Eighteen.

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Uno, dos, tres y cuatro.

Cuatro habían sido los minutos que había perdido al rizado.

Y los cuatro minutos más desgarradores de su vida.

Había gritado y llorado cuando le habían dicho que ya no había más que hacer. Se había acercado al cuerpo del rizado y lo había abrazado, diciéndole una y otra vez que no lo dejara.

Luego los pitidos comenzaron de nuevo aunque eran lentos, los paramédicos lo habían revisado de nuevo y le habían dicho que era un milagro.

Llegaron al hospital y rápidamente bajaron el cuerpo del rizado para llevarlo a cirugía. A Louis y a Ian les habían llegado a otra habitación para checar que todo estuviera en orden.

A Ian le suturaron el brazo y a Louis le hicieron las pruebas necesarias ya que aún no estaba confirmado su embarazo. Harry estaba en cirugía aún, así que Louis no se movería de la sala de espera hasta que el doctor le dijera que Harry estaría bien.

—Te traje un té.—dijo Ian acercándose al ojiazul.

—Gracias.—el ojiazul agarró el vaso que le ofrecía su amigo y lo llevó a sus labios—. ¿Esta bien tu brazo?

—Si, no te preocupes.—dijo el alfa encogiéndose de hombros.

—Y... ¿ahora que haras?—preguntó el ojiazul mirando a su amigo.

—Ya lo he pensado y no creo que sea buena idea de que los demás sepan que estoy vivo.—dijo Ian haciendo una mueca—. Ellos ya sufrieron mucho y quizás ya estén superando mi muerte o puede que en algún momento más adelante lo hagan. No quiero llegar y hacerles más daño.

—Te apoyaré en cualquier cosa que decidas.—dijo el ojiazul recargando su cabeza en el hombro de su amigo—. Me alegra que estés vivo Ian.

—Lo sé.—respondió el alfa soltando un suspiro—. Me alegro que vayas a tener a mi sobrino o sobrina.

—Aún no hay nada confirmado.— dijo el ojiazul viendo la sonrisa que aparecía en el rostro de su amigo.

—Harry dijo que lo estabas y sabes que no se pude equivocar.—dijo el alfa sonriendo—. Además de que hueles a cachorro.

—Si Harry no me hubiera dicho no me hubiera dado cuenta.— dijo el ojiazul sonriendo—. Lo amo.

—Ya lo se. Me hubieras visto a mi y a los paramédicos cuando él te dijo que te ama, empezamos a llorar al igual que tú.—dijo Ian avergonzado.

—No se que hubiera pasado si él hubiera muerto.—susurró el ojiazul con un nudo en su garganta, de solo pensar en eso sentía que su mundo caería en pedazos.

—Ya no pienses en eso, él luchó por vivir y ahora estarán bien.—tranquilizó Ian cuando vio a una persona entrar en la sala de espera—. Tengo que irme.—susurró bajito agachando su mirada.

—¿Qué? ¿Por qué?—preguntó rápidamente el omega.

—Todd está aquí y no creo que sea bueno que me vea.—dijo el alfa levantándose de la silla en la que estaba—. Por favor no le digas a nadie que estoy vivo.

El ojiazul asintió y vio como su amigo caminaba hacia la otra salida. Todd se acercó a él rápidamente.

—¿Ese era Ian?—preguntó el alfa sorprendido.

—Él...—el ojiazul pensó en su amigo y en dolor que había pasado al saber que estaba vivo—. Él era un chico que me trajo un té, me dijo que me veía muy mal.

—Ah.—respondió simplemente el alfa—. ¿Estás bien? Me dijo el jefe que le habían disparado a tu novio.

—Si, él estuvo muerto por cuatro minutos.—dijo sintiendo sus ojos llenarse de lágrimas—. Él aún está en cirugía así que creo que estará bien.—dijo el ojiazul pasando sus manos para restregar las lágrimas.

⚓Interpol⚓ Larry Stylinson. [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora