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Ya se encontraban en el jet, casi llegando a la ciudad de Sokovia donde se encontraba Ultrón a punto de destruir el mundo con el vibranium que robó.

Ébano se encontraba alejada de todos, intentaba no mirar a ninguno de los presentes. Estaba nerviosa, en pocos días había tenido un ataque de pánico, se había enfrentado a Hulk, había relevado la muerte de Rose delante de los Vengadores, había visto al asesino de esta y ahora se encontraba en camino de liquidar a un maldito robot. Sabia que no se tenia que haber metido con los vengadores, se tenia que haber quedado con sus cosas de agente de S.H.I.E.L.D y de mercenaria espacial, era todo mucho más sencillo.

Aunque ella intentaba que nadie notara nada, había una persona que la observaba y la conocía demasiado bien. Realmente desde que volvió a verla siempre la estaba mirando porque tenían una charla pendiente y después de saber lo de Rose, aun mas. Se sentía culpable a pesar que fue el Soldado de Invierno el que se encargó de ello y no él, y era algo que había conseguido diferenciar.

Pero ahí estaban, sus pesadillas causadas por H.Y.D.R.A, siempre iban a estar ahí. Nunca se libraría y ahora, mucho menos.

Estaban nerviosos los dos, uno por miedo a como se encontraba su mejor amiga, la otra por haberse metido donde no le llaman y ya le había costado parte de su salud.

El Capitán le dijo a Clint que cogiera los mandos para dirigirse a la parte más alejada del jet donde estaba su amiga, la cual estaba tan sumida en sus pensamientos que no se dio cuenta de que Steve estaba sentado al lado de ella.

- ¿Cómo estás? - pregunto el Capitán haciendo que la muchacha se sobresaltada y lo mirará con los ojos ligeramente abiertos.

Él intento aguantarse la risa, siempre solía asustarla y era algo que le causaba gracia.

- Cansada. - suspiró la inhumana devolviendo la vista al frente, al mismo rincón de antes.

-Sabes que siempre estaré hasta el final de la línea contigo. - dijo el rubio con una gran sonrisa en el rostro recordando esos momentos.

Esas palabras le ablandaron el corazón a la chica e hizo que sacará una sonrisa sincera.

-Vale... - dijo aclarando sus ideas y borrando la sonrisa del rostro por lo que iba a decir. - Se que James es el Soldado de Invierno.

Steve que quedó petrificado en el sitio sin saber que decir, y con un gran mudó en la garganta que le impedía emitir cualquier sonido.

>> Tranquilo, no le odio. - hablo la pelirroja al ver el rostro de susto de su amigo. - Se que tú lo sabes, y también se que le estás buscando.

- Si, pero se esconde bien. - consiguió decir Steve.

-Te recomiendo que lo dejes de hacer, yo me encargo.

No le dejo contestar que se levantó para sentarse más cerca del grupo. Necesitaba decirle que James ya estaba a salvo y le estaba ayudando pero también pensaba que era mejor esperar a que acabase todo lo de Ultron.

Se sentía mal consigo misma por mantener tantos secretos, no sabía cómo gestionarlo. En los añod cuarenta solo tenía que ocultar su naturales pero ahora tenía que ocultar hasta la mínima acción que haga por miedo a las reacciones de algunos vengadores.

Odiaba admitir que su opinión importaba.





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La maldita ciudad se encontraba por los aires junto a un ejercito de hombres de hierro que solo querian destruir a los vengadores.

En una parte de la ciudad estaban Clint, Cuatro, Pietro y Seera, intentando acabar con la máxima cantidad de robots posibles.

La inhumana ya comenzaba a notar el cansancio de utilizar sus poderes de energía, los que en realidad, no le corresponder a ella.

-¡Joder, cada vez hay mas!- exclamó Clint, siendo escuchado por todos los vengadores.

-¡Stevie, ha dicho una palabrota!- exclamó la inhumana  evitando reirse mientras lo decía, podían estar a punto de morir pero ella no perdería una oportunidad para burlarse de Steve.

Se escucho una maldición por parte del rubio y alguna que otra risa. La pelirroja no llegó a escuchar si alguno de sus compañeros dijo algo ya que se acaba de quedar helada al ver a un gran grupo de robot ir hacia ellos, un numero con el que no podían ellos solos.

-¡Necesitamos ayuda!- grito Pietro con algo de desesperación en la voz.

Ébano maldijo por lo bajo por lo que iba a hacer a continuación y que sabia que le costaría hacerlo, iba a llevar sus poderes al limite.

-¡Cuatro!- grito la inhumana llamando a su amiga a la vez que comenzaba a correr hacia los robot.

No hizo falta más palabras, con solo llamarla la mutante sabia perfectamente lo que iba a hacer su amiga. Así que usando su poder levantó el suelo creando una rampa para que la inhumana corriera por ella y, cuando llegó al final, impulsándose con su poder saltar a la altura de los robots y lanzar una onda de tonalidades moradas y amarillo destruyéndolos en el momento, haciéndolos caer como si se hubieran desconectado.

Cuando cayó del salto fue cogida por Prieto, el cual se había movido con rapidez para que la chica no se estampada contra el suelo cogiéndola de forma nupcial.

-Impresionante, printsesa. - dijo el chico con su recalcado acento sokoviano que, siendo sinceros, tenia a Ébano loca.

Cuando recupero un poco la conpostura se bajo de sus brazos, se sobo la espalda y las piernas como intentando quitarse el entumecimiento que sentia por la descarga de energia.

-¿Que ha sido eso? - pregunto Tony que en esos momentos sobrevolaba la ciudad.

- La fotocopiadora. - respondió Clint con simpleza terminando con uno de los robot que quedaban y ganándose una muy mala mirada de la mencionada.

-Imbécil. - susurro la chica echando a correr de nuevo para enfrentarse a mas robots. - Stark, son demasiados, no podemos seguir así.

El ingeniero lo sabia, no paraba de sobrevolar la ciudad intentando encontrar una solución que no implicara ni matar a los que estaban en la roca ni los que estaban abajo.

-He encontrado una forma de destruir la roca. - contesto algo agitado.

-¡Mientras haya civiles no es una opción!- hablo Steve con notorio cansancio.

-Yo puedo retenerla si hace falta. - habló Cuatro que se encontraba al lado de su amiga.

-Y si es necesario yo puedo destruirla. - complementó la pelirroja.

-¡Nada de destruir!

-¿Vas a priorizar a una ciudad ante toda la Tierra? - preguntó Tony lo que todos pensaban.

-No será necesario, Stark, los refuerzos han llegado. - comentó una voz que todos reconocieron como la de Fury.

Una nave enorme apareció entre las nubes, de forma majestuosa y dando un aliento a todos los Vengadores de que todo no estaba tan perdido como creían.

-Hijo de perra... -susurro Steve pero todos lo escucharon.

-¡Lenguaje! - dijo la inhumana con mofa.

-¿Con esa boca besa a su madre, Capitán? - complementó Fury con gracia.

Tras esas palabras los botes salvavidas de la nave se comenzaron a acercar a los bordes de la ciudad, dispuestos para un rescate. El Capitán dividió a todos los grupos para que unos lucharán contra los robot y otros cogieron a los civiles rezagados para así poder hacer su trabajo más libremente.

Cuatro, Seera y Pietro comenzaron a cargar los botes salvavidas con todos los ciudadanos que se encontraban en su camino. Ese pequeño descanso de poderes le venía bien a la inhumana por el gran esfuezo que conllevaba usas los poderes residuales de su mellizo.

-¿Cómo van los civiles? - preguntó el capitán con ligera falta de aire por el esfuerzo.

-Todos en los botes. - respondió Wanda de forma dudosa pero firme.

Seera, nada más escuchar esas palabras, vio a Clint correr hacia un niño que se había quedado rezagado, quedando totalmente expuesto a los robots homicidas.

Metamorphosis | Bucky Donde viven las historias. Descúbrelo ahora