Sara
Quería asesinar a Emma y a David.
Insistieron en ir a darles la bienvenida a los chicos nuevos y esas tonterías, cuando sabían que yo quería ignorarlos desde un principio. Les dije que vayan ellos solos, no había necesidad de que yo también lo haga, pero Emma es una cabeza dura.
Solo sé que no quería ir a saludar ni entablar palabra con ellos. Pero mis dos amigos no ayudan para nada. Y justamente como son mis únicos dos amigos, si no quiero estar sola por el colegio debo estar con ellos.
Salimos del salón de clases para ir al recreo, y apenas piso fuera agarro a Emma y la arrastro hasta el baño de mujeres.
– ¿Eres tonta o sorda? ¿Puedes respetar mi decisión de no querer intentar ser su amiga ni nada por el estilo? – digo en tono reclamo.
Ella pone los ojos en blanco.
– No seas tan aburrida Sara. Son nuevos y una ayuda les viene bien. Verás que será divertido, y más con David ¿Lo oíste hablar inglés? No mejoró nada en la pronunciación – comienza a reírse.
– Dudo que sea divertido – me cruzo de brazos.
– Ni siquiera has intentado. Además, tu reacción al verlos fue suficiente para que admitas que son unos bombones ¿Has visto los ojos del rubio? Sabes que tengo una debilidad por los ojos verdes – me dice sin despegar su mirada del espejo.
– No te voy a mentir. Sí, son lindos. Pero eso no quita que sean niños ricos y arrogantes.
– Ya basta con eso, dales una oportunidad. Y si son como dices, nos alejamos ¿De acuerdo?
Dudé por unos segundos. No quiero más amigos, no los necesito. Y menos unos extranjeros. Aunque conocerlos creo que no me haría mal.
– No les daré una oportunidad. Solo los acompañaré a ti y a David porque no me queda otra.
– Eres tan terca – rueda los ojos.
Termina de verse en el espejo y salimos del baño.
– Piensa que de todas las personas que pudieron habérseles acercado, nosotros lo hicimos primero – comenta en el camino.
Cuando llegamos a la puerta de nuestro salón, vemos que había una ronda enorme de un montón de personas.
Era más que evidente que estaban rodeando a los yankees, y creímos que David estaría con ellos, ya que no lo vimos.
– Bueno, parece que tuvimos suerte de ser los primeros. Mañana ni se acordarán de toda esa gente – escucho decir a mi amiga.
– ¿Y tú qué sabes? – la miro. En serio es una persona con mucha confianza en sí misma - Bueno no interesa, anda acompáñame a comprar algo, que tengo sed ¿O intentarás meterte en esa multitud de gente donde probablemente termines asfixiada?
– Claro que no. Quisiera ser buena y salvarlos de ser acosados, pero moriría en el intento, como tú dijiste.
Le sonrío mordiéndome el labio inferior, y vamos hasta el buffet del colegio. Había bastante cola.
Cuando por fin tengo mi agua, el timbre suena.
Siempre que entramos al salón, pasan de cinco a diez minutos hasta que el profesor de la materia correspondiente llega.
En esos minutos la mayoría se sientan sobre las mesas y hablan, otros revolean cartucheras por los aires, otros dibujan cosas no aptas para niños en el pizarrón, y así siempre.
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Te reto a enamorarme
RomanceTyler tenía todo su futuro planeado. Luego de morir su padre, su vida da un giro: se muda de país. Nuevo colegio, nuevas personas, nuevas costumbres, nueva vida. Aunque él pensara que fuera solo por un año, conocer a Sara hace que ya no esté tan seg...