T.2 Capítulo 1. Después de tanto tiempo

165 9 6
                                    

Había pasado bastante tiempo desde que el incidente había ocurrido en aquel planeta donde la música era el tema principal. Las cosas seguían como de costumbre, Ongo y Cristal seguían estrechando lazos amorosos, Mina y Bello eran un casi algo. Rita y Goomo, por su contrabando, vivian la vida a gusto. Blast, había vuelto a su choza, la cual no había especificado donde estaba para su intimidad, pero seguía viniendo a ver preferiblemente a Mina y en parte a los demás.

La reina malvada, o como su nombre decía; "Tora", estaba en un manuscrito que nos enseñó la reina, esta misma no se había movido de las frías cárceles desde su captura. El grupito de amigos y, exceptuando a la reina y al rey, no tenían pensado sacarla, ¿Quién sabe lo que podría pasar si se liberara?

El párrafo ahora se enfoca en un consejero real de la magia negra, una personita torpe, de baja estatura, piel y ambos ojos grisáceos como la noche, con unas ojeras notables. Para su edad, rondando aproximadamente los cincuenta años, se mantenía bien, aunque un poco regordete, similar a la apariencia al rey. Este se llamaba Ryu y tenía la semejanza de parecerse a una especie de pulpo, pues contando que tenía seis piernas. Venía de otro planeta, solo para ayudar en lo que era a su "Ex reina", como trabajo y profesión. Hacía años que ella no regresaba a su hogar y él era de las pocas personas que le hacía falta tener a Tora a su lado, pues le había agarrado aprecio con el tiempo, aunque ella no le tratara precisamente bien.

Ongo y Cristal hoy habían tenido una cita (o así era como lo pensaba el morado). Pero la verdad es que la chica quería dar una vuelta por el río para ver las clases de dodo peces que habitaban sobre esas aguas cristalinas y, Ongo la había acompañado para que no fuera sola y para así aprovechar para charlotear.

-¡Mira este pez! -Señalaría la rojiza al dodo que estaba viendo. El animal enseñó sus grandes dientes afilados. El chico sobresaltó al verlo.

"Es una piraña" Pensó para sus adentros.

-Entonces ¿Mina te ha encargado anotar la variedad de peces de este río para hacer un informe? -Preguntaría el de morado con su sonido tan característico que hacía al hablar.

La chica afirmó con la cabeza. Su contrario suspiró. Pensar que esa era la primera búsqueda de la mañana y que aún quedaban más le aborrecía. Quería pedirle a la de ojos rojos de ir a tomar una bebida juntos o tal vez pasear por el prado, lo que sea. Él no era mucho de investigaciones biológicas.

Ongo sentía algo por ella y la chica también, pero el tiempo es traicionero. Últimamente, ella, con esas expediciones que hacía con Mina, no tenía de este, por lo cual, ambos se veían menos que antes.

-Eh... mmm. -Gemiría el morado.

La de sudadera se daría la vuelta, confusa por el sujeto.

-¿Sí?

El chico giró la cabeza, arrascándose la mejilla con un tono rojizo sobre la cara y negaría la pregunta.

Ella le miraría y subiría la ceja, conocía demasiado al contrario y sabía de sobra cuando este quería alguna cosa o de otra forma, estaba mintiendo.

La rojiza se levantaría, puesto que estaba agachada inspeccionando el área y le miraría firmemente. Sabía de sobra lo que quería su contrario.

Él respondió sudoroso y con las palabras entrecortadas por los nervios.

-¿Ah- Qui-Quisieras salir esta tarde a-a dar un paseo? - Planteó el morado. -Ya sabes, tú, yo, a solas...

La chica se le quedó mirando, atónita. Parpadeó un par de veces y se dirigió a su contrario.

-¡Esta bien! Esta tarde nos vemos entonces. -Sonreiría. -Además... Qué casualidad que hoy tenías ganas de venir aquí. -Subiría una ceja. -Tú no eres muy biólogo que digamos.

-Bueno... Me apetecía acompañarte. -Los soniditos que hacía al comunicarse se le hacían tiernos a la rojiza.

-¿Hoy cuando no está Mina?

El morado se sonrojaría nuevamente y se daría la vuelta, con ambos brazos cruzados.

La chica reiría por la timidez del chico.

Ella misma se dispuso a acabar su trabajo, que no tardó mucho, ya que solo era listar un par de especies y más.

-Ya tengo todo lo que Mina quería, podemos irnos.

Cristal no era muy de peces, al revés, le encantaban las aves y todo lo que fuera alado, pero le debía a Mina una investigación por no acudir la vez pasada.

Hacía un buen día, el sol lleno de vida e ilusión. Por otra parte, los dodos cantaban por todo el gran prado que demostraba armonía. Los demás estaban haciendo sus cosas. Bello y Goomo, jugando, como solían hacer. Mina, mientras tanto, en su laboratorio probando con diferentes fórmulas para curar a diferentes especies. La reina y el Rey, habían tenido un finde para ellos solos, hacía tiempo que no salían o como cuando eran más jóvenes. Y Rita, paseando por Jammbo con su bicicleta, ya que era grande ya para ir en triciclo.

La rojiza, tras despedirse de su chico, se dirigió para su casa.

Por el camino se encontró con esos dos, jugando a la pelota como niños que aún no habían madurado.

Se los quedaría viendo, hasta que el más pequeño, Goomo, se fijó que acechaba ahí.

-¡Cristal! ¿Quieres jugar con nosotros? - Preguntaría el mismo.

Esta lo negaría dulcemente.

-¡Es la hora de comer! No me apetece unos chutes ahora.

Bello con un toque de pelota se la pasaría a su amigo e iría a donde estaba su hermana.

-¿Fuiste con Ongo, verdad? Te ves muy feliz.- Preguntó con un tono burlón.

-Sí, Bello, he ido con Ongo. -Ella refunfuñó, ya se preparaba para lo que iba a venir.

El rojo empezó a hacer gestos en el aire, asimilando besos.

La misma, le agarraría del pelo y se lo llevaría con ella.

-Adiós, Goomo. -Contestaría entre dientes por el dolor.

El del casco miraría la situación, confuso.

-Adiós, Cristal, adiós Bello. - Se arrascaría la cabeza, pensativo.- ¡Por cierto Bello, no te olvides que a la tarde tenemos que ayudar a Mina!- Gritaría por el hecho de que cada vez estaban más lejos.

Tras unos minutos, este se escabulliría del amarre de la chica.

-¡Por fin! Mi pelo es libre. - Se arreglaría el pelo a su manera.

-Por cierto, Bello. Espero que la comida esté hecha. Hoy te tocaba a ti.

Este daría un respingo.

-Lo tomaré como un no.

-Prometo recompensarte otro día ¡Lo juro!

-Déjalo, ya me las apañaré como pueda. Pero... me debes algo a cambio. ¡Cómo un masaje! -Río.

-¡¿Otro?! ¡Te di uno ayer!

-En todo caso, limpiarás los platos de un mes. -Sonrió de lado la rojiza.

El rojizo suspiró, cansado.

-Está bien, está bien. Luego te doy tu masaje...

.....................................................................................................

Continuará...

PD: ¡Ahora se viene una nueva temporada con nuevos personajes y nuevos problemas! Espero que les guste :3

Una Aventura Intergaláctica✨ (Jelly Jamm)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora