Repentinamente, sentí mis pulmones vaciarse. La desesperación había tomado su lugar llenándome por completo, haciendo que mi cuerpo tirite como si de frío se tratase, y de esta manera haciéndolo más pesado. Poco a poco sentía que mi cuerpo se iba hundiendo y mi pecho se cansaba debido al esfuerzo que estaba haciendo por tomar aire.
«Afróntalo, es tu destino»
Los temblores se hacían más intensos e incontrolables. Quería abrir mis ojos, pero no podía. Ansiaba recuperar la respiración, mas algo en mi cuello lo impedía. Deseaba gritar, sin embargo, era imposible, parecía que mis labios estaban sellados. Una sensación extraña que me torturaba incansablemente. Simplemente no entendía qué estaba ocurriendo, ¿Por qué mi cuerpo había reaccionado de esa manera tan de repente?
«Vívelo»
Cuando esa frase llegó a mis oídos, todo aparentó volver a la normalidad. Mis pulmones otra vez funcionaban y mi corazón palpitaba. Sonreí. ¿Me había librado de ese asqueroso estado o solo había despertado de un sueño más?
—Estoy bien, estoy bien.—susurré con los ojos cerrados extendiendo mis manos en la dura superficie. Estaba echado en el piso tomando grandes bocanadas de aire para regular mi respiración por completo.
Cuando de repente, abrí mis ojos. Creía que iba a encontrarme con el techo de mi habitación, pero no fue así. Unos pequeños ojos marrones estaban clavados en mi rostro. El muchacho que ya conocía bien tenía la mirada puesta en mí, mas al notar que ya lo había descubierto observándome se enderezó posando su mirada al frente. Pude notar un leve sonrojo en sus mejillas ¿lo habría puesto nervioso? Automáticamente volví a sonreír ante la pregunta que mi mente había formulado.
—¿Qué hacías?—inquirí con una sonrisa ladina y aún recostado en el piso. Bajó su mirada otra vez, pero esta vez dirigida al suelo.
—N-nada...so-solo me pareció curioso verte dormido en este lugar.—titubeó jugando con sus dedos.
Reí bajito y en un lento movimiento me puse de pie frente a él mientras le mostraba una sonrisa. Me parecía muy adorable la manera en la que se excusaba: esas mejillas que se teñían de un rojo vivo y esos ojitos que te hacían desfalle....¡Min Yoongi!...deja las mariconadas. Suspiré frustrado, a veces era difícil lidiar con mi yo... mi yo...¿cariñoso? El castaño me miró extrañado, seguramente me había quedado haciendo muecas.
—Sí, fue raro.—continué con la anterior plática.—Estaba en mi cuarto escribiendo y de la nada empecé a sentir que me hacía falta el aire, creo que me desmayé, me quedé dormido y heme aquí, en el mismo vacío e insignificante lugar.—me señalé con ambos pulgares.
El chico ladeo su cabeza con sus labios formando un pequeño círculo denotando su sorpresa ante lo contado, mas no dijo nada.
Esperé una respuesta por parte suya, mas parecía que no respondería. Por esta razón, me senté jalándolo del brazo para que hiciera lo mismo. Él se sorprendió ante el repentino jalón, pero finalmente se acomodó flexionando sus piernas y apoyando su cabeza en sus brazos, y así se quedó con la mirada perdida pensando en algo que al parecer requería toda su atención. Mientras tanto yo admiraba su perfil, en como su pequeña nariz le daba más ternura a su angelical rostro y de como esos labios carnosos resaltaban por su color rosa y su grosor.
Instintivamente, dirigí mi mirada hacia su sedoso pelo y posé mi mano ahí dando ligeras caricias que al principio lo hicieron estremecer, pero que finalmente hicieron que se relajase. Sonrío suavemente con las mejillas coloradas y yo por mi lado también hice lo mismo. Eran de esos momentos tan íntimos donde las palabras no eran necesarias, donde lo único que interesaba era la presencia de la otra persona junto a ti. Se podía considerar incómodo para muchos por la falta de diálogo, pero me sentía bien y para él tampoco parecía ser desagradable. Su pequeña sonrisa me daba una confianza inmensa, nadie había logrado eso en mí en un periodo de tiempo tan pequeño y eso me inquietaba. ¿Por qué un sueño y, más aún, un chico inexistente me transmitían esa calidez? ¿Esa duda sería algún día solucionada? Ese gran dilema rondaría en mi cabeza por un largo tiempo.
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Honey in my moon
FanficTropecé con el destino. Fue bueno y malo. Te conocí, fue hermoso créeme. Lo malo fue que me aferré a lo que yo mismo destruiré. ¿Irónico no? Así es el destino, un completo enredo. Después de todo era algo que pasaría, estaba escrito, por lo tanto, t...