2.

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Yoongi

―...y terminé follando con ella. —dijo Namjoon al haber terminado su relato romántico con una desconocida en uno de sus sueños, el cual al parecer había terminado en uno erótico.

Liberé un soplo de mis labios mientras giraba de un lado a otro la cabeza. Sabía que Namjoon era un chico un tanto pervertido, pero creía que su perversidad no llegaba a aparecer en sueños, por lo menos.

―Eres un asqueroso Namjoon. Solo tú podrías tener ese tipo de sueños. ―dije con una mueca de asco y con ligero rubor en mis mejillas por lo que acababa de contarme. Me devolvió un gesto de desentendimiento, como si su historia hubiese sido la más común del mundo, como si todos soñaran con ese tipo de cosas.

―Es que Yoon, era toda una diosa. ―habló haciendo puños mientras que sus ojos denotaban emoción. Bufé.

―¿Qué haré contigo? —murmuré. —Era una de esas actrices que aparecen en tus videítos ¿No? ―frunció el ceño fingiendo estar confundido y ser la persona más inocente del mundo, observó a todos lados intentando evitar mi mirada inquisitiva. Estaba nervioso, porque claramente había dado en el clavo. ―No te hagas el que no entiende, ¿O quieres que lo grite? ―lo amenacé, negó varias veces con la cabeza mientras mordía su labio inferior demostrando que definitivamente había adivinado.

―Creerán que soy un loco pervertido adicto a ver porno. ―hizo una mueca frunciendo sus labios y negó con la cabeza mientras cerraba sus ojos. —Ni lo pienses.

―Pero ya eres un loco pervertido adicto a ver porno.― aseguré con las cejas levantadas y con una sonrisa ladeada. Al fin podría devolverle la jugada de ayer. Ya podía molestarlo como él a mí .

Namjoon se quedó callado entrecerrando sus ojos mientras me analizaba, seguro buscando con qué incomodarme. Pude leer un "cierra la boca" escrito en ese gesto. Lo ignoré.

―Te apuesto que también tendrás sexo con esa persona. ―mostró su sonrisa sin enseñar los dientes y levantó sus cejas repetidamente. Ya se sentía más satisfecho al haberme fastidiado. Le di una palmada en el brazo, esta vez sí había logrado avergonzarme. Bajé la cabeza ocultando el color carmesí fuerte en mis mejillas. Al haber conseguido molestarme, prosiguió. ―¿Y qué es? ¿Hombre o mujer?

Nunca entendería como Namjoon lograba desnudar mis pensamientos, era admirable y perjudicial.

Empezó a carcajear cuando notó mi bochorno. A veces tener una piel extremadamente pálida no ayudaba en ese tipo de situaciones.

Bufé entre la molestia y la vergüenza. Era casi obvio que había sido descubierto, después de todo él me conocía mejor que yo mismo.

― Entonces es hombre, ¿no? ―carcajeó y al ver que no fui capaz de decir nada, la verdad fue expuesta ante sus ojos. ―¿Yoonie Yoon se avergonzó? ―preguntó con una voz aguda, como si se dirigiera a un bebé. No levanté la cabeza ya que el maldito sonrojo había empezado a quemar, por lo que supuse, estaba aún más colorado. —Yoonie Yoon está sonrojado. —prosiguió hablando con ese tono burlón.

¿Desde cuándo tenía ese apodo tan patético? Sí que mi amigo tenía una imaginación enorme, pero solo la utilizaba para molestarme. Me jaló de las mejillas y empezó a jugar con ellas, golpeé su mano y lo empujé alejándose para tener paso libre a mi clase, la cual ya se encontraba frente a nosotros.

―Y ahora Yoonie Yoon se molestó. Bebé gruñón.―se quejó con un puchero. ¿Y así me llamaba bebé? Claramente el que tenía un comportamiento propio de un bebé era él.

Honey in my moonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora