Narra Lauren
-¡Taylor sal del baño! – mierda, a la muy idiota de mi hermana no se le ocurrió una mejor idea que encerrarse a hablar con el idiota de su novio el mismo día que tenía la entrevista a mi práctica – mierda Tay, enserio no puedo llegar tarde.
-Te hubieras levantado mas temprano - ¨Qué clase de respuesta es es¨
-¿Enserio? ¡Llevas hablando 1 hora! – no escuchaba nada y entonces la puerta se abrió – Gracias.
-¡Oh! Se me olvidaba no queda agua caliente la ocupe toda – Taylor me guiñó un ojo y se fue a su cuarto.
Me llamo Lauren Jauregui, vengo de una familia humilde y me siento orgullosa de eso. Mi madre trabaja cuidando a ancianos que no pueden valerse por sí solos, mi padre es guardia en una de las empresas mas importante de Estados Unidos. Tengo dos hermanos, una de ellas se llama Taylor, tiene 18 años y le quedan dos años para terminar el colegio, tuvo que repetir un año por algunos problemas que tuvo pero creo que ahora va todo bien o por lo menos es lo que nos cuenta ella. Mi otro hermano se llama Chris y es el menor. Tiene 5 años y claramente ni se entera de todo lo que pasa en está casa. La relación que tengo con mis padres es buena, trabajaron duro para poder pagarme la carrera de medicina en veterinaria y estaré siempre agradecida de eso.
Mi relación con Taylor... bueno, no es de las mejores pero tampoco es mala. A veces creo que le damos vergüenza, que hubiera querido nacer en otra familia, tener mas dinero, cualquier cosa pero simplemente salir de esta casa. No suele traer compañeros ni mucho menos a sus amigas y no puedo dejar de contarles que suele refregarme en la cara que mis padres no tienen dinero por pagarme la universidad, se que es mentira pero ella siempre sabe tocar el punto que mas duele. Siempre.
Me duche en tiempo record no podía llegar tarde a mi primera entrevista para mi práctica, me tuve que despertar dos horas antes porque el lugar quedaba cruzando toda la ciudad. Mi padre dijo que me podía llevar y claramente lo acepte.
-¿Estas nerviosa? – mi madre apareció con el desayuno.
-Te mentiría si te dijera que no – dije mirando la mesa.
-Tienes que comer – Mi madre, Clara acarició mi rostro – tienes que alimentarte
-Te juro que no me entra nada, tengo el estómago hecho un nudo.
-SI no lo haces pueden pasar peores cosas en esa entrevista – ella tenía razón – estoy preocupada – continuó hablando mientras se sentaba frente a mi.
-¿De que?
-Como te vendrás en la noche, queda al otro lado de la ciudad.
-Lo sé – dije mirándola y agarrando su mano – pero no te preocupes, te llamaré a penas salga ¿bueno?
-¿Lo harás?
-Claro - besé sus manos – ahora me iré – coloqué algunas cosas en el bolso entre esas comida, sabía que después de la entrevista me daría demasiada hambre.
-¿Lista? – mi padre había llegado.
-Si – nos abrazamos y salimos, hacía un frío horrible.
-No puedo creer que te hayan llamado – hablo Michael – es una de las empresas mas grandes, lo sabes ¿verdad?
-Con mayor razón me dieron ganas de matar a Tay cuando no salía del baño – mi padre solo sonreía – sabes que ella está mal verdad.
-Es la edad.
-Llevas diciendo esa mierda desde que tenía 15 – mi padre me miró – yo nunca me avergoncé de ustedes.
-Son otros tiempos – el ni siquiera me miraba.
