Mi jefe y mi amante tienen por nombre Sesshoumaru

9. Mentira tras otra

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Disclaimer: Inuyasha le pertenece a la gran Rumiko Takahashi, yo solo los tomo en estos momentos de aburrimientos (y en los días de inspiración) para poder saciar mis perversiones... digo... poder entretener, aunque sea a poquitas, pero de todo corazón.

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Capítulo 9
Mentira tras otra

El congreso ha estado muy bien. Mis compañeras han aprendido nuevas técnicas de ventas y logística que implementarán de inmediato en la oficina, mientras que yo, a pesar de la nube negra que se cierne sobre mi cabeza, he logrado captar un par de buenos clientes y probablemente una expansión a largo plazo con un nuevo y jugoso contrato, claro, si Sesshoumaru lo logra cerrar.

—¿Te pasa algo Kagome? —al momento en que abordamos al avión para regresar a casa Sango me detiene justo antes de entrar al tren de abordaje.

—No —respondo exhausta entregando mi billete mientras el chico lo revisa para dejarme abordar.

—Te ves pálida.

—No he dormido muy bien las últimas noches.

—Ni siquiera puedo imaginar lo que se siente...

La vuelvo a ver confundida.

—La partida de tu abuela —aclara y me siento avergonzada porque tenga que hacerlo a lo cual solo doy un simple asentimiento de cabeza—. No vivo con mis padres porque están en otra ciudad, pero hablo casi a diario con mi madre y en las festividades mayores nunca dejo de ir, si estuviéramos juntos y se fueran... —se lleva una mano al corazón negando con pesar y se le ponen brillosos los ojos— realmente no sé cómo la pasaría.

Ambas caminamos a través del largo pasillo que nos lleva al avión. Cuando nos ubicamos en nuestros asientos, antes de despegar se sienta a mi lado que debería de ser el que Sesshoumaru estuviese ocupando si no se hubiese saltado este compromiso.

—Kagome, si quieres quedarte en mi casa esta noche o algunas más...

—Gracias Sango, pero estaré bien...

—Por lo menos déjame llevarte a tu casa cuando lleguemos, ¿sí? No me quedaré tranquila si no sé que estás en un lugar seguro.

Sé que es algo testaruda con ciertas cosas e imagino que con ser noble ante un conocido que recientemente acaba de pasar por algo difícil debe de ser algo en lo que no creo poderla convencer de lo contrario, así que al final solo muevo la cabeza sonriéndole.

—Oye, ¿has escuchado algo de las razones porque Sesshoumaru no estuvo con nosotros?

—No.

—OK... —dice no muy convencida levantándose del asiento de manera sospechosa.

—¿Qué has escuchado tú?

—Nada... —responde de una manera poco convincente.

—Sango...

—No quiero decirlo... solo parecerá que estoy... repitiendo un chisme...

—¿Qué sabes?

—No lo sé... no estoy segura... solo es algo que Miroku escuchó... pero no estaba seguro de haber entendido bien y creí... bueno... como eres su asistente, creí que te habría dicho algo.

—Sango, dímelo —pido ansiosa. Ella vuelve a ver y ve que Tsubaki está absorta en su celular.

—Miroku escuchó que se fue con Kagura...