Tag you're it. •chanmin.

O2

Quince de diciembre, 12:00 pm.

Miró con interés la carpeta que sostenían sus dedos, ahí estaba la foto del bonito chico: cabello castaño reluciente, sonrisa adorable, ojitos pequeños y brillosos como los de un cachorro. Tan sólo tenía quince años. Quince dulces y tiernos años. ¿Quién podría, en su sano juicio, ser capaz de hacerle daño?

La madre del chico se había aparecido ayer por la comisaría, con enormes ojeras, llorando y pidiéndole que por favor investigara la desaparición de su hijo, al principio no quiso hacerlo ya que tenía demasiado trabajo, pero al ver su edad, no pudo evitar pensar en sus dos hermanos menores. Él se sentiría igual de dolido y desesperado si alguien se atreviera a tocarlos, y esa fue la razón que lo motivó a tomar el caso.

—¿Crees que lo encontrarás? —Preguntó su compañero de trabajo, Woojin, mientras se sentaba frente a él, poniéndole un vaso plástico de café en el escritorio. —Lo más probable es que esté enterrado bajo tierra.

Era una enorme posibilidad. Habían pasado ya cuatro meses, y no había ninguna pista del paradero del chico. Siendo tan bonito como era, Chris se imaginaba muchos escenarios en su cabeza de como pudo haber terminado.

—Podría ser o quizás está vivo, esperando que alguien lo encuentre. —Murmuró dejando la carpeta sobre la mesa—, no se pierde nada con intentar.

El resto del día fue algo estresante para los dos oficiales, estuvieron preguntando a todas y cada una de las personas que conformaban el círculo social de Kim Seungmin, pero nadie se hacía una mínima idea de donde podría estar. Nadie tenía idea si es que el jovencito tenía otro amigo con el que pudiera quedarse, nada.

No había nada. Ninguna evidencia más que la sucia mochila que habían encontrado en ese estacionamiento. Mientras terminaban de revisar los alrededores de aquella escuela, le pareció ver la castaña cabellera de un jovencito, su uniforme estaba sucio y algo desarreglado.

—Woojin, mira a ese chico que va allá. —Musitó hacia su compañero señalando al jovencito que caminaba despacio, sus hombros se sacudían como si estuviese llorando.

Pero Woojin solo lo miró extrañado.

—¿Te sientes bien? Allí no hay nadie. —Le contestó regresando la mirada hacia él.

¿Qué? ¡Pero si ahí estaba! ¡Él estaba viendo al jodido niño abrazarse a sí mismo mientras lloraba! ¿Por qué Woojin no podía verlo?

—Te estoy diciendo que ahí está. —Volvió a decir. Como su compañero seguía negando, llamó a otro de los oficiales para probarle que ahí estaba el niño—, oye, Seo, ¿verdad que ahí hay un niño con el uniforme de este colegio llorando?

Seo lo miró extrañado.

—Detective Bang ahí no hay nadie. —Murmuró el hombre, regresando a su trabajo.

Chris se quedó pasmado. ¿Por qué nadie podía ver al niño? Estaba frente a sus narices, llorando y abrazándose a sí mismo.

Maldición, este caso será más difícil de lo que pensaba.