Los números negros distribuían una cifra enorme en la cuenta bancaria que Tiziano miraba en su ordenador de despacho. Así alineados uno tras otro parecían un largo animal rastrero con multitud de pies, un animal futurista de unos, treses, cuatros y cincos. Se presentaban sobre una pantalla de brillo palpitante, tal parecía que el propio corazón de Tiziano iba al mismo ritmo de la pantalla y sus números, pom, pom, pom...
A veces el corazón mueve los músculos de la cara y les hace sonreír. Tiziano solo veía una inmensa realidad en esos números creados por bits e iluminados en una pantalla digital extraordinariamente fácil de romper.
Esos bits son promesas de futuro, bien podría pensarlo Tiziano, pero no era tan ingenuo, él ve realidades, como la de esa tarde, con su hijo en una carretera en la que saldría a correr, y mañana, que irá a una reunión de confianza de la cuenta de valores. O pasado, que tendrá una carrera en el club de vela.
Eso es, para él, la verdad.Le sirven las cosas que producen algo: felicidad o alegría o dinero para poner la maquinaria en marcha. Estar tumbado más allá del descanso no le producía nada. Estar tomando un café en el bar moderno y vegetariano, tampoco.
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De vuelta a la habitación
AdventureTiziano Alonso Quintueles es un trabajador ejecutivo. Bucea y le susurra a otros tiburones de la publicidad y en la especulación; se disfraza como ellos todos los días para creerse a la altura. Pareciera que solo le sirve el dinero. Además, es un fa...