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𝒍𝒖𝒏𝒄𝒉 𝒕𝒊𝒎𝒆

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𝒍𝒖𝒏𝒄𝒉 𝒕𝒊𝒎𝒆

—¡Ya me voy!

La pelinegra salió de su apartamento a paso rápido a la par que se colocaba correctamente las asas de su mochila gris. Tras avanzar algunos metros fuera del edificio tiró al suelo su patineta y montó en ella, para así llegar más rápido a su escuela.

La Yuuei quedaba a media hora de su hogar, por lo que ella prefería ahorrarse el dinero de transporte.

Mientras avanzaba, la chica iba escuchando música con sus audífonos y divagaba en sus pensamientos. Disfrutaba andar en bicicleta o patineta, pues amaba la sensación del viento en su cara, además de la velocidad.

«Si me va bien este mes, ¡el siguiente habré ahorrado lo suficiente para comprar mi moto!»

Si, Naomi disfrutaba de la adrenalina.

Esa era la misma causa de su reciente fractura, ¡a la niña se le hizo divertido entrenar en el techo de una casa de dos pisos!

Apenas había alcanzado a amortiguar su caída.

Aunque bueno, con la energía y felicidad que le había generado lograr entrar a su academia era medianamente comprensible.

Ella siempre había sido así, no podemos hacer nada.

En el momento en el que divisó el gran portón de su escuela, ella disminuyó su velocidad y bajó de su amada patineta, para después seguir su camino a pie.

—¡Naomi!

La chica volteó en dirección de la voz a la vez que se quitaba el audífono derecho.

—Mina, buenos días.

—Buenos días, ¿qué tal estás? no sabía que usabas la patineta.

Caminaron hasta los casilleros.

—Si, desde hace tiempo. Si quieres podría enseñarte, es divertido—Sonrío a lo que la pelirrosa asintió enérgicamente, dándole a entender que le agradaba la idea. —, estoy bien, ¿y tú?

Ambas se cambiaron de zapatos y Naomi dejó su patineta dentro del casillero.

Hablaban sobre temas populares o sobre sus sueños. A pesar de que llevaban poco más de veinticuatro horas conociéndose ambas ya se llevaban bastante bien.

Se consideraban amigas.

Al llegar a su aula dieron un saludo general y se separaron para ir a sus respectivos asientos.

—Buen día, Yoshioka-san.

—Buen día Yaoyorozu—sonrió mientras dejaba su mochila en su asiento—, buen día a ti también, Todoroki.

𝐂𝐨𝐦𝐩𝐚𝐭𝐢𝐛𝐥𝐞𝐬 | Todoroki ShōtoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora