Ophelia (Yoonmin)

14.

Capítulo 14.

Año de 1956.

Corea del Sur, Seúl.

Cuando las cosas mejoraron, decirlo entre comillas estaría más correcto, pero Park Jimin se sentía tranquilo después de haber sanado sus heridas de la espalda, ahora se encontraba en la Universidad terminando su última clase, al finalizar guardo sus cosas en su maletín y salió hacia el lado contrario que los demás.

Sus pasos resonaron entre el pasillo, miro alrededor y entro al aula de música, dejo su maletín en el piso y corrió a los brazos de Min Yoongi quien habia esperado dos horas al menor.

—Hola pequeño ¿Cómo estás? —Pregunto Yoongi y beso la frente del menor.

—Bien, ya no tuve molestias en la espalda y ¿Usted Hyung? —Pregunto con una sonrisa, Yoongi lo bajo y Jimin se sentó en el banquito del piano.

—Bien, he preparado las ultimas cosas de mi proyecto, por cierto, quiero que tengas esto. —Jimin miro la Ocarina y sonrió.

—Extrañaba tanto tenerla y volverla a tocar. —Susurro mientras con su dedo delineaba coda orificio de esta.

La llevo a su boca y cerro sus ojos comenzando a tocarla con delicadeza, Yoongi sonrió al escuchar la hermosa melodía del menor, se acercó delicadamente a este y se hinco frente a él, Jimin sintió el movimiento y abrió sus ojos buscando a Min. Sus ojos se encontraron con la mirada gatuna del mayor, no cortaron esa conexión y sintieron sus corazones latir junto al otro, amándose en silencio, ese algo que les gustaba. Algo que no tenía etiqueta, pero era eterno.

Jimin termino la melodía y sonrió, Yoongi se colocó de pie e invitó al menor a hacerlo, Jimin deslizo su mano entre la de Yoongi y se colocó de pie, Min camino hacia un reproductor de discos de Vinilo y coloco uno sobre este, una melodía comenzó a tocar, Jimin abrió sus ojos sorprendido cuando Yoongi lo pego a él y sujeto su cintura, la tensión se sintió sin embargo se relajaron y comenzaron a bailar al compás de como Yoongi los guiaba, la delicadeza de los movimientos le fascinaban a Jimin, como antes mencione entre líneas, Jimin amaba el baile con pasión.

Sus sonrisas salieron a flote, juntaron sus frentes ante tan momento intimó, con los ojos cerrados, con sus sonrisas y moviéndose al compás de la música, amándose libremente, sintiéndose por primera vez volar en completa libertad.

Unos ojos curiosos miraba aquella escena, la puerta del aula de música se habia quedado ligeramente abierta y la persona que alcanzo a escuchar aquella ocarina se acercó, pero jamás creyó encontrarse con esa escena tan intima, única y bonita.

Cuando la canción acabo Yoongi abrió los ojos encontrándose aun con los de Jimin cerrados suspirando ante tan magnifico momento.

—Mira mis ojos Jimin. —Pidió Min y Jimin abrió sus ojos encontrándose con los de Yoongi.

—Estaremos bien. —Susurro y beso la frente del menor.

Yoongi y Jimin habían formado un lazo más fuerte de lo sucedido la última vez, se mandaban cartas cada fin de semana, Yoongi las escondía en un archivero en su oficina entre algunos papeles, en cambio Jimin las escondía en su maletín entre una pequeña abertura que tenía dentro de este sin embargo era difícil verla debido a que había puesto una sobre tela. Jimin seguía trabajando en el bar, pero por órdenes de Minho y Seokjin ahora solo se encontraba dentro de la oficina de Seokjin revisando algunos papeles.

Yoongi seguía visitando constantemente el bar, algunas veces había podido escapar y ver a Jimin dentro de aquella oficina, a pesar de que vigilaban a Jimin no siempre era suficiente, ya no formaba parte de Yoongi pedirle escapar, ahora era Jimin quien quería escapar, irse con Yoongi en tren hasta Bukchon Hanok Village que se encuentra dentro de la ciudad de Seúl, pero es un pueblo perfectamente conservado que data hace 600 años a la dinastía Joseon. Las características incluyen calles estrechas y casas tradicionales de una planta con techos clásicos de pagoda. Muy pocas personas viven en esta área, pero los edificios se utilizan como restaurantes tradicionales, casas de huéspedes, casas de té y centros culturales, por lo que es el lugar perfecto para huir.