Epílogo

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Disclaimer: Inuyasha le pertenece a la gran Rumiko Takahashi, yo solo los tomo en estos momentos de aburrimientos (y en los días de inspiración) para poder saciar mis perversiones... digo... poder entretener, aunque sea a poquitas, pero de todo corazón.

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Epílogo

Kagome POV

Una suave caricia recorre mi espalda en toda mi espina haciendo que mi cuerpo se caliente, a pesar de que su tacto lo pasa encima de mi bata de seda lo puedo sentir como si fuese carbón hirviendo sobre mi piel, una sensación que activa cada terminal nerviosa de mi cuerpo. Mis pezones se yerguen.

—Hoy estás más hermosa y resplandeciente que nunca.

Su voz tan grave, fuerte y suave a la vez, una tonada que solo yo puedo escuchar y me hace vibrar.

Esbozo una pequeña sonrisa, como siempre, llevamos nuestras máscaras que nos cubren los ojos y parte de la nariz.

Inuyasha se acerca por detrás de mí agarrando mi cabello para hacer una trenza con él.

—Simplemente hermosa, maestro Tenseiga, eres muy afortunado —habla mientras termina de hacer mi peinado.

Sesshoumaru se vuelve hacia mí otra vez, acariciando con ternura y con el dorso de su palma mi mejilla izquierda.

—Ciertamente, soy muy afortunado. ¿Estás lista preciosa?

—Sí, maestro —respondo nerviosa, pero muy decidida a lo que está por suceder.

Por primera vez haremos una exhibición completa, mi corazón está a punto de reventar. Inuyasha está detrás de mí con su traje negro como si fuese un maestro de artes marciales, mientras que el de Sesshoumaru es completamente blanco, aunque ambos utilizan sus mascadas y sus torsos están al descubierto.

Sesshoumaru hoy ha prescindido de su peluca negra, así que su cabellera corta plateada está a todo su esplendor.

Es la primera vez que nos lucimos como pareja, Inuyasha solo es un invitado, pensar en él solo como «un invitado» hace que me de calambre en mis cachetes por contener la risa, a un invitado lo invitas a tu casa, a tomar un té o una comida y a charlar, no a tu interior, pero bueno, son detalles que me gusta omitir a conveniencia.

Estoy completamente desnuda y debidamente depilada, parezco un encanto.

Sesshoumaru me quita la bata deslizándola por mis hombros, dándome un beso en cada uno de ellos. Mi corazón se acelera.

No me avergüenzo de lo que estoy haciendo, es algo de nuestro propio gusto, no es depravado para nosotros y no tengo que justificarme ante nadie, a Sesshoumaru le gusta exponerme y a mí me gusta que lo haga, simple y punto.

—Hermosa —cuando escucho nuevamente su voz hago para atrás la cabeza cayendo en éxtasis por sus palabras.

Las manos de Sesshoumaru descienden por en medio de mis senos, delineando las curvas de mi cintura y caderas. Veo que saca un rollo de cuerda del bolsillo de su pantalón y me lo enseña a lo cual asiento. Me rodea para quedarse detrás de mí y me hace darme la media vuelta.

Me ata mis manos con destreza, mi espalda está siendo reflejada en el vidrio que está detrás de mí. Cuando termina me da la media vuelta para quedar frente al público que está escondido detrás del cristal, aunque para mí es más un espejo que sustituye una pared porque solo veo mi reflejo.

Mi jefe y mi amante tienen por nombre SesshoumaruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora