¡El poder lo es todo!

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  Dicen que las costumbres no se pierden. Pues bien, Ash Ketchum estará de acuerdo con este dicho pues, sin perder la costumbre, su pokemon eléctrico lo despertó con un ataque de su tipo una vez el despertador empezó a sonar. El chico se levantó con el pelo alborotado por la descarga y comenzó a perseguir al ratón eléctrico por la habitación.

Tras estar varios minutos persiguiéndolo sin éxito, Ash desistió y se preparó para salir de casa. Hoy había decidido que podría quedar con Clemont por la tarde y aprovechar para entrenar por la mañana. Con esto en mente salió de su habitación ya vestido y tras desayunar llamó a Clemont.

- ¡Hola Clemont! -

- ¡Ash! -

- El mismo jeje. Te llamó para decirte si por la tarde puedes quedar conmigo. Daríamos una vuelta por Luminalia y alrededores. ¿Qué te parece? -

- ¡Por mi perfecto! Pero me pasaré yo por tu casa; así te enseño cosas que hay por el camino -

- ¡Estupendo!¡Te mando mi dirección ahora! - tras esto, el chico cortó la llamada y se dispuso a entrenar. El entrenamiento de ese día sería un tanto diferente. Aprovechando que tenía un jardín trasero lo suficientemente amplio para tener a todos sus pokemon, enfocó ese mañana para explicar los posibles combates que habría contra Tobias y quién se enfrentaría a quién. También aprovecho para revisar junto a sus compañeros alguna repetición de Tobias y así ver que estrategias usaba. Esta batalla se la estaba tomando demasiado en serio pero sabía que así debía ser si quería tener de vuelta a su maestro.

En un momento dado, Snorlax aplastó la cola de Charizard, lo que ocasionó que el lagarto de fuego liberase una pequeña llamarada con tan mala suerte que acabó en la cara de Ash; quemándolo. Ash utilizó para aliviar el calor la manguera que había en el jardín y después mojo a Charizard. Instantes después se había formado una pequeña pelea de agua y tierra que fue finalizada por el regaño de Delia a todos los participantes. Esta había salido para avisar de que la comida estaba lista y había visto horrorizada como su jardín se encontraba medio destruído. Sceptile la calmó prometiéndole que la ayudaría a arreglarlo, cosa que calmó a la madre.

En otro lugar de Kalos, un avión aterrizaba, dejando a dos pasajeros provenientes de Kanto en tierra. Estos tenían como objetivo Pueblo Boceto pero antes decidieron tomar una pausa para comer.

- ¡¡Ash!! - Delia llamaba a su hijo de un grito. En la puerta de su casa ya se encontraba Clemont esperando a Ash. Este último había subido a descansar un rato y aún no había bajado.

- ¡Ya voy! - Delia disculpaba a su hijo con Clemont. Este solo sonreía nerviosamente. De repente, Ash apareció por la puerta un tanto agitado. Tras despedirse de su madre y prometiéndole que algún día Clemont se quedaría a comer, partieron hacia su destino un tanto incierto.

- No sabía que tenías un Pikachu – Clemont se había percatado de la presencia de Pikachu en el hombro de su amigo.

- ¡Si! Pikachu fue mi primer pokemon -

- ¿Pero los iniciales en Kanto no son Bulbasaur, Charmander y Squirtle? - Ash procedió a explicarle con una sonrisa la historia de como recibió a Pikachu.

- No me lo hubiese imaginado jajaja. ¿Y por qué no lo traes al instituto? -

- Pikachu odia estar dentro de su Pokeball así que lo tengo que dejar en casa porque no puede estar liberado en el colegio – Pikachu confirmaba lo dicho por su entrenador, ocasionando una sonrisa en el rubio. Aún no habían salido de Pueblo Boceto cuando se vieron interrumpidos por una Bola sombra que había salido de unos arbustos. Instantes después sintieron una enorme presencia en sus espaldas y, al voltear se encontraron con el pokemon pesadilla. Clemont se cayó al suelo del susto pero Ash y Pikachu se recompusieron rapidamente pues reconocieron al legendario. Desde el final del camino se pudieron apreciar dos siluetas que se aproximaban. Al estar bastante cerca, Ash confirmó sus sospechas de quién era el entrenador del pokemon siniestro.

Kalos, un nuevo comienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora