🍂 𝓒𝓱𝓪𝓹𝓽𝓮𝓻 𝓣𝔀𝓸 🍂🍂 𝓓𝓪𝓷𝓬𝓮 𝓲𝓷 𝓽𝓱𝓮 𝓓𝓪𝓻𝓴 🍂
Guillermo se cambió lentamente, quería aún estar encerrado pero sabía que Nieves tenía razón, él debía salir de su casa, abandonar el nido para volar libre y nuevo. Salió de su habitación ya cambiado, vio a la chica recargada en uno de los muebles con el celular en mano, sonriendo. De inmediato se acercó.
—¿Con quien hablas?—preguntó levantando una ceja y sonriendo.
—Con Aki.—contestó alegremente sin apartar la mirada de la pantalla del móvil.—Es mi mejor amiga desde que tengo memoria.
—Yo tenía un mejor amigo desde que teníamos cinco años...
—¿Fargan?—Willy negó.—¿Entonces quien?
—No importa, ¿nos vamos, Nieves?
La muchacha asintió. Ambos salieron de la casa sin decir una sola palabra. Tomaron asiento dentro de la cafetería, un chico se les acercó para tomar la orden:
—¿Que van a desear?—preguntó sacando una libreta de su mandil.
Ambos jóvenes se miraron, Nieves y Willy sonrieron.
—Lo que pida la señorita.—dijo Willy relajado.
—Pues un Moka para mi estará bien. Y para el señor supongo que estará bien un Capuchino.
—¿Algo para acompañar?—preguntó el chico anotando las dos bebidas.
—Esto que lo elija el señor.—dijo riendo la muchacha. Las dos miradas estaban enfocadas en los ojos de Willy mirándolo con curiosidad.
—Pues un muffin de chocolate—dijo y rápidamente agregó—:sin gluten. Y para la dama estarían bien un muffin de durazno.
El chico asintió, anotó un aspas cosas y salió a la cocina. Willy miró a Nieves que estaba sonriendo de oreja a oreja. Willy igual sonrío. Y sin más ambos se empezaron a reír. Todo el local tenía la mirada en ambos jóvenes. Cuando por fin paraban la risa, ambos se miraron.
—¿Que fue eso?—preguntó Guille limpiándose una lagrima.
La muchacha alzó los hombros con una sonrisa.
—No se, tú empezaste.—dijo Nieves recuperando su respiración habitual.
—¿Yoooo?—exclamó Willy colocando una mano en su pecho.
—¡Si! Tuuu.
Ambos jóvenes volvieron a reír hasta que el chico les traía sus bebidas acompañadas de los aperitivos.
—¿Por que me elegiste un capuchino? Me gusta pero pensé que pedirías dos mokas.
—Supongo por que me acorde de Ruben que siempre bromeaba con que eras chino, por tus ojos.—dijo entrecerrando sus ojos azules para que parecieran los de una persona asiática.—Y pues Capu-chino.
Willy la fulminó con la mirada, después comenzó a reír. Normalmente se sentiría algo ofendido, pero no, sólo se pudo reír.
—¿Y? ¿Como te sientes con Rubén?—la muchacha alzó los hombros.
—Supongo que bien, no quedamos en malos términos así que supongo que seguimos siendo amigos. Me dejó su casa para yo vivir en ella.
—¿Y el?
—Se fue a vivir con Samuel...—dijo sería y con lastima de ver a Guillermo cómo oscurecía su mirada.
Willy escuchó dentro de si, como su corazón se rompía y se desmoronaba. Tan solo con compararse con Rubén le partía el alma en mil pedazos. ¿Cuanto llevaba con Rubén para ya pedirle que se mudara con el? Guillermo apenas y pudo ir a su casa y Samuel nunca tocó el tema de mudarse juntos cuando Guille preguntaba.
—Supongo que está bien.—dijo cuando la chica de los orbes azules buscaba la opinión de Willy.—Digo, me siento mal, pero es su vía, creo que ya tanto Samuel como yo merecemos una vida, y mi vida no era con el. Tengo que empezar a entender.
—Es lo mejor para los cuatro.—aseguró Nieves.
Willy asintió dándole un sorbo al capuchino, pasó por su tráquea dejando un sentimiento de tranquilidad dentro de sí. Nieves le dio un mordisco a su muffin de durazno.
—¿Y? ¿Como te sientes?—pregunto Nieves.
—Creo que bien, sólo tengo que dejar de pensar en ello, y tu también deberías, Ni.—dijo dándole un nuevo apodo a la chica.
—¿Ni?—preguntó desorientada.
—Si, Ni de Nieves.—contestó dándole otro trago a su bebida.—Perdona, si te molesta te sigo llamando Nieves.
—¡No! No me molesta para nada, sólo que nadie me había puesto un apodo así. No se habían preocupado en ponerme un apodo así.
Ambos jóvenes comenzaron a hablar trivialmente. Ambos reían cuando el otro contaba un chiste por más malo que fuera. Cuando ambos acabaron el café, ya sabían todo. Y era agradable, la confianza fluía entre ambos a la perfección y no se sentía tan pesada. Pagaron y salieron del local, se sorprendieron cuando vieron que era de noche.
—Definitivamente los días son muy cortos en Karmaland.—agregó Willy viendo como el sol se ocultaba entre las casas del pueblo. La mujer le dio la razón.
Continuaron paseando por las calles de la ciudad, entrando a callejones y sentándose en bancos, o simplemente se sentaban en escalones de casas. No era como si a,nos hubieran vivido lo mismo, pero al menos entendían como el otro se sentía, al menos entendían como se debían de tratar.
Ambos voltearon cuando una pareja agarrada de la mano corría por la vacía calle en la que estaban.
—¿Que pasa?—preguntó Nieves a Willy que estaba igual de desconcertado que ella.
—¿Quieres ir a ver?
La chica asintió. Así que Willy se levantó y ayudó a la muchacha a levantarse. Ambos vieron como la pareja iba a quien sabe donde.
Pronto llegaron a la plaza principal, donde se escuchaba música y varias personas bailando al ritmo de la música.
—¿Quieres?—ofreció Nieves ofreciéndole su mano a Willy.
El asintió y tomó la mano. Ambos se movían de un lado a otro, aunque ni uno de los dos sabía cómo moverse consiguieron hacer una pequeña coreografía aunque claro, entre ello hubo varias pisadas.
Al terminar de bailar unas cuantas canciones, ambos salieron de la multitud. La muchacha bostezó, sabía que era momento de separarse de Willy. Y él como en señal de agradecimiento le dio su chaqueta verde. Ella la acepto y se despidieron.
Una noche increíble, hasta se podían considerar amigos. Y todo gracias a Rubén y a Samuel.
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🌻ℬℯ𝓈𝒾𝒹ℯ ℳℯ🌻
FanficPorque al parecer todos lo sabían a excepción de ellos dos. Es triste enterarse al final, pero cuando una puerta se cierra (o en este caso se marcha) otra se abre, y llena de oportunidades. ¿Por que no se van cada quien por su lado? Por que se compr...