Capítulo 12

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Victoria Halens

Odio ser tan vulnerable, no tener control de mi misma. Odio que sus ojos me dominen, que su sonrisa me atrape, se supone que debería estar enojada.

-¿De qué quieres hablar? -pregunto tajante.

Me mira a los ojos, camina y se sienta en la cama y me señala su lado dando palmaditas, para que me siente.

-No me quiero sentar, habla -hablarle así, me duele a mi.

-Quiero hablar de nosotros -dice y suelto una risa tan despreocupada.

-Ja ¿Nosotros? -pregunto señalándomos. -¿Creo que si estás confundiendo las cosas, aquí no hay un nosotros como le haz llamado, solo somos primos.

-Eso no sentiste cuando me viste medio desnudo con una chica en mi apartamento -dice cruzándose de brazos.

-No sé que haya sentido, pero celos no fue, además; no me interesas Nicolás, nada de nada -digo dándole la espalda para ir al clóset por algo de ropa.

-¿Vas a decir que no te gusto? -pregunta poniéndose en frente de mi.

-!Muévete Nico! -digo tratando de empujarlo.

Me estampa contra la pared y ataca mis labios.

Demonios!!

Sus manos acunan mi rostro, lo besa con delicadeza, quiero soltarme, pero mi cuerpo no obedece a mi cerebro y mi corazón está babeando.

Su lengua busca la manera de entrar a mi boca, y lo logra. Jadeo por la deliciosa sensación. Una de sus manos va hasta mi cintura y me pega más a él. Baja hasta mi muslo y lo acaricia. Mi piel se eriza y jadeo.

¡Dios mío!
Necesito controlarme.

Con movimientos lentos su mano va ascendiendo hasta llegar a mi entrepiernas, mi estómago se endurece y contengo la respiración.

Mi sexo está húmedo.

¡Qué vergüenza!

Lo acaricia y suelto un jadeo, primera vez que me tocan y no se siente nada mal. Dejo mi cabeza reposar hacia atrás. Acaricia mi botón explosivo y sé que disfruta hacerlo como yo disfruto que lo haga.

Su boca se posa en mi cuello, lo besa y lo lame. Su mano sigue jugueteando con mi entrepiernas. Me está enloqueciendo. Aprieto su hombro cuando me siento alcanzar el l clímax. Jadeo y aprieto más sus hombros y él me mira muy atento mordiendo su labio inferior, siguiendo con sus movimientos que en pocos segundos me llevará a la explosión.

Me corro y todo mi cuerpo tiembla, jadeo agitada y cierro los ojos porque me siento avergonzada.

-Yo...lo...siento -digo sin abrir los ojos.

-Descuida Victoria, tu tampoco me interesas -dice girándose para irse por dónde mismo entró llevándose mi dignidad.

💗💗💗💗💗

Oh mierda!!
Final doloroso e inesperado.

Qué vergüenza ajena siento.

Nicolás, imbécil.

Un desastre en casaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora