8 El ciego periodista

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Los medios tradicionales estaban perdiendo valor. Se veía venir desde que todo lo tradicional lo había perdido y solo recibía la pujanza de quienes se empeñaban en conservarlo en contra de tod corriente.
En ese ánimo, uno de los cuponeros de la ciudad creó un medio online y empezó a alertar a la población de lo que según él otras callaban. Empezó a hacer su periodismo como hobbie y acabó siendo más relevante que todos los tradicionales juntos para su ámbito de influencia. La historia siguió los siguientes pasos.
Cómo estaba todo el día en la calle y a pesar de sus gafas de cristal hinchado, él decía que lo veía y se enteraba de todo. Y quería contarlo a cuantos más posibles, porque si no, es como si no contara.
Hizo un curso para abrir un blog, incluso animado por un periodista radiofónico local que como todos al principio no lo tomó en serio y luego, pocos años después, tuvo que apartarse ante la estela.
-Hombre, yo te animé a hacer un blog, pero de ahí a intentar sustituir a la prensa tradicional... no intentes hacer mi trabajado.
Y no lo intentaba, su relación que el periodismo poco tenía que ver, él solo contaba lo que veía o lo que le contaban. Si había unos perros que intentaban morder ancianas o a niños y eso alarmaba a la población, se tenía que contar.
Con ese tipo de entradas la audiencia va creciendo y con la incursión en redes sociales aún más. Y la ciudad y pueblos cercanos empezaron a enterarse de lo sucedido, por muy real o ficticio que fuera, antes por las redes del periodista sin tradiciones que por la prensa autodenominada seria.
Inundaciones, cambios políticos, furgonetas para raptar bebés, violadores, jonkis y traficantes que daban entrevistas biográficas...
Los desheredados del periodismo de kiosko y sus lectores tenían las dosis que querían aupadas por el boca oreja.

De vuelta a la habitaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora