Nuestra protagonista comenzaba a despertar. Esta quiso voltearse pero sintió un peso sobre su pecho. Su mirada se fijo en Bruno, quien descansaba con su cabeza en el pecho pecho de Eva. La morena sonrió con ternura y besó la frente del pequeño.
—Es hora de levantarse —susurró la castaña, dándole mimos al pelinegro.
Igualmente, Bucciarati comenzó a despertar y lo primero que vio era el rostro de la morocha.
—Buenos días, Eva.
—Buenos días, corazón —le dio nuevamente un beso en la frente y se levantó de la cama—. Hay que alistarnos, tenemos que tomar un tren.
Ambos se pusieron a ello y tomaron una ducha rápida. Salieron del hotel alistados.
—¿Estas contento de volver a casa? —le preguntó Eva con una sonrisa.
—Si. Por cierto, ¿donde vives ahora? podríamos ser vecinos o vivir cerca —le preguntó el ojiazul.
La morena sonrió con tristeza.
—Lamentablemente, una vez llegues a casa tendré que volver a mi país —notó como el menor entristecía, de inmediato prosiguió:— Pero nos volveremos a encontrar, eso te lo aseguro.
Ambos se sonrieron mutuamente antes de seguir camino a la estación con un ambiente tranquilo.
Al llegar, ambos se sentaron a esperar. Eva pasó su brazo alrededor de los hombros de Bruno y este recostó su cabeza en el hombro de ella. Hablaban en susurros y se reían de vez en cuando.
Cuando el tren llego, ambos se levantaron, resignados a dejar su comodidad. Subieron al tren y se sentaron en uno de los mejores lugares, en un vagón donde casi no había nadie. Bruno volvió a recostar su cabeza en el hombro de Eva y esta entrelazo su mano con la de el ojiazul.
Los minutos pasaron en silencio, disfrutando de la compañía del otro.
—Eva —la llamó Bruno en un susurro.
—¿Que? —pregunto Eva, susurrando de igual manera.
—Te voy a extrañar mucho.
Una sonrisa conmovida se dibujo en los labios de Eva.
—Yo también —besó su frente una vez más.
—¿Sabes cantar? —le preguntó el pelinegro tras unos segundo de silencio.
—Si, ¿por que? —le respondió la morena.
—¿Me puedes cantar algo? —pidió.
—Hay una canción que me gusta tararear, ¿te gustaría escuchar el ritmo?
—Si.
Eva tomó aire y empezó a tararear "Soy más fuerte que tú". Era una de sus canciones animadas favoritas.
Los minutos pasaron con Eva tararean aquella linda canción que quedó grabada en la mente de Bruno. A este le costaba creer que se había enamorado de la morena en tan solo dos días, podía llamarse amor a primera vista.
Parada tras parada, Eva iba tarareando diferentes canciones mientras mimaba al niño a su lado. Pensaba en su futuro juntos. Debía admitir que una pequeña parte de ella no creía que fueran almas gemelas, pero la otra parte gritaba que si.
—Siguiente parada, Napoles —se anunció en los altavoces.
Una sensación de vació se instalo en el pecho de Eva, ella no quería despedirse de Bruno, no quería dejarlo. Se negaba a no poder verlo nunca más.
"Ya le dije 'adiós' a mi mejor amiga cuando se mudo. No pienso decirle adiós a él." Pensaba
Pero sabia que no tenía opción.
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My Soulmate [Bruno Bucciarati]
Fiksi PenggemarNunca creyó que conocer a su alma gemela cuando este era un niño iba a hacerla esperar encontrarse con él una vez más. Esta vez, como adultos y como amantes. Como deben saber, Bruno Bucciarati no me pertenece, solo mi Oc y el transcurso de la histor...