Capítulo XIX

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- No, no es posible... Nada tiene sentido - mencionaba en la oscura habitación mientras una risa nerviosa escapaba de sus labios.

Aquella fotografía no dejaba de llamar su atención, hacía tanto tiempo, tantos años que no había podido contemplar como lucía Musume que ahora era inevitable quitarle la vista de encima.

No podía tratarse de la misma persona, a pesar de que un par de cosas parecieran enlazarlas había otro tanto que las diferenciaba. Dentro de ellas estaban sus fechas de cumpleaños, estas no correspondían, y dentro del mismo ámbito, con Musume, a diferencia de Kochou, se llevaban por tan solo cuatro años.

Guardó con delicadeza el álbum en donde se encontraba - Sólo debo de estar cansado - decía intentando dejar de lado su paranoia. Era una tarea sencilla el comparar una pequeña de ojos violetas de tan solo cuatro años con una mujer de dieciocho, claramente tendrían un parecido.

Sacando su teléfono se dispuso a llamar a Shinobu, no había tenido noticias de ella desde temprano, ni siquiera le había preguntado por la reunión con el director a pesar de haberse mostrado tan interesada en lo que había ocurrido.

No hubo respuesta.

Observó algo extrañado la pantalla de su celular, Kochou era de esas chicas que volaban por contestar las llamadas y que siempre estaban con el aparato cerca de sí. Pero bueno, no lo había hecho.

"Quizás ya está dormida..."

Bajó por las escaleras de la casa de la anciana y llegó a la primera planta, asegurándose de cerrar muy bien la puerta que conectaba con la cafetería se dispuso a salir.

Ya era momento de ir a su hogar, pero antes realizaría una pequeña parada, necesitaba sentirse más tranquilo.

(...)

- ¿Sensei? - Sorprendida por verle en aquel lugar, Kanroji le saludó - realmente no creí que le vería acá -.

El salón de aquella vivienda estaba llena de numerosas personas y estudiantes que acompañaban a la familia en medio del velatorio del cuerpo del mayor de sus hijos.

Desconcertado Tomioka vio como estaban presentes alumnos que jamás hubiera esperado que se encontraran ahí. Aquellos que constantemente sufrían acoso por parte de los hermanos Shinazugawa, y antes de su extraño cambio, también por Obanai.

- Buenas noches, Kanroji-san - susurró mientras se sentaba a su lado en una de las bancas - Obanai-san... - agregó al saludo al comprobar que junto a ella se encontraba el joven estudiante.

Estos con una pequeña inclinación de su cabeza correspondieron y guardaron silencio.

Sus miradas se perdían en las velas que decoraban aquel cajón que estaba en medio de la habitación.

De pronto, sin cruzar miradas, Mitsuri respondió una interrogante que no abandonaba la cabeza del maestro - De seguro está pensando que hacemos los acosados acá verdad... Se nota en su mirar Tomioka-sensei - y es que estaba siendo muy obvio, sus ojos no se apartaban de aquellos que hacía tan solo un par de días había visto siendo burlados y/o molestados.

Reclinándose sobre la banca ella continuó - nuestro mundo no se suele regir por emociones sinceras, la mayoría de los que están acá lo hacen por obligación, enviados por sus padres con el fin de estar en buenos términos con Shinazugawa-sama - suspiró profundamente - incluyéndome -.

Giyuu le observó algo desconcertado, jamás le había escuchado hablar de esa forma. No era la estudiante chillona y alegre a la que estaba acostumbrado, la que pareciera que nada le importaba, que vivía su vida completamente relajada. Pero claro, sus palabras estaban cargadas de sentido.

"No estoy loca, estoy enamorada" [GiyuuShino] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora