CAPITULO 11

1.3K 77 18
                                    

⚠⚠-ADVERTENCIA LEMON- ⚠⚠ 

Verla dormir en mi cama, me trae tantos recuerdos del pasado, nuestra primera vez que  la tuve entre mis brazos, fue el mejor día de mi vida, aunque suene machista yo la convertí en mujer, en MI MUJER, pero ella me traiciono, jugo con mis sentimientos, la odio con todo mi corazón pero la amo tanto, rin es la única mujer que me importa y la cual amare por lo que me reste de mi vida, cada día la deseo con mas intensidad, trate por todos los medios no quedarme solo con ella, ahora mireme  como las cosas no salieron como quería otra vez, pero verla entrar en un edificio en llamas, pudo con mi distanciamiento con ella, ahora solo la veo dormir acurrucada hecha un ovillo, asegurándome que ella este conmigo respirando, y como un demonio se ve tan malditamente sexy, eso sin contar que esta con una lencería negra que le queda como un guante, kamisama esa lencería le hacia justicia a ese tentador cuerpo, con mis sabanas rojas hacían un contraste tan letal, espero que ella no se despierte antes que salga el sol, o seria capaz de hacerle el amor y ese seria mi gran error.

Miro el reloj de mano y son las 3: 30 am, solo ha pasado 2 horas del accidente del negocio de rin y desde que llego a la casa, no  he abandonado la habitación, soy el hombre mas patético del mundo como es posible amar tanto a esa chiquilla, que solo le ha causado dolor, debería darme una ducha, quitarme el uniforme de bomberos y tratar de dormir en el cuarto de huéspedes antes de que mi lado lujurioso se apodere por completo de mi mente racional -¡Necesito una ducha muy fría para calmar mis instintos bajos! - porque como decia mi abuelo la mente es frágil, la carne es débil y el diablo puerco, la rin del pasado, la rin del presente y estoy seguro que la rin del futuro me hace y me hará enloquecer con solo una mirada, entro al baño mientras pienso en como sobrevivir esta noche, para no terminar haciéndole el amor a esa chiquilla del demonio.

Mientras sesshomaru se bañaba, una pequeña azabache se despertaba, y se preguntaba donde demonios estaba, no reconocía el lugar, mejor dicho nunca había estado en un lugar igual, solo se escuchaba la ducha, -¡donde estoy, oh kamisama me duele mucho la cabeza y tengo mucha sed! - me levante de la cama y no me moleste en mirar quien estaba en la ducha, realmente me dolía horrores la cabeza, necesitaba solucionar tres cosas, primero tomar una pastilla para la migraña, segunda tomar agua helada, y por ultimo saber donde estaba, sintió que alguien la observaba pero al girar no vio a nadie tal vez era imaginación de ella-¡estoy un poco paranoica! - se quedo un buen rato observando las escaleras si veía una sombra pero nada.

Sesshomaru no podía creer lo que estaba haciendo desde cuando el actuaba como un acosador, cuando salí del baño y no la vi, me preocupe mucho, escuche ruidos por las escaleras, me diriji para saber que estaba haciendo sin provocar ruido, pero debía admitir que estar observándola medio desnuda por su casa, lo estaba excitando mas que nada en el mundo, esto parecía mas que nada al juego del gato que atrapa al ratón un juego de niños que me encantaba, pero ahora era el demonio cazando a una torpe y hermosa conejita, pero el instinto de rin era muy bueno lo noto pero soy mucho mas rápido y me escondí tras una columna, este juego sin planearlo era muy excitante la pregunta era como terminaría esto.

-¡Hay alguien aquí! - bueno ahora estaba asustada y todo era que sentía una mirada muy pesada, pero no podía saber de quien era y la oscuridad no le ayudaba solo se guiaba de la poca luz de la luna que entraba por las ventanas -¡se que estas ahí, así que salga esto no es gracioso! - y una vez mas nada, nadie le contestaba sintió una fría brisa recorrer su piel desnuda, un momento porque estoy desnuda -¡pero que demonios, donde esta mi ropa! - miro a su alrededor pero no vio nada mas que oscuridad -¡mejor enciendo las luces donde estará el interruptor! - comenzó a guiarse por la luz de la luna y tocando la pared para encender las luces -¡quiero luz, maldita sea donde esta el  interruptor! - al terminar su oración las luces se encendieron mágicamente.

DULCES TRAVESURASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora