Capítulo 4

273 31 0
                                    

- ¿Pasa algo? - Pregunté presionando mi celular contra mi oreja mientras las lagrimas amenazaban con salir de mis ojos.

- No, nada ¿Por? - Contestó cortante al otro lado de la línea.

-Porque esperé esta llamada casi toda la semana y cuando al fin tienes tiempo a penas si me hablas. - Intenté mantenerme calmada evitando que mi voz temblara.

-Estaba muy ocupado, además no tengo nada que contar. - Respondió distraído.

-¿Hay alguien más en tu vida Diego? - Pregunté temiendo la respuesta.

-No, no hay nadie más Cassy, deja de hablar huevadas ¿sí? - Respondió molesto.

-No son huevadas, es lo que siento. - Me defendí.

-Bueno entonces es mi culpa que te sientas así porque yo soy el malo ¡Nunca aprecias nada de lo que yo hago por ti!- Gritó, las lagrimas corrieron por mis mejillas.

-¡¿Qué haces?! - Solté de pronto. Diego se quedó en silencio un buen momento, para luego cortar la llamada, mi celular se deslizó por mi mejilla para caer sobre mi cama, las lagrimas no dejaban de correr por mis mejillas hasta caer en mi almohada, me hundí entre las mantas, definitivamente Diego no era el mismo desde hace mucho tiempo, pero no podía hacer nada para arreglar las cosas entre nosotros ya que el no me decía que pasaba.

El sonido del timbre de la casa me obligó a levantarme de mi cama intentando aguantar las lagrimas que aún se almacenaban al borde de mis ojos. Caminé hasta la puerta secando mis lagrimas con el puño de mi canguro, al abrirla me encontré con la figura alta de Sasuke, venía todo mojado por la lluvia, me miró con preocupación en los ojos al notar mis ojos rojos por el llanto, no pude contenerme y en un movimiento rápido, lo abracé, él se quedó inmóvil unos segundos pero luego puso uno de sus brazos alrededor de mi cintura, me recorrió un par de pasos para luego cerrar la puerta detrás suyo.

-Mojarás tu ropa. - Dijo con el mismo tono frío de siempre para luego separarme de él. -¿Por qué lloras? - Me preguntó preocupado después de haberse encontrado con mi mirada triste.

- Primero deberías cambiarte, no vayas a resfriarte. - Solté secando las últimas lágrimas que se asomaron por mis ojos. Era increíble lo que Sasuke podría transmitirme, tanta paz, tanta tranquilidad, lo miraba y sentía que mientra él estuviese ahí, nada podría hacerme daño. Subimos las escaleras hasta llegar a mi habitación, saqué un deportivo de mi armario, seguro le quedaría, y se lo pasé.

- Gracias. - Me dio una sonrisa de lado para luego quitarse la chaqueta y la polera que llevaba puesto dejando todo su torso desnudo ante mis ojos, intenté quitar la mirada de él.

-¡¿Qué haces?! Ve al baño a cambiarte. - Exclamé cubriendo mis ojos con una mano.

- Eres ridícula. - Rió para luego entrar en el baño con la ropa que se iba a poner en una mano. En el anime se veía buenísimo pero en la vida real podría haber quedado embarazada solo con verlo.

(...)

- Supongo que puedes dormir aquí. - Tendí un colchón en el suelo junto a mi cama.

- Gracias. - Sasuke se acomodó en el para dormir. Yo entré en mi cama dándole la espalda intentando despejar mi mente de que el grandioso Sasuke Uchiha estaba dormido en mi cuarto junto a mi cama, porque con esos pensamiento jamás podría quedar dormida.

Pasaron unos minutos de completo silencio, ya casi conciliaba el sueño cuando escuché como Sasuke se levantaba y entraba en mi cama, fingí estar dormida aún con la espalda hacia él esperando que me abrazara, mas él se quedó recostado con la vista hacia el techo inmóvil junto a mí. 

-¿Por qué llorabas? -Preguntó rompiendo el silencio.

-Eso... ya no importa. - Me recosté sobre mi espalda mirando el techo al igual que él.

- ¿Diego es tu novio? - Preguntó de pronto, claro había escuchado de él cuando hablé con mi mamá en la mañana.

- Así es, bueno... era... no sé la verdad. - Las lagrimas volvieron a amenazar con salir.

- ¿Te dejó? - Su mirada paso a estar en mí, me sentí tan vulnerable, tan débil ante él.

-No todavía, pero estoy segura que... él ya no me quiere. - Me costó tanto admitirlo, pero era obvio. Las lagrimas caían por mis mejillas mientras pequeños sollozos salían de mis labios, Sasuke continuó junto a mí en silencio, sin tocarme, solamente estando ahí conmigo. Ambos quedamos dormidos uno junto al otro pero sin tener un mínimo contacto.

Un Shinobi fuera de la aldeaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora