Capítulo 4

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Multimedia: EMMA TORRES (Shay Mitchell) 

Capítulo 4 

Sara

Ya me encuentro en casa de Emma.

Es de esas casas grandes y caras, pero las personas que viven en ella no son tacañas y arrogantes, sino que muy amables.

Mi amiga me mostró su remera casi lista y la verdad que es divina, completamente de su estilo.

Como era de imaginarme, la llenó de brillos.

El color de la remera es blanco, aunque casi no se ve. Le había cortado las mangas, para que quede musculosa pero manteniendo el grosor sobre los hombros. También realizó un escote en V, con los bordes decorados con piedras brillantes color rosa. Se notaba que quería resaltar.

En el medio de la remera, bajo el escote, dibujó un XX y lo rellenó de brillantina color plateada.

En la parte de atrás, recortó el medio para realizar una espalda baja que dejaba ver su bronceado.

Me dijo que le faltaban unos retoques, pero yo ya la veo perfecta. Y sino la conociera, no sabría que va a la secundaria Lincoln, ya que el rosa no la representa en lo absoluto.

Debajo de la remera, todas las chicas usaríamos la pollera del uniforme. La verdad es que yo la odio, es lo más horrible que vi en mi vida.

Es del estilo a las de todos los colegios, pero color gris oscuro. Diaj.

Y el suéter que debemos usar arriba es un tono de azul que no pega para nada con la pollera.

Yo no sé qué estaba pensando la persona que decidió que ese conjunto – que en realidad no es ningún conjunto - debería ser el uniforme.

Luego de hablar con mi amiga sobre su remera, nos enfocamos en la que yo iba a usar.

Le dije que quería algo simple, que represente al colegio y tenga un XX chiquito en algún lado.

Pero como era de esperar, terminó casi tan resaltante como la de ella. Las diferencias son que la mía no tiene el escote y la espalda tan baja. Y tampoco tiene rosa. Decidí utilizar el azul del colegio y brillantina plateada.

Ya era tarde como para volver a mi casa sola, así que Emma me dijo que me quedara a dormir. Mañana es nuestro último día de vacaciones.

De repente mi celular suena.

Lo tomo y veo que tenía un mensaje de mi madre.

Es extraño, nunca me escribe, ni para saber dónde estoy o si me encuentro bien.

"¿Dónde estás? Debo hablar contigo"

En serio que toda parte de mi cara expresaba confusión tipo ¿qué carajos estoy viendo? Hace muchísimo que no tengo una conversación con mi madre. Ya ni recuerdo cuándo fue la última.

- ¿Qué sucede? Parece que hubieras visto a alguien teniendo sexo con su perro – comenta Emma.

Me echo a reír. Siempre tan sutil.

- Peor. Es un mensaje de mi madre – Le acerco mi celular para que lo vea.

- Oh my god – es lo único que dice, haciendo pausa entre cada palabra. Le encanta hablar inglés.

- Lo sé, demasiado raro. Le diré que mañana hablaremos.

Tecleo una rápida respuesta y dejo mi celular a un lado.

Pero de inmediato suena de nuevo.

"Es importante"

- ¿Y a mí qué me interesa? – digo en voz alta mirando la pantalla de mi celular – Nunca me da pelota, ¿a qué viene esto?

Te reto a enamorarmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora