Celebratory kiss ; The first and the last time
°
°
°
°My lover's got humour
She's the giggle at a funeral
Knows everybody's disapproval
I should've worshipped her sooner¦
¦
¦Ella era en sí misma un misterio, un rompecabezas que jamás sería capaz de completar, un enigma que le robaba el sueño, una sombra que nunca vio venir, un ángel que no deseaba que se fuera.
No sabe cuánto tiempo ha pasado desde que la vio por primera vez, aunque el primer encuentro tampoco llega a sus memorias. Solo recuerda su vida antes y después de ella, no cómo llegaron a juntarse y mucho menos cómo llegó a adorarle. Era un espectro, un alma tan perdida como la suya propia, un ser que oscilaba entre si ser un ángel o un demonio, porque la línea entre ambos era de por sí demasiado difusa.
Él vivió toda su vida bajo el legado Al Ghul, entre la adoración vana de un Dios cuyo nombre nadie se atreve nunca a pronunciar, entre ritos, sacrificios y templos a los que era pecado entrar. La vida entre los santuarios y las tierras sagradas de Nanda Parbat giraba alrededor de ello, de aquel que los observa desde las sombras y que le confiere propiedades místicas a las aguas sobrenaturales que le dan vida al lugar.
Eran un pueblo pacífico, letal y baldío. Lo puro de sus creencias recaía en lo salvaje de las batallas. Eran bélicos cuando se requería , pero cada batalla acababa en una fiesta dedicada a los dioses que los guiaban. Él era el heredero del Imperio que regía al pueblo de Parbat, y como tal había nacido siendo elegido por los mismos dioses que le dieron dones a cada integrante de la familia imperial.
Su abuelo había sido condenado o bendecido con la inmortalidad.
La belleza, sensualidad y letalidad de su madre la acompañarían hasta su último aliento.
Él veía aquello que los demás ignoraban, veía las sombras, los espectros y, en general, el otro lado del velo.
Todos sabían acerca del don del hijo de la Reina sin Rey, todos lo hablaban y habían llegado a la conclusión de que era el Elegido por su Dios. Pero la antigua profecía que decía eso también estipulaba que el muchacho con los ojos de serpientes infernales y voz y alma de ángeles caídos podría ser tanto la salvación como la perdición de esas tierras. Por ello muchos intentaron arrebatarle la bendición de la vida, pero Talia era una leona que protegía a su progenie sin dudarlo.
Él sabía defenderse, pero todas sus defensas cayeron junto con la aparición de ella.
Con largos cabellos de noche púrpurea, piel más pura y blanca que la luna, rostro perfecto, cuerpo pequeño y curvilineo, labios naturalmente rojos y ojos del más sobrenatural amatista con rubí, ella se le apareció como una visión, y de un día para otro cambió su vida por completo . Su don era tanto una maldición como una bendición. Una maldición porque era capaz de ver las almas en desgracia y los demonios que esperan en la noche. Una bendición porque lo llevó a ella.
Estaba consciente de que era el único capaz de verla, pero poco le importaba.
La mujer se convirtió lentamente en la dueña de sus pensamientos y su corazón, y poco a poco tanto su familia como su pueblo notaron los cambios en el Elegido. Se volvía más distante, conversaba con las sombras y le sonreía a la noche. La voz que antes le dedicaba los cantos más hermosos a su Dios en aquellas ceremonias llevadas a cabo mensualmente ahora chasqueaba la lengua en impaciencia deseando que los ritos acabaran pronto.
ESTÁS LEYENDO
Semanas
FanfictionPrimer intento de participar en la Damirae Week, del año 2020. Un lazo inseparable entre aves Una fantasía moderna La que fue a la vez la primera y la última vez Esa inocencia efímera El alma que habita junto a la suya Una familia desconocida La...