Había pasado una semana desde que Samuel llevó a Rubén a ese claro en el bosque. En todo éste tiempo había llenado al oso de muchos regalos. Le llevaba alimento el cual el oso devoraba de tal manera que pedazos de comida salían volando e incluso algunos caían a veces en la ropa o mejillas del lobo, Rubén se acercaba hacia Samuel y le quitaba los restos de comida con mucha delicadeza a base de lengüetazos, cosa que a Samuel le parecía increíblemente adorable. También le llevaba leña para que no pasara frío por las noches, el único problema es que Rubén no tenía ni idea de cómo prender un fuego y Samuel tenía que ayudarle. Mientras el oso trataba de frotar una rama con torpeza sobre un pedazo de madera después de haber roto ya unas cuántas, el lobo se sentaba detrás suya, pasaba sus brazos por su costado y con gentileza tomaba las manos del chico las cuales tenían bien sujeta la rama. Con paciencia mostraba la técnica adecuada al pequeño oso, sin embargo el no se podía concentrar. Sentía la respiración del lobo en su cuello, cosa que le provocaba sensaciones nuevas para el.
Tanto Samuel como Rubén esperaban todo el día para poder verse y estar el uno con el otro. Cada que Samuel se separaba de su Omega sentía una presión en el pecho que persistía hasta que regresaba con el oso, pero debía regresar con su manada todas las noches sí o sí para que no sospechara nadie. Sin embargo, una de esas noches...
— Vaya, al fin llegas hijo. La jauría estuvo de regreso hace ya un par de horas. Dime, ¿Qué estabas haciendo? — Era el líder Gnorc, padre de Samuel quién se dirigía hacia Samuel.
— Amm estaba cazando una presa, sin embargo logró escapar hacia los límites del territorio.
— ¿Ah si? Eso no es muy propio de ti Samuel, no había oído de alguna presa que se te escapara hasta estos momentos. A propósito, tus compañeros de jauría me comentaron que no haz estado presente en la caza nocturna al menos durante una semana... Dime Samuel, ¿me estás ocultando algo? — El lobo Alfa no era nada tonto, ese comportamiento no era propio de su hijo, ni del próximo líder de la tribu Lupus. Sabía que el chico algo estaba tramando, e iba a averiguar que era.
— N..no padre. He estado mejorando mi velocidad, no puedo entrenar con nadie mas de la jauría porque soy el más veloz, así que lo hago solo — Era una excusa que se le había ocurrido en el momento.
— Entiendo... de acuerdo. Espero que el día de mañana si participes en la caza, tu jauría necesita tu liderazgo, lo sabes bien — Y con esas palabras el líder Gnorc se retiró hacia sus aposentos, dejando al pobre lobo preocupado pues no sabía que podrían hacerle a su Rubius si le encontraban.Ya comenzaba a caer la noche del día siguiente y Samuel debía idearse un plan para estar presente en la caza y al mismo tiempo visitar a su Omega. Sin embargo, por más vueltas que le daba al asunto no encontraba la forma de estar presente en ambos lados, además hasta dónde el sabía no podía partirse en dos. Finalmente se decidió por ir a ver al pequeño oso pues si no estaba con él esa noche, el pobre podría pensar que lo habría abandonado y dejaría el claro, y no podía bajo ninguna circunstancia hacerlo sufrir. Bastaba con verlo una noche más y explicarle que no podía ir a verlo tan seguido, ya se las arreglaría con su padre después.
Con esto, Samuel se separó de nuevo de la manada y se dirigió deprisa hacia el bosque... lo que el no sabía es que estaba siendo seguido cautelosamente por alguien.
Rubén estaba alerta, solo esperando sentir el delicioso aroma que le avisaba cuando su Alfa iba a visitarlo. Esa vez era especial pues sería el quien le diera un regalo a su Samu. El oso pasó toda la tarde tejiendo con largos trozos de maleza y ramas secas una réplica exacta de su amuleto especial, hasta parecía hecho por su misma madre. A su creación había puesto por nombre Kira. Por algún motivo creyó que ese nombre le pegaba. Estaba sumamente orgulloso de sí mismo y no cabía en emoción pues al fin podría regresar un poco del cariño que su Samu le demostraba todas las noches. Sin embargo no solo estaba emocionado, al mismo tiempo sentía un nudo en el estómago... ¿Y si no le gusta? ¿Y si su regalo no es tan Bueno como él creía?. De repente todos sus miedos se esfumaron pues a su nariz llegó el olor más delicioso que lo hacía sentir que nadaba entre un océano de delicioso puré de manzana. Samuel finalmente llegó al lugar.
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🌟 The Journey 🌟 (Rubegetta AU)
Science FictionOmegaverse - Rubegetta AU "En un mundo donde todo es hostil, un chico debe emprender un largo viaje al lado de un ser de lo más extraño"