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Narra Richie

— ¿Richie? ¿estás bien? — dijo el rubio al ver al de gafas llorando.

Connor era un buen chico, había jugado varías veces con él en el arcade, podría decirse que tenían una conexión linda. Pero que por mucha conexión sabía que nadie iba a superar todo el amor que sentía por el asmático.

— Nada, me tropecé y me dolió bastante.. — dije tapándome el brazo haciendo como si me hubiera dado.

— No seas estúpido, te vi salir de la casa de tu amigo Eddie, ¿que paso? ¿te rechazo por ser un marica de mierda? — dijo riéndose y así llamando a su primo y sus amigos, los cuales estaban escondidos en los árboles.

Y así es como después de unos segundos me encontraba en el suelo con un ojo morado lleno de sangre y unos ojos llenos de lágrimas por sentir algo que no está bien.

Ese secreto era el que a Richie le atormentaba todas las noches, es triste que sientas cosas por alguien de tú mismo sexo y por culpa de la sociedad en la que vives no puedes ser tú feliz. Siempre supo llevarlo, ya que él lleva años ocultando su pequeño secreto. Pero ya estaba algo harto de ser infeliz.

— ¿Rich...? — comenzó a acercarse alguien hacia el bocazas.

— ¿Spaghetti? —dije acomodándome las gafas.

— ¿Qué te paso? Dios estás sangrando mucho, vamos a mi casa debo curarte eso antes de que se te infecte y tengas que ir al hospital Richard. — extendió su mano para que el pelinegro se pudiera levantar.

— No hace falta de verdad, me caí porque estaba corriendo. — agarré la mano del menor y me levanté como pude, tenía la cara con una pequeña mueca ya que el dolor era bastante.

— No hace falta que me mientas Richie, soy tu mejor amigo, se que no te caíste. ¿Fue Bowers? — dijo observando el rostro del mayor quitándole las gafas y sonriendo mientras acariciaba su mejilla. — No te preocupes yo te cuidaré, seamos felices juntos.

Pero no fue así, todo lo que acababa de decir el asmático fue un simple sueño. La realidad de lo que sucedía era un Eddie bastante preocupado y dándose el inhalador.

— Joder Richie, responde. — dijo moviéndome con cuidado para que despertara.

— ¿Edds? ¿qué mierdas haces aquí? — suspiré levantándome del suelo algo dolorido.

— Pues ayudarte, porque esa herida tiene muy mala pinta. — dijo preocupado, como siempre.

— ¿No se supone que no querías verme? — alce una ceja. — Mira Eddie, yo no quiero molestarte, me dijiste hace nada que no querías saber nada de mi, sé cuidarme solo.

— Me da igual, me importa tú salud, que te haya dicho que no quiera saber nada de ti no significa que no me preocupe por ti. Tú salud es lo primero y lo sabes. — dijo el pequeño comenzando a caminar. — Vamos a mi casa, y no hay peros.

— Está bien. — dije algo enfadado y comencé a caminar detrás de él quejándome.

La verdad me gustaba mucho que me volviera a hablar, pero creo que es solo por mi salud, solo me va a curar y luego me mandará a la mierda como lo hizo antes. Pasaron unos minutos bastante incómodos, ninguno de los decíamos nada, pero siempre nos mirábamos de reojo. Me acorde que yo aún no sabía el color que le había tocado al asmático, y miré su muñeca. Pero la tenía oculta, ¿porque mierdas no me dice qué color le tocó? ¿que más le da?

— Te puede doler, aguántate. — dijo el pequeño agarrando un trozo de algodón con algo de agua oxigenada.

Pasó delicadamente ese algodón por mi rostro, se veía bastante adorable, porque siempre que me cura las heridas saca su lengua por fuera para concertarse y que salga bien. De repente reí suavemente.

— ¿Qué te sucede? — dijo el mencionado sacándome de mis pensamientos.

— Que te ves adorable porque creo que no te das cuenta que siempre sacas la lengua un poco por fuera para concentrarte. — alce una ceja y miré al chico.

Sentí como las mejillas de Kaspbrak se habían sonrojado un poco, pero para no darme cuenta apretó el algodón sobre mi herida lo cual me dolió bastante.

— Fui un idiota contigo antes, no debí decirte todo lo que te dije. Me importas muchísimo, y me da igual lo demás. Siempre serás mi mejor amigo. — sonrió el pequeño con sinceridad.

¿Escucharon? fue mi corazón romperse, en verdad ya estaba roto, porque siempre que Eddie se encontraba incómodo con más cosas que me decía sacaba el tema de >mejores amigos<. Pero miren, lo bueno de todo esto es que se disculpó.

— Eddie, ¿que te paso el 23 de julio? ¿porqué te fuiste? — dije intentando adivinar su punto en la muñeca.

— Me agobié, sabes que nunca he salido con nadie, y todo este tema de que todos están buscando a su alma gemela, pues yo no estoy preparado no sirvo para el amor. — dijo enseñando su muñeca, tenía un punto de color violeta.

Mis esperanzas con Eddie se fueron totalmente a la basura al ver el punto de color violeta. Pero me alegraba por el, porque habrá alguien con demasiada suerte que lo cuide el resto de su vida.

Richie vivía en una mentira, si Eddie dejara de temerle al que dirán las demás personas, aceptaría que el verdadero color que le había salido en la muñeca era azul no violeta.

Chamas volví a actualizar, jeje, seguramente esta noche tengan otro porque al no tener conexión me viene la inspiración para escribir, ¿Que tal el capítulo de hoy? uwu

-Alba

Almas gemelas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora