🍂 𝒞𝒽𝒶𝓅𝓉ℯ𝓇 𝒯𝒽𝒾𝓇𝓉ℯℯ𝓃 🍂

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🍂 𝓒𝓱𝓪𝓹𝓽𝓮𝓻 𝓣𝓱𝓲𝓻𝓽𝓮𝓮𝓷 🍂

🍂 𝓕𝓵𝓮𝓬𝓱𝓪 🍂

Una bella balada acompañada de un buen Vinito Barato De Lusu con comida exquisita incluida. Una bella y fresca noche. El día había sido lo más complicado para Guillermo. ¿Que NO había hecho ese día? Camino por todas las calles en busca de ingredientes para preparar algo de comer, gracias a Luzu le quedó la comida con una apariencia agradable y un sabor buenísimo. Necesitaba más tiempo, tenía que buscar un traje y un anillo para su dama, o por lo menos futura mujer. Después de unos meses pensando sobre el peso de esa gran decisión del matrimonio lo había decidido. Estaba seguro de que quería a Nieves de compañera de vida, la chica con la cual levantarse todas las mañanas del resto de su vida, con la cual poder llegar a hablar de sus inquietudes, cosa que ya hacían de por sí. Desde que adoptaron a Moka, Guillermo había empezado a pensar a profundidad a esto, ya estaba listo, después de seis meses hablando con el psicólogo más confiable y conflictivo de Karmaland estaba decidido. Ese día era el día, no solo el día, sería el mejor día de su vida.

Ahora solo faltaba que Nieves llegara a la casa para así poder empezar a comer.

Willy realmente estaba empezando a alterarse, la chica no llegaba, ¿y si le había pasado algo? ¡Seguro era eso su tardanza! De seguro, los rapiroli volvieron y querían venganza. Confiaba de que Nieves sabía cuidarse muy bien las espaldas y el frente. Caminaba de un lugar a otro pasándose una mano por el cabello quedando despeinado.

—¡Hola, Guille!—saludó Nieves cuando Willy le abrió la puerta, la chica de inmediato lo abrazó.—Te ves nervioso, ¿ocurre algo?

—No, nada...—mintió el hombre correspondiendo al abrazo de su dulce amada. Al separarse, ella le dio un beso en la frente. La había extrañado, hace unos días que no hablaban precisamente para eso, al principio las intenciones de Willy eran diferentes, quería tener todo listo en tres días, el primero concentrarse en el anillo, el segundo en su traje y finalmente todo un día para la comida, pero no, Willy y Fargan se habían re-viciado a un nuevo juego por lo que tres días se volvieron uno.

Ambos jóvenes cenaban con la luz de la luna entrando por la ventana, charlando sobre esos tres días separados, Willy mentía pero no quería arruinar la sorpresa. La chica seguía adorando el vino como la primera vez que lo probó en casa del dueño. Al acabar, Willy recogió los trastes, con ayuda de Nieves los lavaron y secaron en poco tiempo.

Nieves dudaba de la palabra del chico, pero al poco tiempo se le pasó, la confianza era la segunda regla en una relación, la primera por muy cursi que pareciera era quererse.

Cuando acabaron, ambos volvieron a sus sitios en la mesa. El tiempo se les fue en charlar.

La emoción y felicidad de Nieves estaban en el clímax cuando vio a Guillermo arrodillarse con una rodilla en el suelo, en su mano una caja pequeña negra con un anillo de plata y un diamante incrustado. Era bellísimo.

—¿Mi Ni, me permites ser tu hombre y levantarme todas las mañanas del resto de nuestras vidas juntos—pidió Willy emocionado.—bailar al ritmo de la música todas las noches hasta que nos duelan los pies?

—¡Claro que si, mi Guille!—exclamó la muchacha.

Cuando Willy le colocó el anillo la chica no dudó en abrazarlo.

Ambos les agradecían a Rubén y a Samuel por haberlos juntado.

🌻ℬℯ𝓈𝒾𝒹ℯ ℳℯ🌻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora