CAP 28: "Accidente"

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El atardecer empezaba a hacer presencia por el horizonte, unas cuantas nubes grises se acercaban para cubrir el cielo, dando paso a una brisa que poco a poco se fue convirtiendo en una lluvia algo fuerte

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El atardecer empezaba a hacer presencia por el horizonte, unas cuantas nubes grises se acercaban para cubrir el cielo, dando paso a una brisa que poco a poco se fue convirtiendo en una lluvia algo fuerte.

Todas las personas presentes llevaban paraguas para no mojarse, algunos con un semblante serio y otros como Seokjin, que no dejaban de llorar desde que habían pisado el cementerio.

Todos vestidos de negro escuchaban la misa que daba el sacerdote, éste después de rezar por el alma de Namjoon, echó agua bendita sobre el ataúd y le dio su bendición.

El corazón del castaño se había partido en mil pedazos desde que se vio obligado a presenciar como el cuerpo de Namjoon era aventado por los aires y hacía impacto contra el pavimento, llenando ese espacio de la calle con su sangre.

Las lágrimas no cesaban y el hueco en su corazón se hacía más grande con el paso de los minutos. Sin darse cuenta, se encontraba arrodillado en el suelo, gritando reiteradas veces el nombre de Namjoon mientras las gotas saladas no paraban de resbalar por sus mejillas e iban a parar al suelo.

¿Por qué?

Quería morirse en ese preciso momento, no podía con el dolor de ver a Namjoon dentro de una caja. Pálido. Quieto. Inerte.

Abrazó el ataúd con todas las fuerzas que su cuerpo le permitía mientras seguía gritando su nombre, causándole a los presentes un nudo en la garganta.

—Ya es hora— escuchó la quebrada voz de Yoongi a su lado.

—No... Por favor, no...— miró de manera suplicante al pelimenta con sus ojos rojos e hinchados, sólo deseando tener unos cuantos minutos más.

—Debemos dejarlo ir, Seokjin— esta vez el pelirrojo hizo acto de presencia junto al ataúd, viendo con dolor el cuerpo de quien fue su mejor amigo.

—¡No! No me separen de él, por favor— gritaba mientras era jalado hacia atrás por los dos mayores, quienes sin poder dejar de llorar, veían cómo el ataúd era bajado y dejado en aquel hoyo de tierra para segundos después, ser cubierto por la misma —¡NAMJOON!

El castaño abrió sus ojos de golpe, aún sintiendo las lágrimas bajar por sus mejillas. Miró a su alrededor y no pudo evitar extrañarse al verse a sí mismo en una sala de espera.

Sorbió su nariz confundido ¿Había sido un sueño?

Poco a poco, los recuerdos del accidente fueron golpeando su mente. Namjoon siendo golpeado brutalmente por el auto y él mismo corriendo hacia el moreno para ayudarlo, las personas que se detuvieron a ver tan horripilante escena, la ambulancia llegando y él siendo apartado por los paramédicos mientras veía cómo éstos subían a Namjoon en una camilla y lo ingresaban en la ambulancia.

Todo había pasado tan rápido que aún se encontraba en shock. Apenas sí recordaba cómo había llegado al hospital.

No sabía exactamente qué hora era, por lo que volteó a ver a todos lados en busca de un reloj de pared que pudiera resolverle la inquietud. No lo encontró, pero sí logró distinguir a Hoseok de pie en el pasillo con la mirada seria, únicamente viendo hacia el suelo. Cuando éste se giró a verlo y se dio cuenta de que había despertado, le dedicó una mueca que sólo delataba preocupación.

☑ MI SEXY PROFESOR | NamJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora