~Capítulo 20~

14 5 3
                                    

El unicornio parpadeó una sola vez muy lentamente, y Addie —por una razón desconocida— pudo entender lo qué eso significaba

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El unicornio parpadeó una sola vez muy lentamente, y Addie —por una razón desconocida— pudo entender lo qué eso significaba.

—Layson, él nos va a ayudar a volver a Savtér.

El chico enarcó las cejas y la miró con una incredulidad que no se molestó es ocultar.

—¿Desde cuándo sabes entender a los unicornios?

—Es algo raro, pero puede pasar —los interrumpió de pronto una voz a sus espaldas, y Addie se giró sobre sus talones, observando esta vez cómo era Kasla quien caminaba hacia ellos, con su pelo revuelto y su rostro demacrado. Addie recordó que ellos ni siquiera habían tenido la oportunidad de dormir la noche anterior, el cansancio debía ser abrumador e inimaginable, tanto el físico como el emocional.

Addie se acercó a la chica con pasos lentos y le sonrió a medias y con alivio al verla.

—¡Kasla! ¿Qué pasó con Hyrod? —cuestionó con tono preocupado y angustioso, rememorando que Layson había dicho que ella se quedó para detenerlo.

—Inconsciente —informó, mordiendo su labio inferior con claro remordimiento.

—¡¿Y lo dejaremos ahí?!

—No me gusta la idea tanto como a ti, Addie. Pero no podemos llevarlo, créeme, me siento horrible, pero nuestra prioridad eres tú ahora, y tu mundo.

Addie arrugó el entrecejo y bajó la mirada. Odiaba tener que entenderlo, y odiaba que Abtell de nuevo hubiera tenido razón en sus palabras. Le había advertido, le dijo que vería las consecuencias. Ahora Addie temía que hubieran más de ellas.

—Está bien —masculló y se dirigió hacia el unicornio, quien se había mantenido quieto y estático durante toda su conversación, y volvió a parpadear—. Él dice que nos llevará, y que sólo debemos tocarlo.

Layson abrió la boca para probablemente cuestionar o hacer un comentario al respecto, pero pareció decidirse por no hacerlo y quedarse callado. Addie suspiró y caminó hacia el místico animal, observando sus oscuros ojos que no la perdían de vista. Ella tragó saliva y puso su mano sobre el pelaje del unicornio, sintiendo de nuevo la sensación tan amigable en la palma de su mano, y lo acarició con lentitud, girando su cabeza hacia Kasla y Layson. Ellos parecían dudosos y Addie les dijo:

—No los morderá, sólo toquenlo y nos llevará de vuelta a Savtér.

Kasla se encogió de hombros como si se diera cuenta que no tenía nada que perder, y dio un par de zancadas para llegar a su lado, colocando una mano encima del lomo del animal, siendo poco después imitada por Layson.

Enseguida el mundo entero comenzó a girar y girar, volviéndose distorsionado y muy borroso. Addie sintió cómo la bilis de su estómago trepaba por él e intentaba salir por su garganta, recordándole amablemente que no había comido nada desde el día anterior, haciéndola sentir aún más mareada.

Addie Bagler Y La Maldición Del Sueño © #1 [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora