Capítulo XVII

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La suave brisa se colaba por las ventanas y mecía las sedosa cortinas. Unas alegres risas parecían hacer brillar la femenina habitación.
Ya comenzaba a anochecer aquel día domingo y la hora de la fiesta se acercaba.

- Desearía que Kochou-Senpai hubiese venido con nosotras - en medio de un suspiro, Makomo tomó el vestido que había conseguido en una renta de trajes y lo posicionaba sobre su ropa mientras se veía al espejo.

- Hmmm... Hmmhmm -.

- No puedo creer que no hayas comido nada hoy para poder "entrar" en el vestido Nezuko-chan - reclamaba Kanroji a su amiga quien ahora comía un pan que ella misma le había dado al descubrir que esta no se alimentó en todo el día - ¡La comida es la parte más importante! -.

Todas las chicas se habían reunido como de costumbre en la casa de la animosa alumna de tercer año, todas, excepto una que mencionó estar muy ocupada como para poder reunirse, pero que en la fiesta les encontraría.

- Debemos apurarnos.. - dijo una de las chicas algo preocupada al ver la hora - quedamos con los demás en una hora en la puerta principal -. 

Todas asintieron y velozmente continuaron alistándose.

(...)

Música antigua en el reproductor, pareciera ser de los 60'. Era un poco extraña pero combinaba perfecto con el ambiente que le rodeaba. 

Un hermoso vestido plateado y corto se ceñía a su cuerpo, era sencillo pero clásico, el característico de los años 20', del cual variados flecos brillantes caían por su extremo. 

 Sobre el tocador, su antifaz. Del mismo color que su prenda pero con dos bellas mariposas violetas en un extremo y plumas del tono de su mirar en el otro.

Se miró al espejo y acabando de colocar labial se sonrió. Amaba su atuendo.

Este de seguro no sería para nada como el de sus compañeras, pero la verdad no dejaba de verse hermosa. El objetivo de esto fue nada más ni nada menos que realizarlo en honor al papel que esta noche quería cumplir. Hoy no era ella, no, hoy era la aristócrata que se unía al pueblo, vestida tal cual como una bella e indefensa mujer de antaño que permanecía callada y de brazos cruzados frente a las horribles situaciones que presenciaba, pero que en medio de su inocencia dejaba de lado sus privilegios y, sin perder la elegancia característica de esas damas, tomaban la justicia por sus manos.

Dos toques de perfume, uno a cada extremo de su cuello y una última sonrisa al espejo. Elevó su vestido que caía por sobre su rodilla descubriendo su muslo para comprobar que todo estuviera en su lugar. Estaba lista.

Bajó a donde el chófer le estaba esperando, Kanao se había ido con las demás así que no tendría que esperarla.

Antes de subir al vehículo observó por unos segundos el oscuro cielo. Ni los astros brillaban.

Fue cosa de minutos el llegar a la academia, la música se podía escuchar hasta en las afueras.

Colocó su antifaz y miró su reflejo en el vidrio polarizado, estaba lista. La puerta se abrió y delicadamente empezó a descender... la noche acababa de comenzar.

Por lo visto había llegado tarde, aunque no tenía como comprobarlo ya que decidió no llevar su teléfono celular al esperado evento. Pero el hecho de no ver a sus amigos cerca lo dejaba claro.

Múltiples parejas y grupos caminaban por los jardines en dirección a los gimnasios A, B, y al hall principal de la academia. Todos llevaban diversas máscaras y antifaces que hacía imposible el reconocerlos fácilmente. Incluso se atrevía a decir que lograba descubrir quienes eran en una proporción de 4 de cada 10 personas que veía.

"No estoy loca, estoy enamorada" [GiyuuShino] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora