Capítulo 15

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Narra Camila

Creí que mi madre hablaría conmigo en una de las oficinas del zoológico pero no fue así, solo me hablo para decirme que subiera al auto y que hablaríamos en la casa lo cual hizo que me imaginara cosas horribles. Durante el trayecto lo único que pensaba era que Lauren saldría corriendo, que me dejaría, que perdería el trabajo y comencé a odiarme... comencé a pasar mis dedos por cada una de mis cicatrices, noté como mi vista se nublaba por que las lágrimas comenzaron a hacerse presente ¡Estúpida, estúpida! Me lo repetía una y otra vez.

-Te bajaras de auto o no – levanté la cabeza y miré a mi alrededor. Estaba tan metida en mis pensamientos que ni siquiera me di cuenta de cuando llegamos a casa – Camila te estoy hablando – volvió a repetir mi madre.

-Yo... bajo de inmediato.

Bajé del auto sin mirarla y caminé hasta la puerta de entrada, tenía la idea de que cuando ella abriera la puerta subiría corriendo por las escaleras y me encerraría en mi pieza durante todo lo que queda de año, le mandaría un mensaje a Lauren explicándole y terminaría con ella. Le pediría que no me volviera a buscar, que sería lo mejor para las dos. Pero, el solo hecho de pensarlo hacía que mi corazón se quebrara.

-No se te ocurra salir corriendo a tu pieza Karla – mierda, me dijo Karla solo lo decía en momentos serios – tenemos que hablar.

-Mamá – susurré – yo...

-Ven, hablaremos en mi despacho.

Deje mis cosas en la sala principal y caminé hasta su despacho, se sentó en el sofá gigante y supuse que esto si era serio, me senté a su lado y la miré a los ojos.

-¿Qué quieres saber?

-Todo – dijo elevando una ceja – Oh, primero ¿desde cuando decidiste que te gustaban las chicas? Sabía que había algo ahí pero nunca creí que...

-Que te saldría lesbiana ¿verdad?

-No me malinterpretes – tomó mis manos – eres mi hija y eso está por sobre todas las cosas, te aceptaré así te gustarán los extraterrestre – noté como un nudo comenzaba a formarse en mi garganta - ¿Cómo pasó?

-No sé – eso era verdad – ella llegó a mi vida con un maldito ángel – sonreí al recordar todas las cosas que había hecho por mí – sin querer comenzó a salvarme – miré a mi mamá – tu sabes... bueno... sabes como son las cosas, sabes que no he estado del todo bien – los dedos de sus manos acariciaron mis cicatrices – no lo he vuelto hacer desde que ella está – mis lágrimas comenzaron a caer.

-¿Se lo prometiste?

-No hacía falta, con ella... con ella nunca sentí la necesidad de volver hacerlo – Sinu sonrió.

-Es irónico que una persona que conozcas recién sea capaz de hacer este cambió en ti y yo que soy tu madre, que te tuve 9 meses dentro de ti solo conseguí portazos y portazos – sonreí.

-Lo siento por eso.

-No me molesta que estén con ella, lo veía venir – quede sorprendida – cuando ustedes dos están juntas el mundo de la otra se ilumina, ella sin darse cuenta te recorría con la mirada como si fueras lo mas hermoso de este mundo – sonreí – creo que no te había visto sonreír en años de la forma que lo haces ahora.

-Es por ella mamá, todo es por ella.

-Sabes que a tu padre nunca le ha gustado tocar el tema de tu depresión, de tus cortes ni mucho menos de tu sexualidad ¿sabes a que lo que te enfrentas verdad?

-Lo sé, tratamos de mantenernos los mas tranquilas posibles pero se me es imposible cuando la tengo cerca mamá – apenas terminé la frase sentí mis mejillas calientes – ella... ella es perfecta.

Inevitable attractionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora