🌻ℬℯ𝓈𝒾𝒹ℯ ℳℯ🌻

🍂 𝒞𝒽𝒶𝓅𝓉ℯ𝓇 𝒮𝒾𝓍 🍂

🍂 𝓒𝓱𝓪𝓹𝓽𝓮𝓻 𝓼𝓲x 🍂

🍂 𝓵𝓸𝓼 𝓭𝓸𝓼 🍂

Nieves ya estaba lista para la fiesta. Akira le ayudó a prepararse. Le eligió un vestido de lana gruesa de un color azul cían, también unas botas del mismo color de la chamarra blanca que también la joven de cabellos amarillos le había ayudado a conseguirla.

—¿Y si se da cuenta?—pregunta Nieves muriéndose de los nervios.

—¿De que?

—De que compramos la chamarra. Así cualquiera se daría cuenta de que quiero llegar al fondo del asunto.—¿Que asunto? Pues el asunto de descubrir cómo se ponía cuando Willy estaba con ella.

—Vas a poner la excusa sobre que compraste ropa.

Asintió apuntándolo en sus notas mentales. Aún no acababa de debatirse por qué estaba tan nerviosa,si era por Guille o si era porque su psicólogo quería ir a recogerla. Sin duda alguna, ambas estaban empatadas. Se quedó un rato hablando con Akira sobre cualquier cosa que no tuviera que ver con Guillermo u otro héroe, pero mientras más eran sus ganas de olvidarse de ello por unos minutos, más potente se volvía el pensamiento.

—Creo que ya llegaron por ti.—dijo Akira cuando alguien llamó a la puerta.—¿Me puedo quedar en tu casa?—Nieves la miro con una ceja levantada.—Es que tu televisor es mejor que el mío, anda.

—Está bien.—aceptó abrazando a su amiga.—Tengo miedo.

—Tranquila, cualquier cosa te vienes a la casa.

Nieves asintió, preparada física pero no mentalmente, ¿y si habían invitado a Rubén? No tenía nada de malo, sólo son ex's por lo que podrían ser amigos. Pero sería un ambiente muy incómodo entre ellos dos, sólo era cuestión de intentar una plática y no quedar en un silencio total. Fácil. Abrió la puerta para encontrarse al moreno, a su psicólogo. Raúl Álvarez, o simplemente Auron.

—Hola, Nieves.—saludó el caballero.—Te ves bien, digo, no es como si te hubieras visto mal, pero ahora te ves preciosa. ¿Vamos a casa de mi niño?

—¿Tu niño?

—Si, mi niño Luzu.—contestó poniéndose colorado.

Nieves comenzó a caminar, no sin antes ver como Akira cerraba la puerta, más le valía a Akira tener la casa limpia cuando llegase Nieves.

Ambos jóvenes caminaron por las calles del pueblo, platicando algo que no fuera sobre lo que habían hablado en el consultorio de Auron. Auron le comentaba aventuras que había vivido con sus compañeros, cómo estuvo en una relación con Luzu y como fueron sus inicios en él área de psicología. Y bueno, Nieves le comento que siempre había querido aprender a luchar pero Rubius la mantenía alejada, pero le enseñó cosas, como la minería.

—Ya llegamos.—dijo subiendo unas escaleras.

A Nieves le fascinó ver la lava cayendo por la montaña. El ambiente literal: era caliente. Subieron las escaleras que eran larguísimas. Y solo para ver una puerta grande de una madera obscura.

Auron tocó la puerta con dureza, causando a Nieves escalofríos, era una fortaleza que causaba terror, pero era grandiosa, quizás eran sólo los nervios.

—¡Hola, Auronseeto!—vio a la muchacha.—Usted debe ser Nieves, un placer, yo soy Borja Luzuriaga, o me puedes llamar simplemente Luzu.

—El placer es mío, Luzu. Auron habló muy bien de usted.

—Pues adelante, sólo falta que llegue Wilfredo. Estaremos en el patio de atrás así que vamos.

Caminaron a donde Luzu los guiaba, todos estaban en un grupo y muy tapados, aún el clima frío estaba presente. Comenzaron a presentarse formalmente, pero después de unos minutos, todo dejó de ser tenso.

Alguien llamó a la puerta, y ante eso, noto la mirada del menor de ellos, Alex. El cual la veía con una sonrisa y cuando llegó Willy, miraba a Nieves y a Willy.

—Nieves, te presento a Guillermo. O dile Willy.—el albino sonrío de oreja a oreja.—Y bueno, Willy, ella es Nieves.—la joven sonrío tímidamente.—Pues gracias a los dos por venir.

—¡No es nada!—exclamaron los dos al mismo tiempo.

Alex solo reía tomando una copa de vino para él y para su pareja.