segundo, ¿seguía pensando que O era Marie? No podía ser posible, habían pasado varias semanas desde que recibí la última respuesta de O.
Ese día Marcus se fue con sus nuevas mejores amigas: Katherine Dankworth y Marie Wilson.
Yo decidí ir al parque Orange. Necesitaba respuestas y requería pensar un poco, creyendo que tal vez así las conseguiría.
El parque Orange era bastante tranquilo, solo había ruidos de las aves que pasaban, un par de ardillas corriendo a través de los árboles; había unos cuantos niños jugando a la pelota cerca de donde yo estaba, hacían los típicos ruidos de unos niños jugando a la pelota; como gritos o risas en un tono muy fuerte.
Me senté en el césped, me puse a pensar, pensar y pensar, no podía hacer otra cosa que no fuera pensar.
Al poco rato me fui durmiendo, poco a poco, hasta que de verdad caí y dormí un poco...Cayendo, iba cayendo, no había un lugar al cual aferrarme para detener la caída, de repente salieron muchas manos a mi alrededor, no sostuve ninguna porque no confíaba en que me fueran a atrapar.
Casi llegaba al fondo terminaba el camino de manos, pero de repente salió una mano y sabía que esa mano la tenía que sostener.
Solo vi un brillante reloj de oro, me detuve en seco, cuando vi que de la mano empezaba a salir un brazo, hasta llegar a un dorso; se estaba formando el cuerpo poco a poco.
Quedó una silueta irreconocible.
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Amanecer Antes de Julio (Dylan's Version)
Ficção AdolescenteLouis Gerald Train es un chico que está en su último año de Colegio, en uno de los colegios más prestigiosos del país, el Colegio Apple White. En esta historia, Louis Gerald va descubriendo realmente quién es y solo puede preguntarse qué tan lejos v...