Había estado sentado en aquel mueble por lo que le pareció una eternidad, pero al sacar su teléfono se dio cuenta de que apenas había pasado media hora. Decidió cargar a Seokjin, quien hasta el momento seguía profundamente dormido; lo llevó hasta lo que parecía ser su habitación y lo dejó con mucho cuidado sobre la cama. Esbozó una sonrisa al ver su rostro tan pacífico, mostrando aquella tranquilidad que tanto le hacía falta hace unos minutos. ¿Cómo alguien podría siquiera pensar en hacerle daño a un ser tan angelical como Seokjin? Simplemente, no lo entendía.
Después de estarlo observando por unos cuantos segundos más, lo cubrió con una manta, salió de la habitación y cerró la puerta. Se dirigió hacia la sala de estar y se sentó en un sillón a ver la pantalla de su teléfono apagado, como si haciendo esto se fuera a presentar alguna solución a este problema. Al parecer sí funcionó, pues una brillante idea pasó por su mente. Rápidamente, encendió su teléfono y buscó entre sus contactos el nombre de la persona que lo podría ayudar en estos momentos. Al encontrarlo, marcó su número y esperó en la línea.
—Hola Nam ¿Qué pasa?— se escuchó del otro lado, una vez contestó.
—Sé que es muy descarado de mi parte, pero necesito tu ayuda y es urgente— caminó hacia la cocina para hacer el menor ruido posible.
—¿Ahora qué hiciste?
—Lo lamento, pero el problema en que estoy metido no te lo puedo contar por teléfono. ¿Puedo ir a tu casa?
—Sabes que sí, sólo espero que no hayas metido la pata hasta el fondo porque si es así, yo mismo te la voy a partir.
Tragó grueso. Bueno, tendría que ir buscando el yeso.
Luego de un intercambio más de palabras, colgó y se dirigió a la puerta para irse, no sin antes dejarle una nota a Seokjin y darle un pequeño vistazo para asegurarse de que siguiera durmiendo. Cuando se percató de que así era, abrió la puerta y salió del departamento.
Al salir del edificio, tuvo que correr hacia su auto ya que estaba a punto de ser multado por un oficial de tránsito, ésto porque había dejado su camioneta en un lugar que claramente decía "Prohibido estacionarse". Le tomó menor importancia y pasó de largo al oficial antes de que pudiera hacerle la multa, no tenía tiempo para estupideces.
Condujo hasta la casa de la persona que lo podía ayudar. Al llegar, se estacionó debidamente, bajó del auto y tocó el timbre. Segundos después, Yoongi le abrió la puerta y lo dejó pasar con una cara de puño que lo llegó a intimidar un poco.
—¿Me puedes explicar qué mierda hiciste, Kim Namjoon?— no hubo ni siquiera un "Hola", el pálido fue directo al grano.
Después de sentarse y recibir un vaso con agua, le explicó todo lo que había acontecido; desde lo sucedido en la dirección, hasta los mensajes y amenazas por parte de ese número desconocido. Sabía que podía decirle todo esto con total confianza; ese gruñón pelimenta junto a Hoseok eran los únicos amigos a los que les confiaba su vida y sabía que nunca lo traicionarían.
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☑ MI SEXY PROFESOR | NamJin
Random❝Kim Seokjin es un estudiante destacado en la universidad de Seoul, se desenvuelve muy bien en todas las asignaturas que le enseñan menos en una: Inglés. Seokjin es pésimo para el inglés por culpa del hombre que le enseña, pero cuando a éste lo reem...