Capítulo 13 ~Lizkook~

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Da vueltas en la cama y la molestia al vientre aumenta más de minuto en minuto, se siente quemar y escalofríos de frío la azotan de pies a cabeza. No ha logrado cerrar ojo toda la noche, su celo por fin ha llegado y esta vez es más doloroso e intenso del habitual... se muerde el labio inferior exasperada, los pezones son gemas duras, pulsan y hormiguean, se lleva enseguida la mano al pecho túrgido y dolorido, acaricia despacio tratando de aliviar la tensión pero rozando involuntariamente uno de los pezones se deja escapár un gemido, una corriente eléctrica va a cosquillearle el clítoris y más abajo en el centro pulsante de su feminidad. Tiene que tomar enseguida un sopresor o se volverá loca ya que Taehyung no está allí para cuidár de ella como su alfa, tampoco sabe si lo habría hecho prendido como está del otro omega y en todo caso ella no le hubiera permitido acercarsele, había salido de viaje para Londres solo el día anterior. Con fatiga se levanta, tiene la frente sudada, también el pijama corto está húmedo, para no hablár de sus bragas, están empapadas de sus fluidos. Se acerca a la puerta del baño y la abre, enseguida busca en el pequeño armario dónde generalmente tiene sus medicinas personales entre los cuáles los sopresores del celo, arquea una ceja perpleja... busca en cada sitio pero nada, frustrada se deja escapár una imprecación, no tiene ganas de bajar en la cocina con JungKook merodeando por la casa, no es que nunca la haya visto en estas condiciones, pero ahora es diferente. Se muerde el labio inferior y se mira en el espejo, es un verdadero desastre piensa afligida, pasándose una mano entre la cabellera rebelde lava la cara y luego sale de su cuarto y baja. Aparentemente parece estár sola en casa, controla en el baño de los huéspedes y nada... sin embargo había creído también haber puesto allí una caja de esas pastillas, va en la cocina... es su última esperanza, los temblores aumentan considerablemente, se inclina a buscar dentro de algunos cajones, nada.... se levanta y abre las puertillas de un mueble, pero el estante está vacío. Ésta tiene que ser una broma de mal gusto... la primera oleada del celo se acerca, es un dolor mixto a picaduras de placér que haría enloquecer quienquiera, se agarra al anaquél de mármol de la isla de la cocina, inspira y espira angustiosamente, aprieta con fuerza mientras un sollozo huye a su control.... ¡ALFA! Grita su omega desesperadamente dentro de ella... luego siente un calido contacto sobre su espalda baja, es una caricia rítmica y circular que le regala un momentáneo alivio, levanta a duras penas la cara y reabre los ojos, gira la cabeza y encuentra la mirada dulce y penetrante de JungKook, sus ojos color cafés se pierden en los achocolatados del chico. Se siente malditamente incómoda.

"Lili deberías acostarte, no estás bien" dice con tono... ¿Preocupado? Sería ridículo, trata de sustraerse a su toque, pero la retiene envolviendole la cintura con una mano mientras con la otra le toma la temperatura por la frente, su proximidad, su aroma de vainilla la ponen aún más en agitación... lo odia, odia que se porte como su adorable Kookie de un tiempo. Ignorando sus protestas él acerca los labios a su frente, siente ese leve contacto y un tiritón la atraviesa. Él arruga la frente.

"Tenemos que bajar de inmediato la temperatura... estás quemando Lili" se siente enfadada con él pero sobre todo consigo misma, con rabia lo empuja.

"Déjame..." dice rencorosa asesinandolo con los ojos. Él cruza los brazos al pecho y abre los labios en una sonrísa descarada.

"¿Cómo piensas sobrellevar esto tú sola? No hagas la niña..."

"Sólo necesito un sopresor, no encuentro una pastilla en ningún sitio... tú no tienes..." le ve sacudir la cabeza.

"Nunca los he utilizado" contesta con un tono que la deja anonadada, ¿Está echandole en cara ahora mismo su intensa vida sexual? Gemidos mixtos a quejidos le salen sin darse cuenta, tiene que hacer algo o perderá el juicio. Se siente empujar dulcemente hacia el sofá, está sufriendo demasiado como para poder oponerse o preguntarse que diablo pasa por la cabeza de ese idiota, la ayuda a sentarse mientras va a buscar una manta blanda con la cuál la envuelve.

Fresa y VainillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora