Una Aventura Intergaláctica✨ (Jelly Jamm)

T.1 Capítulo 2: Un Regreso Inesperado

(POV CRISTAL)

Me desperté sin saber dónde estaba, no me acordé de lo que había sucedido anteriormente, solo sabía que vi mi vida correr riesgo. Me quedé quieta un momento recordando lo que posiblemente podría haber pasado...

(FLASHBACK)

Era un momento duro, cogí mi nave, la cual mi madre, la total soberana de ese planeta, me tenía prohibida conducir. No tenía elección, quería ser libre, alejarme de toda esa basura en la que estuve viviendo toda mi vida. Hoy era el día. El día en el cual cumplía por fin los 15 años, y desde luego, no quería acabar toda mi vida de esa manera.

-¡Regresa aquí! -Gritaba ella, corriendo hacía mi para impedir mi despegue.

-¡No quiero ser tu marioneta y complacer con tus gustos, ya no! -Gritaba enrabiada.

El ejército se preparaba para ir a mi posible escapada, la cual no me encontraba precisamente muy tranquila. La situación era bastante tensa como podréis imaginar.

-Si escapas, despídete de tu vida como princesa. -Replicó ella para que no me largara.

-Aún qué no me marche, el castigo me lo llevaré de todas formas, y precisamente no será moderado.

Me metí a la nave sin ver a atrás y despegué dudosamente. Antes de salir del planeta Looray, del que provenía; El cual ya estaba desierto y oscuro por el mal trato de los habitantes, vi como mi madre conjunta, una gran cantidad de escuadrones apreciaban mi lanzamiento.

Navegando unas cuentas horas, puesto que la nave iba a una gran velocidad astral, encontré este planeta y sin más remedio tuve que aterrizar puesto a que el combustible no estaba en mejor de los casos.

Ante mí tal inexperta de maniobrar el vehículo, choqué frenéticamente sobre esta misma explanada, provocando un gran impacto sobre el suelo.

(FIN DEL FLASHBACK)

Tras levantarme, abriendo los ojos lentamente, lo primero que hice fue ponerme mi mano al frente, el dolor de cabeza era bastante.

-Mirad, se despierta. -Sonó una voz cercana.

Abrí los ojos sobresaltada al escuchar una voz, y sin ubicarme, solo apunté con mi pistola hacia lo que tenía delante.

-La hemos observado y no tiene munición. -Dijo una chica azulada, con pintas de ser científica.

-¡No te vamos a hacer nada, solo queremos saber que estás bien! Escuchamos un ruido muy fuerte como si fuera un meteorito, pero cuando vimos tu nave nos sorprendimos -Decía una niña con rasgos rosas que estaba al lado de la científica.

Unos chicos morados se acercaron y yo me eché hacia atrás, uno más moreno que el otro. Mientras que uno llevaba casco y el otro tenía un pelo que le cubría los ojos.

Me quedé embobada.

Ambos nos quedamos viendo al otro y acto seguido me estrechó la mano y con un gesto y me dijo que se llamaba Ongo.

Desde un primer plano, parecía ser un chico bastante misterioso y tímido, pero a la vez se veía bien. mientas, este intentaba hacer que me pusiera de su parte y confiar en él, extendiéndome la mano como signo de confianza. En ese instante, no podía confiar mucho en nadie. Había vivido una vida llena de desconfianzas y temores y aunque el chico no parecía ser malo, nunca pude fiarme de nadie correctamente en ese planeta, y las pocas amistades sanas que tenía, mi madre, la reina, se encargaba de destruirlas sin ton ni son.

El chico aún me sostenía la mano, esperando mi respuesta, las dos chicas y el chico del casco que había detrás de él, miraban confusos.

Finalmente con nervios junté mi mano con la suya.