Hyrod había despertado. Y Addie no estaba del todo segura si realmente quería oír las noticias que él tuviera que decir. Aunque, a juzgar por las miradas y los entrecejos fruncidos de Driel y Layson, ellos tampoco lo estaban.
Se deslizaron por la casa siguiendo a la hermana de Driel que se había tomado personal el trabajo de cuidar de Hyrod mientras durmiera. Habiendo llegando bajo el umbral de la habitación donde se hallaba, todos se quedaron quietos, pues la recámara no era en sí grande y que entraran todos de golpe no era una buena idea si su plan era evitar atosigar al chico.
Así que Driel, la hermana de él y Addie esperaron en el pasillo, el primero porque era un hecho que no quería entrar y obtener respuestas que bien podían decir lo equivocado que estaba con su sospecha o peor, que no lo estuviera, la segunda porque en definitiva no pintaba mucho en el asunto y la tercera porque prefería esperar y luego recibir la probable sorpresa que la marcaría.
Addie miró en dirección de Driel, que había apoyado su espalda contra la pared y cuya cabeza se encontraba gacha, como si estuviera envuelto en un par de incesantes pensamientos complejos. A los cinco minutos la hermana de él desistió y abandonó el pasillo. Y tras otros cinco minutos —que a Addie le comenzaron a parecer eternos— la puerta que daba al cuarto donde Hyrod se encontraba se abrió hacia afuera, y Kasla salió de ella.
—No nos quiere hablar —dijo la chica con un tono que indicaba su nula satisfacción al respecto—, está tan silencioso como un muerto.
Addie ladeó la cabeza en instintiva confusión.
—¿Por qué? ¿Él está bien? Quizá esta herido.
Kasla enarcó una ceja y cruzó sus brazos.
—No lo creo. Algo pasó, no sé que podría pasar que Hyrod se negara a hablar de ello. Pero solamente nos mira, Layson le insistió y creo que ahora lo sigue haciendo al punto de que le cuenta a dónde iremos incluso. Aunque no logramos nada. No dice nada.
Driel carraspeó con la garganta, tal vez de manera natural, pues cuando las miradas de ambas se posaron en él lució levemente sorprendido. Hizo un gesto con su mano, restándole importancia al asunto.
—Algo pasó —concordó—. Ustedes lo conocen. Deben formarse una idea, ¿no es así?
Kasla soltó un gran y hondo suspiro lastimero.
—No tengo nada en mente —confesó—, pero temo que debamos seguir, realmente Hyrod luce muy mal y no sé si pueda acompañarnos.
Addie saltó ante este comentario y la sorpresa no tardó en atacar su rostro. Se mordió la lengua y se abstuvo de responder algo al respecto. ¿Qué debía decir? ¿Que no lo hicieran? Era claro que de por sí el tiempo que les tomaría llegar hasta el dichoso hechicero —si es que realmente existía— sería enorme, si a eso le añadía esperar la recuperación que quizá podía ser muy tardada de Hyrod, tal vez llegarían demasiado tarde para hacer algo.
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Addie Bagler Y La Maldición Del Sueño © #1 [COMPLETA]
Fantasia[Libro 1 de la Saga Addie Bagler] ¿Qué harías si fueras la única persona despierta en una realidad en la que toda la humanidad ha caído dormida espontáneamente por algún motivo desconocido? Addie Bagler, una niña de siete años que siempre había cre...