Capítulo 25

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La fuerza que sentía correr a través de mi cuerpo era indescriptible e indomable, cuando vi que Sasuke estaba a un paso de morir algo despertó en mi, como si fuera una fuente de energía haciendo que me sienta más poderosa que nunca. Corrí frente a Sasuke, detuve el kunai que mi padre había lanzado hacia él, y arrojé todas las armas que pude encontrar hacia su cuerpo esperando acabar con todo esto al fin.

El viento que había provocado levantó la tierra del suelo cubriendo todo el lugar haciendo imposible distinguir mucho más allá de nosotros mismos, me mantuve firme frente a Sasuke debía asegurarme de que estábamos fuera de peligro antes de bajar la guardia. 

- Cassy. - Sasuke tocio por la arena que nos cubría, las cuerdas con las que mi padre lo había amarrado cayeron al suelo inmóviles, Sasuke se incorporó junto a mí esperando ver si realmente lo había logrado. La tierra se fue desvaneciendo dejándonos ver poco a poco lo que había frente a nosotros. - ¿Nada? - Sasuke se sorprendió una vez todo fue visible.

- ¿Cómo es posible? - Esperaba ver el cuerpo de Hiruki atravesado o al menos herido, pero él ya no estaba.

- A veces no puedo creer que seas mi hija. - Exclamó saliendo de detrás de uno de los árboles caminando calmadamente. Apreté los puños reuniendo toda la energía que seguía saliendo de  mi.

- ¿Cómo sobreviviste? - Grité molesta, no podía ser inmortal.

- Un clon. - Sasuke lo fulminó con la mirada. - ¿Cómo pudiste hacer un clon aquí? - Exigió una respuesta, es cierto, aquí no hay una forma posible de hacer clones.

- Yo no soy como ustedes muchachitos, al ser miembro de los guardianes de nuestro mundo tengo ciertos beneficios, además de estar junto al portal que nos lleva a nuestro mundo. - Lo había olvidado. - Que por cierto, no tarda en cerrarse. - Sonrió. - Debo apresurar las cosas.- Avanzó un par de pasos seguido por una ráfaga de viento suave que lo acompañaba.

Sasuke tensó sus músculos mientras mantenía su mirada fija en Hiruki, el cielo se llenó de nubes grises que soltaban rayos en nuestra dirección, Sasuke logró sacar los rayos eléctricos de sus propios brazos también, el estar cerca del portal podía beneficiarnos también a nosotros. 

La energía acumulada en mi hacia ver mis habilidades con el viento algo muy pequeño, manipulé el viento creando un pequeño remolino de tierra al rededor de mis piernas.

- ¿Arena? - Sasuke notó mi nueva habilidad. - Creo que de todas formas hubiese sido un problema llevarte a la aldea. - Rió.

Hiruki soltó todas las armas que lo rodeaban hacia nosotros, copió mi truco, Sasuke las hizo cenizas dejando caer un rayo sobre ellas, lancé la arena hacia Hiruki e intenté hacer el ataúd de arena de Gaara, sin embargo no me salió del todo bien pero si lo suficiente para poder detenerlo mientras Sasuke lo golpeaba con un chidori.

- Chidori. - Gritó durante el impacto, Hiruki se veía lastimado pero no estaba muerto aún. - Como extrañaba hacer esto. - Sonrió. Dejé caer la arena dejando que Hiruki se levante.

- ¿Lista? - Sasuke me preguntó, asentí. Formo un chidori en sus manos y yo lo arrojé hacia Hiruki con ayuda del viento encerrándolo en un campo eléctrico, es muy poco probable que pueda sobrevivir a esto.

- Lo hicimos. - Exclamé abrazando a Sasuke, cuando una bola de fuego explotó el campo eléctrico y empujándonos hacia la dirección contraria, ambos volamos por los aires hasta caer en el piso quedando bastante dañados, después de todo nos impacto una mezcla de rayo, arena y fuego. Hiruki avanzó hacia nosotros con la poca fuerza que le quedaba. Intenté moverme mas el daño en mis piernas me lo impedía. 

Sasuke se levantó con la poca energía que le quedaba y empezó a pelear contra Hiruki quien llevaba una vara metálica por la que dispersaba las llamas de fuego que soltaba, si eso llegase a tocar a Sasuke le haría mucho daño físico, continué intentando incorporarme mientras Sasuke intentaba golpear a Hiruki además de esquivar sus ataques. 

Hiruki logró empujarlo con la vara, dejando una herida en la espalda de Sasuke quien cayó de rodillas al piso, dejando su espalda como un blanco para Hiruki quien levanto la vara listo para clavarla en la espalda del pelinegro.

- ¡Sasuke! - Grité y me apresuré a ponerme en medio de Sasuke y la vara de Hiruki.  Sentí como mi piel se quemaba abriendo espacio mientras la vara atravesaba mi abdomen lentamente, el dolor se transmitió a cada espacio de mi cuerpo soltando un grito de dolor de mi parte, caí tendida en los brazos de Sasuke quien gritaba impotente al verme en los últimos minutos de mi vida. 

- ¡Maldito! - Sasuke sacó la fuerza de donde ya no tenía para lanzar un ataque haciendo que Hiruki retroceda unos pasos, a pesar de que no había conseguido atravesarme por completo estoy segura que me hizo una herida de la cual no podría sobrevivir. - Cassy, resiste, por favor. - Sasuke me juntó hacia su cuerpo y dejó caer su cabeza junto a las lagrimas que caían en mi.

- Te amo... - Solté encontrando sus ojos, si iba a morir al menos lo último que vería sería a mi emo vengador. - Tendrás una feliz vida. - Sonreí.

- No, Cassy, no me dejes. - El llanto del pelinegro se hizo más fuerte. - Eres parte de mí, no puedo dejarte ir, no me pidas que lo haga. - Su llanto se ahogó en sollozos. 

- Te ayudaré con el dolor. - Hiruki avanzó dispuesto a terminar su trabajo de matarme. Cerré los ojos y todo se fue desvaneciendo, los gritos de Sasuke se escuchaban cada vez más lejos, y mi menté me atacó con la imagen de Sasuke, el único hombre al que había amado en realidad, vi cada una de las cosas que vivimos juntos, como llegó a mi casa, su risa, el primer beso que nos habíamos dado, cuando me volvía loca, nuestras peleas, y cuando me dijo que me amaba. 

Si pudiera retroceder el tiempo y tendría el conocimiento de como acabaría mi vida, no cambiaría absolutamente nada, porque haber conocido a Sasuke Uchiha fue la mejor cosa que pudo haberme sucedido, haber sido digna de su amor no puede compararse con ninguna otra sensación en el mundo, y puedo asegurar que un amor como el de Sasuke jamás lo hubiera encontrado en este mundo.

- Cassy, te amo para siempre. - Fue lo último que escuché antes de caer en un profundo silencio.


Un Shinobi fuera de la aldeaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora