El secuestro

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Después de caminar unas cuantas horas, los híbridos se encontraron en el límite del territorio Lupus. Rubén ya lo había cruzado sin mayor problema, sin embargo Samuel al tener prohibido salir durante toda su vida se quedó mirando al oso del otro lado de la cerca que delimitaba a la tribu Lupus y a la tribu Pantha; tenía miedo y preocupación pues no sabía que se encontraría del otro lado y si estaría preparado para defender a su Rubius de cualquier cosa que lo pudiera amenazar

— ¿Qué esperas? Debemos apresurarnos si no queremos ser alcanzados por tu padre — Dijo el híbrido de oso.
— Nada, es solo que esto de romper las reglas de mi tribu no se me da muy bien — Si bien era cierto que Samuel haría cualquier cosa por Rubius, el siempre había seguido las órdenes de su padre y había sido fiel a su tribu en todo momento, pues sería el próximo líder y era su deber, así que no podía evitar sentirse un poco mal por estar traicionando a su propia gente.
— Oh... Tranquilo hombre, que no pasa nada, además estoy contigo, yo te protegeré— Dijo Rubén mientras hacía una pose de héroe, lo cual hizo reír a Samuel.
— Jajaja si claro, mi héroe — Le dió demasiada ternura la acción de Rubén, pues era demasiado bajito y delgado como para poder protegerle siquiera de una mosca.
— ¡EEEY! Que puedo reventar a quien se me ponga en frente, ya sea un lobo como Arsilex, como tú o a un mismísimo Pantha.
— ¿Ah si? ¿Tu y cuantos más? — Una voz, proveniente de la oscuridad detrás de Rubén, hizo exaltar a la pareja. De las sombras apareció una figura de un hombre, poseía barba y parecía más grande en edad que ambos dos. Llevaba una capa y su rasgo más característico era esa larga cola de un tono anaranjado y con rayas negras. Poseía dos orejas con las mismas características, solo que a una de éstas le faltaba un trozo.

Tanto Samuel como Rubén se habían encontrado cara a cara con un miembro de la tribu Pantha apenas al cruzar la frontera. Peor aún, el sujeto había escuchado las palabras de Rubén y estaba molesto...

— Ammm... que era broma hombre, eran palabras de ahogado... ¿sabes lo que te digo? — Dijo Rubius mientras temblaba y miraba al hombre, además de hacer sus orejas de oso hacia atrás.
—Entonces crees que eres mejor que yo, por favor, tu no podrías conmigo ni aunque yo me dejara vencer... Ya lo he decidido, tú te vienes conmigo — Acto seguido, Rubén se encontró sobre los hombros del hombre y en un abrir y cerrar de ojos éste empezó a correr a toda velocidad.

Samuel observó cómo su Omega se alejaba en brazos de ese hombre, junto con un grito desesperado que decía "¡SAMUUUUU!"... su rabia comenzó a aumentar; sus ojos violetas se pusieron rojos y parecía como si fuesen a explotar, su expresión facial cambió a una que causaría miedo a cualquiera que se le pusiese en frente. El lobo se armó de valor y cruzó la cerca de un solo salto, debía alcanzar al extraño de pelo naranja. El lobo corrió como nunca lo había hecho en su vida tratando de seguir el rastro con olor a fresa que dejaba su Omega, sin embargo éste mismo se perdió cuando Samuel llegó a un lugar que parecía una ciudad en ruinas. Samuel se detuvo. Observó a su alrededor lo que lograba ver con la luz de la luna y las estrellas, intentaba encontrar un posible camino que podría haber tomado el sujeto, pero no encontraba nada.

Mientras tanto, un desesperado Rubén trataba de safarse del agarre de su secuestrador, mientras éste no dejaba de correr a toda velocidad.

— ¡¡SUELTAMEEE!! YA TE LAS VERÁS CON SAMU CUANDO ME ENCUENTRE, TE LO ADVIERTO — Dijo Rubius, el cual hacía lo posible por que Wilson no saliera volando de su bolso.
— ¿Te refieres a ese perro pulgoso con el que hablabas? Por favor, no me hagas reír chico — Dijo el hombre, poco después fue disminuyendo su velocidad conforme se acercaban a un lugar lúgubre y desolado; había huesos por el suelo y casi nada de vegetación, lo único que había en ese sitio era un gran conjunto de rocas,  lugar hacia dónde se dirigía.

🌟 The Journey 🌟 (Rubegetta AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora