CAPITULO 10

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-¡No por favor, kamisama no me lo quites, no de nuevo! - rezaba en mi mente mientras, subía las escaleras, y no paraba de llorar, me sentía tan impotente y era una mierda sentirse así, mi corazón palpitaba ferozmente, mientras mi estomago duele como si lo hubieran golpeado, mi objetivo era mi taller, nadie sabia que tenia dos cajas fuertes una en mi despacho donde guardaba cosas de valor y documentos de la joyería, la segunda es donde guardaba mi mayor tesoro porque por esta misma razón no quería que le robaran su mas preciado tesoro, pero las llamas estaban por todos lados, entre mas avanzaba el humo mas la asfixiaba, pero tenia que protegerlo, le había fallado una vez como madre, pero no esta vez, aunque me cueste la vida, salvaría sus recuerdos.

-¡Maldición rin, estas loca, cuando te atrape estaras en serios problemas! - gritaba un asustado sesshomaru, la vio entrar al establecimiento, pero que persona con un poco de cordura se lanzaría al fuego, esto no estaba en sus planes, si la pierde no se lo perdonaría nunca -¡Rin maldita sea donde estas! - esquivo un pedazo de techo que caía, provocando que el fuego se avivara con mas fuerza -¡Maldito jaken odio cuando haces un buen trabajo! - susurraba mientras miraba el lugar sin perder su juicio, donde estará, mejor dicho porque demonios entraría.

-¡Oh dios mio, me falta el aire! - decia mientras caminaba por los pasillos, y observaba las llamas destruyendo su negocio, pero eso no le importaba, su fuerza de voluntad le daba motivo para seguir, debo sacarlo de aquí, escuchaba a lo lejos la voz de sesshy -¡Ahora estoy teniendo alucinaciones el jamas vendrá por mi! - sonrió amargamente, mientras visualizaba la puerta del taller -¡Ya casi hiroki, mama va a salvarte! - no supo como pero corrí hacia la puerta, gire la chapa circular de la puerta, dolía como un demonio  pero necesitaba entrar, al ingresar todo estaba lleno de humo provocandome caer duramente al suelo tosiendo.

Siempre he pensado que las personas exageraban cuando decían, cuando una persona esta al borde de la muerte, recuerda los momentos mas felices de su vida, y cuanta razón tenia, mis fuerzas estaban agotadas, lo único que podía hacer es toser mientras poco a poco mi visión se nublaba y sin querer muchas imágenes vinieron a mi, la primera vez que me enamore de sesshomaru, nuestro primer beso, nuestra primera cita, la primera vez que hicimos el amor, su traición con una de mis amigas, la primera y la única vez que fui mama, pero también la época donde inicie mi vida en Alemania, el resultado de mi test de embarazo, la primera ecografia que me realice en blanco y negro de mi bebe, y la ultima ecografia a color que se realizo antes de perderlo, pero sobre todo veía una y otra vez un vídeo donde a  sus tres meses estaba plasmada mi segunda ecografia donde escuchaba sus latidos, y ese día me dijieron que era un niño, esa era la prueba absoluta que fue real y no un sueño, todos esos recuerdos en esa pequeña caja hecha en jade color verde, en su tapa con un diseño de cerezas, pero ahora cuando su cuerpo se daba por vencido, pero sin darse cuenta sintió como alguien le ponía una mascara de aire, provocando que sus pulmones se llenaran de aire nuevamente, quien vendría aquí por ella -¿Porque estas aquí? - mi cuerpo estaba fallando.

-¡Esa es una pregunta estúpida pequeña tonta, escúchame rin, mientras viva jamas te dejare sola, porque eres mi insoportable esposa! - decia sesshomaru mientras buscaba una salida de este infierno, las escaleras no es una opción no soportaría el peso de dos personas -¡Maldición rin porque entrastes, no debistes hacerlo! - reprochaba mientras miraba como rin respiraba con dificultad debido al humo.

-¡Por...que ne...ce...sito! - no puede terminar ya que una tos seca me interrumpió, sesshomaru me miraba muy asustado, trate de controlar mi voz -¡encontrarlo! - otra vez esta tos, kamisama déjame decirle.

-¡No hables rin, inhalastes demasiado humo causando que tus pulmones, lo bote mediante la tos, mientras no  te quites la mascarilla estaras bien! - vio como rin asentía, eso lo tranquilizo, necesitaba una maldita salida rápido -¡contéstame moviendo con tu cabeza lo que te pregunte vale! - la observo cuando afirmo con su cabeza, sonrió tiernamente esa era su chica -¡hay otra salida que podamos usar excepto la ventana! - le pregunto ella negó la salida, bien esto empeoraba.

DULCES TRAVESURASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora