Capítulo 14

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¡Uff! Si fuera por mi ya me iría de este infierno, pero Beka está decidida a terminar sus estudios. Suerte está en el último año, pero no son las clases o los maestros los que me molestan tanto... sino las chicas hipócritas que no paran de joderme.

- ¿Y qué color te gusta? -

- ¿Tu comida favorita es... ? -

- ¿Te gustaría salir conmigo hoy? -

Mantenia no frente contra mis manos unidas frente a mi apoyando los codos en la mesa del comedor mientras el grupo de chicas intentaba hacerme platica, rezaba a la Diosa que ellas se cansaran y me dejaran o que Beka regresara de pedir su comida.

- Am... Ethan - Gracias Diosa.

Levanté rápidamente la cabeza y la vi mirando la situación de manera incómoda. Con una mano agarraba la bandeja con su comida y con la otra se agarraba el brazo tratando de desviar la mirada hacia otro lado.

Todas las chicas la miraron con asco pero cuando se volvieron a fijar en mi lugar, aunque se sorprendieron al no verme allí, sino que ya estaba agarrando la bandeja de Beka y sujetándola por la cintura.

- ¿Nos vamos? - Pregunté aliviado y alegre de verla.

- Claro - Susurra sonriéndome.

Pasamos frente a la mesa donde anteriormente estaba, pero donde allí seguían las otras chicas quienes comenzaron a murmurar.

- ¿En serio le hace caso a esa rara? - Habla una.

- Yo creo que para él, ella es una apuesta, porque o sea, mírenla, no es más que una huérfana rarita -

- Si seguro es eso, ella no es su tipo -

Gruñí, sentí que Beka se tensaba, la miré y tenía la mirada cabizbaja. Odio que hagan eso. Si pudiera las mataría ahora mismo.

Hice que nos detuviéramos y dejé la bandeja en la mesa vacía junto a nosotros. Me di la vuelta para ir hacia las chicas.

- Ethan, no... - Beka intenta detenerme pero yo me acerqué a ellas.

- ¿No es mi tipo dicen? ¿Qué sabrán ustedes? Ni siquiera me conocen pero yo ya les gusté, aunque déjenme contarles algo de mi: No me gustan las superficiales, teñidas, plásticas e hipócritas. Las aborrezco -

Ellas me miraban frunciendo el ceño, sabía que las había ofendido pero realmente me importaba muy poco, ni siquiera me importaba.

- No son nadie para decir qué es lo que hago con mi vida, y menos para estar diciendo mentiras sobre que yo apuesto mujeres como los imbéciles que hay por aquí. Yo sí soy lo suficientemente maduro para no hacer eso -

Me di la vuelta nuevamente y volví hacia Beka quien me miraba sorprendida, como todos los demás.

- Nos vamos - Dije sonriendo hacia ella quien parecía muda en este momento, pero asintió.

Volví a agarrar la bandeja y a incitarle a Beka a seguir caminando; pero esta vez, sin que nadie se lo espere, metí mi mano en el bolsillo trasero de los jeans que ella traía, que por cierto, le quedaban realmente bien...

Ella se sobresalta levemente pero no hace nada, la noté sonrojarse y me mira. Yo solo le guiñé un ojo y salimos de la cafetería para luego volver al lugar de siempre.

- ¿Por qué lo haces, por qué no solo lo ignoras? -

- No puedo ignorar cuando hablan mal de ti. Los Licans somos muy protectores, y me da la necesidad de protegerte de esos comentarios que hacen que quiera matarlas - Dije.

Ella casi se atraganta con su comida ante mis palabras, sabía que podía ser capaz de hacerlo así que no me sorprende su reacción. Estaba por hablar cuando otro la interrumpe.

- Que tierna escenita la de allá -

Rodé los ojos y vi que Beka hacía lo mismo. Quise reír por aquello.

- Sí, fue tierno, algo que tú nunca harías, Tanner - Dice ella y sigue comiendo. Me reí esta vez, miré a Tanner y él nos fulminaba con la mirada.

- Pero bien que cuando te besaba por sorpresa te parecía tierno y agradable -

Me levanté rápidamente y ya lo tenía del cuello con los ojos rojos y las garras fuera.

- Repítelo - Dije. Él me mira sonriendo.

- Ethan, basta. Nos están viendo, te pueden descubrir - Beka se me acerca.

- Que lo repitas - Dije un poco más fuerte y él solo comenzó a reír.

- ¿No te agrada saber que yo sí la he besado y que le gustaba tanto? - Apreté más mi agarre en su cuello y gruñí.

- Oh por la Diosa... - Habla Beka en un tono cansado.

Pero entonces sentí la mano de Beka en mi mejilla girándome el rostro y luego sentí el contacto de sus labios sobre los míos.

ETHANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora