New York, 1943.
- ¡Dese prisa, señorita Ébano! - gritó Howard Stark desde una esquina del laboratorio alterando aún más a la muchacha que se encontraba revisando los últimos preparativos de la maquina para el Proyecto Renacimiento.
-Stark, como vuelva a decirme absolutamente una palabra más le arranco la lengua. - Dijo la pelirroja calmada, hecho que causaba más miedo al dar su amenaza.
El ingeniero levanto la vista de los planos que con tanto interés estaba mirando en un lado de la sala mirando a la chica con una ceja alzada y una sonrisa burlona. Se separo de la mesa y camino hacia ella sin que esta se diera cuenta de que Stark había abandonado su puesto de trabajo, demasiado concentrada en apretar las ultimas tuercas que le quedaban por revisar.
La sala era en la cual iba a ocurrir el esperado Proyecto Renacimiento, por lo que no era muy grande y la muchacha era la que se encontraba en medio de esta, junto a la maquina, mientras que el ingeniero tenia los planos en una esquina encima de una mesa.
Antes de que pudiera girarse para gritarle al ingeniero que había acabado, este coloco sus manos en la cintura de la chica consiguiendo que se sobresaltara y soltara un gritito causando la risa del hombre. Ébano se giro para fulminarle con la mirada, aún con sus manos en su cintura, pero no pudo hacerlo al ver la cara de Howard con una sonrisa de oreja a oreja y con diversión en los ojos.
Ese hombre, a pesar el inicio de su amistad en el que él intentaba salir con ella, era su mejor amigo y sabia como molestarla.
-Sabes que te odio,¿no?- dijo la pelirroja con cierta diversión en la voz, sin poder ocultarla.
-Oh,si... - contesto Stark con mucha burla en sus palabras. - Me detesta mucho, señorita Ébano, por ello le encanta trabajar conmigo.
-Me gusta su inteligencia, pero eso no implica que me guste usted. - contraatacó la muchacha separándose de él para irse a ver los planos.
Sus ojos negros revisaron las hojas con sumo interés, ya que lo último que les quedaba era saber si todo lo que estaba en los planos también estaba en la maquina para que no hubiera ningún fallo, era lo algo que no se podían permitir. Stark la observo desde el sitio en el que ella anteriormente estaba, era una chica que aparentaba unos veinticinco años con una de las mente más brillante que había encontrado, una melena roja que, a pesar de las modas de la época, la llevaba casi hasta las caderas con un rizo salvaje que embelesaba a cualquiera que la viera. Aunque lo que mas destacaba era su rostro con esos ojos negros que parecían leerte el pensamiento, esa nariz pequeña y respingona junto a unos labios carnosos y ligeras pecas por el rostro. El cuerpo de la chica no se quedaba atrás, ya que al haber estado trabajando hace cinco años para el ejercito, estaba igual de capacitada que cualquier hombre para salir a primera linea. Con una cintura estrecha junto a unas buenas caderas y pechos. Una autentica belleza oscura.
En el mismo momento apareció Achilles por la puerta algo apresurado, buscando a su querida melliza con la mirada. El muchacho llevaba su pelo negro ligeramente largo, no mucho, y sus ojos, en esos momentos, de color azul cristalino podían atravesarte el alma con solo un vistazo. Rasgos muy marcados igual que su cuerpo, ya que también llevaba cinco años como militar pero el entre las lineas siendo Sargento.
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Metamorphosis | Bucky
FanfictionVivir eternamente para algunos es un deseo, para otros como Seera es una tortura. Una inhumana con varios poderes que compartía con su mellizo Samael. Esto también hacia que tuvieran mil y un enemigos tanto fuera como dentro del planeta Tierra. De...