El chico del arbusto

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No podía creerlo. Nunca había visto a un miembro de la tribu Ursa y jamás habría imaginado encontrarme uno dentro del territorio Lupus. Mi padre solía contarme muchas historias acerca de las distintas razas, pues el al haber luchado en varias guerras conocía muy bien a cada una y yo tenía una idea básica sobre ellas.

Según tenía entendido los híbridos de oso vivían muy lejos de aquí, prácticamente del otro lado del continente. No tenía idea de cómo había llegado hasta ese lugar.

— Ummh... — Escuché un ruido lo que me hizo salir de mis pensamientos — Uaahh! No! No! Por favor, no me mates... déjame ir, yo solo estaba de paso, lo prometo! — Era el osezno que había despertado de su sueño.

Al incorporarse por fin pude verlo con detalle. Tenía una mirada profunda a la vez que tierna y parecía que pudiese ver sus sentimientos, como si sus ojos fuesen una ventana a su interior; el oso tenía miedo. Era más bajo que yo y lo noté en extremo delgado, se notaba que no había comido en días. Sus ropas parecían quedarle chicas y no usaba ningún tipo de calzado. Llamó a mi atención un pequeño bolso que en cuanto el oso se levantó apartó de mi vista y parecía cuidarlo con recelo.

— Po.. po.. Poporfavor... déjame ir, juro que no soy un espía ni nada — Dijo el híbrido de oso, temblando de miedo.
— Tranquilo, no voy a hacerte daño — Yo sabía que mis órdenes si encontraba un híbrido no lobo en el territorio eran informar de inmediato a mi padre para que así los lobos más experimentados fuesen hacia su captura y, posteriormente, su asesinato. Pero había algo dentro de mi que me llamaba a proteger al pequeño oso. No sabía que era, pero por algún motivo con cada segundo que pasaba frente a él y olía su aroma, crecían dentro de mi unas ganas inmensas de estar a su lado y de protegerlo a toda costa. Sentía la necesidad de alimentarlo y darle refugio.

— Entonces... no vas a matarme...? — Dijo el chico — Puff, que alivio... por un segundo creí que era mi fin. La próxima vez buscaré un mejor escondite para mis siestas.
— No voy a matarte, solo si me dices quien eres y qué haces aquí— No quería hacerle daño, pero sentía la necesidad de saber qué intenciones tenía pues mi tribu era lo más importante para mi y un espía que dijese los puntos débiles de los lobos a otra tribu podría significar  nuestro fin. Sin embargo, más que por mi tribu, me moría por saber todo sobre el.

— Ammm... pues me llamo Rubén... y solo estoy de paso, buscando donde dormir o que comer, y con suerte encontrar el camino de vuelta a mi tribu... con mi familia — Dijo el chico. Pude notar que conforme me hablaba una expresión de profunda tristeza inundaba su rostro.

— Yo me llamo Samuel, hijo de Gnorc, heredero de los Lupus. Te ves mal, hace cuanto que no te llevas algo a la boca?— Pregunté.
— Ya he perdido la cuenta de los días, pero no te preocupes, ya estoy acostumbrado a no alimentarme. Sin embargo, debo admitir que tu olor me abre el apetito.
— Mi olor?.
— Así es... hueles... hueles como a manzana — El pequeño oso se relamió los labios mientras cerraba los ojos. Era obvio que el chico moría de hambre.
— Espera aquí, no te vayas— Le dije. Acto seguido me di la vuelta y fui en busca de una presa que llevarle a Rubén. No pasó mucho tiempo cuando ya tenía en mi poder dos conejos que cazé con facilidad.

— Toma — Le lancé los conejos a sus pies.
— Woah! Muchas gracias Samuel... pero no tengo nada que darte a cambio.
— No necesitas darme nada, eso si, no se te vaya a ocurrir comenzar a comer aquí. Los lobos podrían oler la sangre y encontrarnos con facilidad. Acompáñame.

Acto seguido lleve al chico hacia un claro en medio de un bosque cercano, lugar donde iba a jugar desde pequeño y que siempre había sido mi lugar favorito. Sería difícil que alguien nos encontrara ahí.

El chico comía sin parar y yo no podía parar de mirarlo. Qué hacía un oso en territorio Lupus y por qué sentía la necesidad de cuidarlo?

— Nyam gnam ñam. Woah! Está delicioso! Ten, toma un trozo, no me dejes comiendo solo.
—  No, gracias estoy bien. Entonces... éstas perdido y esa es la razón de que te encuentres aquí?
— Así es. Llevo caminando por mucho tiempo intentando encontrar el camino a casa. No se hacia dónde voy ni si estoy cerca pero yo solo quiero volver con mi familia. Disculpa... tú sabes en dónde está mi casa?

El corazón se me partió en dos. Podía sentir la angustia y tristeza del pequeño oso y se sentiría peor al contarle que su hogar estaba muy lejos, del otro lado del continente para ser exacto

— No Rubén, no estás cerca. La tribu Ursa se encuentra muy lejos de aquí, no entiendo como es que llegaste tan lejos.
— Madre mía... debía suponerlo... dos años caminando sin rumbo no podían hacer más que alejarme de mi casa... debí dejar que aquellos ladrones de la tribu Pantha me mataran ahí mismo.
— ¿QUÉ?!?! LLEVAS DOS AÑOS CAMINANDO SIN RUMBO?!? — Exclamé sorprendido — Como es que no pediste direcciones o algo antes???
— TAS BOBO O QUÉ??? Tu crees que no lo he intentado? Nadie nunca me ayudó... eres la primera persona que es así de amable conmigo.

La verdad me arrepentí de hacer una pregunta tan tonta. Era obvio que nadie aceptaría ayudar al pequeño oso, todo el problema entre tribus era algo bastante serio, y aunque algunas no eran tan hostiles como otras, era sumamente increíble como el oso seguía con vida. Lo que sí sabía con certeza es que quería ayudar al pequeño oso a llegar con los Ursa costara lo que costara y no iba a descansar hasta conseguirlo. Vamos, como que me llamo Samuel de Luque.

Comenzaba a hacerse tarde y yo debía debía regresar con la manada.

— Bueno, debo regresar. Quédate aquí escondido, no vayas a irte— Le dije al pequeño oso el cual me veía con mirada agradecida.
— Pero... ¿por qué? No puedo quedarme. Debo seguir mi camino, la noche es cuando me muevo pues hay menos posibilidades de que me vean. — Exclamó, mientras me miraba con extrañeza y abrazaba su pequeño bolso.
— No sabes ni cuál es el camino a seguir y es demasiado peligroso que un Omega se pasee solo por las tierras de Karmat. Mañana vendré a buscarte para partir... te ayudaré a regresar a casa.

Sus ojos se iluminaron, era como si al chico le hubiese regresado la vida al alma. Pasó de tener una mirada cabizbaja y una actitud tímida a saltar de alegría alrededor del claro mientras reía sin parar. Esa vista me reconfortaba el alma.

— Gracias Samu... puedo llamarte Samu, ¿verdad?.
— Puedes llamarme como quieras chico.
— ¿Como quiera? Entonces te llamaré boomer— El oso me lanzó una mirada burlona.
— Si es que eres tonto... yo te llamaré Rubius — El pequeño y tonto Rubius... no sabía en la que me estaba metiendo.


Muchas gracias a todos quienes se tomaron el tiempo de leer el prólogo de este AU, de verdad lo agradezco 💚
Intentaré publicar una parte diaria si el tiempo me alcanza. En caso de no publicar perdonarme :(
Publicaré los capítulos en mi Twitter también un día después de haber sido publicados aquí, por si quieren leerlo en otro formato o ver alguna tontería que comparta! @infinite_boy_

🌟 The Journey 🌟 (Rubegetta AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora