Durante mucho tiempo he vivido con un miedo constante.
Mi vida ha sido como si hubiera decidido padecerla en lugar de disfrutarla.
El terror se ha adherido a mí como un perfume seco.
Descubrí que no le temo a la muerte, le temo a la vida. A una vida de desolación, de soledad e impotencia.
Me da terror que un día despierte y aquellos a quienes amo ya no estén.
Siento miedo de verme en alguna situación de la que no pueda salir y me quede solo con la impotencia.
Tengo tanta angustia de verme hundida en dolor.
Me agobia darme cuenta de que estoy viva.